Hacía mucho que no despertaba con alguien a su lado, mucho menos a alguien a quién si recordaba del dia anterior, y alguien con quién quería pasar la mañana.
Vio a Francisco, delgado y etéreo, vestido solo con su boxer,manipular los utensilios de cocina para preparar un desayuno para ambos y suspiró, pensó que si asi serían todas sus mañanas no le molestaría en lo absoluto.
Recostado en el sofá lo veía ir y venir tarareando una canción, distraído, mientras el aroma a café y tostadas recién hechas inundaba la casa, supuso que a eso olía un hogar.
Fran sentía su mirada y sonrió volteando a verlo
-¿que?-le preguntó mirandolo coqueto
-nada, no sé que hace el hijo del pastor en boxer, en mi casa
-el hijo del pastor no es el pastor, supongo-respondió él controlando que las tostadas no se quemen
-¿vamos a volver a estar juntos? me gustaría conocerte
Fran lo pensó. era gay,sin duda alguna, pero nunca fue más allá de algo ocasional.
estaba totalmente dispuesto a hacerlo con él, pero había un problema-¿vos podes?-le preguntó sacando el tostador del fuego
-¿a que te referís?
-o sea...sos ex alcohólico, no sé si...
-soy una persona como cualquiera-le explicó. no le molestaba tener que explicar eso aunque si le dolia, era como que ser alcohólico resultaba su marca registrada para siempre.
-lo entiendo
-¿no queres involucrarte conmigo?-preguntó algo triste
Fran sonrió mientras apagaba la cafetera.
se acercó hasta él y se sentó en sus piernas mientras Esteban le tomaba la cintura-me hubiese ido anoche si fuera asi-le dijo inclinandose para besarle el cuello-pero no quiero retrasar tu tratamiento o algo asi
-dejame conocerte-le pidió él. no creía haber sido amado nunca, pero sentía que Francisco, si lo quisiera, podria hacerlo, y él estaba listo para permitirselo
-si-respondió el de ojos verdes perdido en esa mirada que aunque era la de un hombre adulto,parecía la de un niño solo y asustado-te dejo
Esteban sonrió, lo tomó de la nuca y empezó a besarlo con ganas,parecía hambriento de él,le encantaba besarlo.
Con fuerza lo volteó contra el sofá y se enredó entre sus piernas,dejandole marcas en el cuello
-¡Esteban! ¡se enfría el desayuno!
-te puedo desayunar a vos por hoy-le dijo mirandolo a los ojos
Fran sonrió y bajó sus manos por su espalda.
si, por esa mañana podían desayunarse mutuamente.