7|| Ferran el cabron

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Por fin ya podía andar, estaba muy feliz, ya que a mi me encantaba estar de pie.

El plan seguía en pie, pero el partido era de aquí a dos días, en estos días íbamos a ir a la Uni y quedar algún rato con los chicos.

Me había vuelto muy amiga de Pedri, y de Ferran después de la putada que me hizo.

Hoy después de la Uni iría a ver a mi caballo, llamado Pio. No hacía ninguna competición, pero me gustaba pasar tiempo con el. Sabía montar a caballo muy bien.

—Tengo muchas ganas de ver a Pio—cogí mi bolso de encima de la mesa de clase mirando a Clara

—El también tiene muchas ganas, está ansioso—se cogió a mi brazo y me sonrió

Caminemos por los pasillos para salir e ir hacia casa a comer, hoy había sido un día muy relajado.

Clara se paro y miró haber si venía alguien, pero ni si quiera estábamos en un cruce.

—¿Que haces? Vamos a casa tengo hambre—me toque la barriga mientras ruigia

—Espera, creo que Pedri iba a venir a por nosotras, pero no veo su coche—miró de nuevo

Mire junto a ella y lo encontré.

—Ponte gafas hija porque madre mía, está allí, llevo uno diferente, ¿recuerdas que es famoso?

—Ay es verdad, venga vamos

Suspire y asentí, fui detrás de ella más despacio ya que mi pierna no daba a más. Alguien bajo del coche y lo vi. Ferran. Se acercó a mi y me cogió el bolso.

—Vamos vieja, que veo que no avanzas—rode los ojos

—Perdón, pero si no me hubieras tirado no estaría así—le saqué la lengua y me senté en la parte trasera

Clara estaba también detrás, para acompañarme, aunque sabía que deseaba estar con Pedri.

—Vamos a mi casa, ¿queréis?—nos pregunto Pedri

—A mi llévame a casa, no tengo las cosas para luego ver a Pio—respondí

—Lo tengo yo, ya he pensado—Clara me miró

—Entonces pues vayamos a tu casa Perri

Soltó una risa por su mote y se dirigió hacia su casa.

En cuanto lleguemos me quedé flipando lo grande que era. Y por dentro era preciosa, los colores eran claros más bien blanco, negro y beige.

—Me encanta—susurre

—La mia es mejor—dijo Ferran

—Creído

Se encogió de hombros y seguí a Pedri.

—Oye, Clara yo también quiero una casa así—mi amiga asintió riendo

—Haber si nos sacamos ya la carrera y nos compramos una

Me senté en el sofá ya que me dolía un poco el pie, y lo estiré.

—Dios el masaje, espera me saco todo y te lo hago

Nos habían recomendado hacer un masaje por si me dolía un poco, y ahora lo necesitaba la verdad es que me calmaba.

—Te ayudo, dime cómo se hace—escuché a Ferran

Clara le explico y este cogió la crema y se puso delante mío.

—Estira el pie en esta parte—señaló en la parte larga de los sofás—vale ¿te duele si te quitó los zapatos?

—Un poco, con cuidado

Asintió y me quitó los zapatos con mucho cuidado, lo hizo tan bien que ni siquiera lo noté.

Me quitó el calcetín y esparció un poco de crema, masajeo primero despacio como nos indicaron y luego un poco más fuerte. Me dolía porque presionaba pero el dolor se iba yendo.

—Au, lo he notado eso—me quejé tirando la cabeza un poco atrás

—Lo siento

Le miré y estaba con su mirada fija en mi pie, por si acaso me hacía algo de daño, lo bueno es que eso me lo hizo el.

Cuando acabo me quede un rato en el sofá y luego fui a comer.


Camine a pasos rápido hacia Pio, en cuanto llegue a su lado le acaricié la cara.

—Mi pequeño, te he echado de menos mucho—le di un beso—te presento a mis amigos, ese es Pedri el más simpático y cariñoso, y luego está Ferran el cabron que me hizo daño pero está perdonado, tengo más pero no han podido venir, otro día te los presento

Hizo un ruido y supe que estaba feliz, le acaricié un poco la cara y sentí alguien detrás. Su mano acarició la cara de Pio con mucho cuidado mientras el caballo movía su cabeza para sentir más caricias.

—Se te dan muy bien—susurre

—Si...bueno, gracias a mi ex—trago saliva

—Ey, tranquilo, no soy una asesina para que tragues saliva—puse mi mano sobre la suya

Aunque él comentario de su ex dolió. Pero no podía decir nada.

—Me parece a mi que Pio tiene nuevo amigo—miré a mi caballo que estaba súper agusto

—Si...un amigo capullo y carbón que hizo daño a su dueña por una chica que le jodio la vida si, aún no entiendo como no me ha atacado

—No digas eso, Pio sabe cuando estás mal y te arrepientes y supongo que lo habrá notado

—Es muy bueno y muy bonito—le dio un beso y sonreí

—Si—cuando Pio se fue nuestras manos quedaron unidas y encima de mi cintura

Nuestros amigos miraban pero no me importaba.

BAD BOY; Ferran TorresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora