Nosotros No Te Queremos!

•9•

(...★...)

Toda la situación desde el día en que los primeros estudiantes fueron a sus casas solo empeoró al grado en el que ya pocos eran los que seguían en el colegio, principalmente los donceles, ya no había ningún doncel sangre pura en el castillo.

-George, ve con nuestros hermanos, me bañaré un momento.

El nombrado asintió, la tensión era palpable, cada día nuevos estudiantes eran petrificados y la enfermería ya se encontraba abarrotada, se levantó de su cama y salió de la habitación para dirigirse a la sala común.

S

us pasos eran lentos, sabía que Percy debía encontrarse en estos momentos con sus hermanos menores por lo que no se apresuró demasiado, Hermione seguía en cama petrificada, ella había sido de las primeras y últimamente sus signos vitales estaban débiles por lo que los niños se encontraban aún más nerviosos y asustados.

Cuando bajó las últimas escaleras pudo notar que efectivamente allí estaba Percy con Ron y Ginny los cuales estaban dormidos.

-Genial, te encargaste el trabajo difícil.

Dijo sentándose en uno de los sofás, Percy levantó la vista de su libro para mirar a George quien ya traía puesta la pijama.

-Atiendelos ahora tu, debo salir.

Informó.

-¿Salir? A esta hora ya es el toque de queda especialmente por todo este asunto.

Le recordó consternado.

-Tendremos una reunión con los jefes de casa, yo y los prefectos fuimos convocados, al menos los que siguen aquí, estaré bien.

Aseguró el de lentes levantándose de su sitio para luego salir sin más a encontrarse con los otros prefectos y finalmente con los jefes junto al director.

George lo vio irse, soltó un pequeño suspiro y miró por un instante a los dos niños que aún dormían plácidamente.

-¿Y Percy?

La voz de su gemelo le asustó ligeramente, éste camino hasta quedar en el otro extremo del sillón mientras bostezaba.

-Reunión con los jefes de casa.

Explicó brevemente.

-Ya veo...

Tras eso el silencio cayó.

-Espera...¿Y Harry?

Preguntó Fred mirando a los alrededores, ambos gemelos se miraron por unos segundos antes de suspirar con frustración.

-Nos van a matar.

Fred tuvo que estar de acuerdo con su gemelo.

(...★...)

E

staban allí, arriesgando sus traseros como los buenos leones que eran, sus varitas brillaban dándoles un poco de claridad en la densa oscuridad que acaparaba todo el pasillo.