❥CAPÍTULO 22

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Se escuchó el cristal de la botella caer desde la mesa, el peliverde trató de sostener a su amigo que se encontraba totalmente con el corazón roto, no estaba entendiendo el porqué de su actitud, para él la relación entre sus amigos iba bien y quizás de los nervios la castaña no había aceptado. Sabía que las chicas tendrían una pijamada, seguro mencionan la propuesta pero en su mente aún no entendía porque la molestia de su amigo y jefe. El joven de ojos bicolor pasaba sus manos por sus cabellos sacudiendolos o tirando de él susurrando algunas cosas, que su amigo no comprendía, se sentía el perdedor de todo ese romance.

De nada sirvió su esfuerzo, de nada había servido mantenerlo en Francia, y por supuesto que había fracasado en enamorarla, pero no quería rendirse. Fue entonces que su mente conectó las piezas, todo tenía sentido, no solo ella seguía enamorada, si no que el rubio la había mantenido a su lado estos ocho meses que había vuelto a Japón. Comprendió porque lo esquivaba, porque notó desinterés, porque los vio juntos aquella tarde en la cafetería, porque estaba tan seria estos días que él había salido de viaje. Sobre todo, porque el tener relaciones había acabado, muy seguro que ellos se habían reencontrado de esa manera.

—¡Maldición!, —volvió a lanzar una botella de soju—, de nada sirvió estos años.

—No digas eso —respondió apenado por la situación—, quizás aún no es el momento y si lo hablas con Ochako todo estará mejor.

—Te aseguro que ella va terminar conmigo —aseguró—, todo por culpa del maldito de Bakugo.

Izuku abrió sus ojos sorprendidos ante la mención de su amigo, que bien, sabía que mostraba interés por ella en la preparatoria creyó que había quedado hasta ahí. Parpadeó incrédulo de lo que su mente imaginó ante la acusación de Todoroki, ellos serían incapaz de hacerle algo así, ¿no? Al menos eso quería creer, quería apoyar a los tres, escucharlos y encontrar a quien darle la razón, pero iba a ser imposible si no se sinceraban con él.

—Midoriya, no creo que no lo sepas si trabajas con ellos.

—No entiendo de que hablas, ya has tomado mucho y Kacchan siempre le molesta cosas, era cierto que era un reencuentro no una invitación para tu propuesta de mano —suspiró—, así que sabía que eso molestaría a Ka...

—No es por esa razón —interrumpió—, a tu amigo Bakugo siempre le ha gustado Ochako —dió otro trago—. Yo sé que ellos fueron casi novios durante el último año.

—De nada sirvió separarlos —confesó bajo los efectos del alcohol—, escondí su celular para que perdiera comunicación en Francia, pero fue en vano, no pude enamorarla —arrastraba las palabras.

Midoriya estaba atónito, no sabía qué hacer o qué decir, sabía que bajo los efectos del soju o el sake esto pasaría pero no así. Pensaba que lloraría o diría cuánto la ama, pero fue así, confesó cómo tuvo que ver en que ella se alejara del rubio para enamorarla, no funcionó y claro que no funcionaría, Tragó seco mientras frotaba la espalda de aquel joven alto, entendió el porqué de las reacciones de los tres, y comprendió que si Ashido había mencionado que había una pijamada, no era del todo cierta, menos viniendo de ella que es mejor amiga de Bakugo.

—¿Solo tú?

—Kemy Utsushimi —susurró—, ella era la novia de Bakugo en Francia, ella me ayudó a robar también su celular y decirle que Ochako era mi novia.


Ante la mención y confesión, no pudo evitar que su corazón se acelera demasiado, comenzaría a determinar conclusiones por su cuenta, aunque no contó con que el mismo joven con el corazón herido comenzaría a relatar de principio a fin su suceso entre los cuatro, al menos lo que él conocía y podía asegurar. Esa noche no juzgó a ninguno, de igual manera que no defendió a ninguno, era una situación muy difícil para ponerse de parte de alguno de sus tres amigos, porque aunque el rubio lo negara sabían que siempre serían amigos.

No me ames en secreto (Kacchako) #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora