James conoció a Severus en un baile.
Cuando le dijeron que el mismo joven con el que terminó cautivado se encontraba en su hogar buscando a una de las herederas de la Familia Potter para desposarla tuvo que hacer lo inimaginable para no perderlo.
¿É...
-¿Podría alguien dignarse a contarme que diantres piensan jugar conmigo?
James se encontraba vestido, maquillado y hasta había ingerido la poción para ocultar sus pocos rasgos masculinos... y se le estaba agotando el pudor para no armar un escándalo.
-¡Querido que exquisito te ves! -expreso emocionada su madre.
-¿Acaso me están ignorando?
-H - i - J - A... -pronuncio con énfasis- se de sobra que te brindamos una educación inigualable además tu harías lo que te se te pida... -James se aguantó el nudo que obstruía su garganta- así que shh con esas quejas, te comportaras a la altura. ¡Dante!
-Si mi lord -apareció su elfo de mediana edad-.
-Trae sus guantes, que oculte sus niñerías, -dirigió su pesada mirada sin inmutarse al verlo temblar- por favor deja esa horrible maña de rasguñarte las manos ¿quieres?
-Sr. Fleamont, pide que traigan el carruaje.
-Hizo la seña para que el sirviente lo hiciera-. Sigo esperando tu respuesta.
James tratando controlar sus manos temblorosas luego de ponerse los guantes de encaje que calmaron su picor... respiro entre cortado. -Si, padre.
De camino al encuentro arreglado... se hundió en su lugar escuchando los sermones de sus padres.
Tienes que ser esto, comportarte, no quiero ver esto ni lo otro... ser hijo de una familia pocionista tendría que beneficiarle económicamente, pero a él lo beneficiaba de otra magnitud según sus padres le hicieron entender.
¿Realmente era así?
[ . . . ]
Se encontraba exhausto, ya había bailado demasiado en lo que iba de la velada. Cada que quería descansar su padre le salía con otro caballero que quería bailar una pieza con su "adorada y esplendida hija mayor".
Malditos amigos y ahijados de su familia... de caballeros sólo el título.
Cuando se estaba yendo a tomar algún bocado su madre lo detuvo jalándolo para otro encuentro... ni probar o tomar algo le concedían.
Ya sólo moviéndose por inercia la siguió sin poner resistencia.
-Hija te quiero presentar al Heredero de la Ancestral Casa Prince... quien por fin tiene un Lord digno de tal magnitud al frente.
Haciendo la reverencia que sólo había practicado para él, -obligado por sus padres- fue levantando la mirada desde su calzado pulcramente limpio, a su pantalón con detalles incrustados, el saco que abrazaba con gracia su torso, y la corbata con el escudo de su familia lo reconoció.
¡Era él!
[ . . . ]
-Haber haber... ¿Cómo que te quieres casar?
-No te lo repetiré de nuevo Black.
-¿Acaso lo haces por tu bisabuelo?
-Sabes bien Srta. Bellatrix que sino sigo sus implacables caprichos no me dejara seguir con el papeleo de mi herencia. -Además, -sonrió con sorna- te encuentras en la misma situación querida amiga.
-No me apetece la endogamia, Severus.
-Oh es cierto, olvidé que tu familia es practicante de aquella arcaica y cuestionable costumbre.
-Podríamos casarnos... pero para variar ambos somos dominantes y sería difícil no terminar asesinándonos y por ende terminando nuestra línea familiar de largas generaciones ancestrales.
-Oh querida si fueras actriz por lo menos tendrías admiradores -rio con ironía.
-Anda ríete, ya tendré oportunidad de tomar partido.
-Joven amo el carruaje los esta esperando -comunico el principal elfo.
-Gracias Esteban, ¿esta lista madame Bellatrix?
Encantada acepto. -No Severus, pero en cuanto más pronto concluyamos esto averiguaremos como lidiar con lo demás.
[ . . . ]
-Oh disculpe joven, mi hija a estado bailando casi toda la velada.
James se había desmayado de la impresión. Verlo y tenerlo tan cerca sólo sucedía en sus sueños más fantasiosos.
-De ser así, será mejor que la deje descansar tendremos lo que resta de la temporada para conocernos, -hizo una ligera reverencia, tomando del brazo a su acompañante, despidiéndose- disculpen.
James lo vio como se iba, quiso decir algo para detenerlo, pero los regaños de su padre lo hicieron callarse.
Tuvo la oportunidad, la que tanto añoro y se le fue entre las manos. ¿Qué haría? Necesitaba acaparar su atención en el próximo encuentro.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
