RaNDoM StUF

Down the rain. (Frerard)

Caminando bajo la lluvia, a media tarde que parecía más ya como atardecer,  por las mismas nubes, estaba un chico de finos cabellos castaños caminando empapado pero alegre, mientras que la gente a su alrededor lo miraba con desprecio y extrañez por no cubrirse con más que su empapada sudadera de Black flag.

«La gente es rara... No saben apreciar algo tan bello como la lluvia»
Pensó para si mismo.

Caminar sin rumbo fijo era como dejar a su mente volar, y más con climas como ese.
Pero esta vez sabía bien a dónde se dirigía.

[...]

Después de un rato caminando se detuvo frente a un edificio en ruinas,  y subió hasta lo más alto para contemplar la vista.

Una vez arriba, la vista era hermosa, de un cielo grisáceo y nublado se dejaban ver finos rayos sol que luchaban por distinguirse en el inmenso cielo.
El chico se sentó al centro de la enorme azotea del edificio. El suelo estaba empapado por la misma lluvia, pero no la dió tanta importancia.

De momento, el celular dentro de su mochila vibró un par de veces y luego se detuvo. El castaño no tardó ni un segundo en ver de qué se trataba.

Eran unos cuantos mensajes de su mejor amigo.

GeeCOFFEE LORD- Holis, ¿donde estás?

GeeCOFFEE LORD- ¡¡CONTESTAAAAAAA!! 😢

GEE COFFEE LORD- Le estoy hablando a la nada,  ¿verdad?🤡

Frankwannasleep- ¡DESESPERADOO!

Frankwannasleep- Ando acá, en el edificio abandonado,  ese en el que dices que te encontraste un fantasma y era un perro🤣🤣🤣

GEE COFFEE LORD- 😑... Ah, okiss...entonces, ¿puedo ri contigo? 🙃🥺

Frankwannasleep- OK, te espero.

GEE COFFEE LORD- 💗

Y ahí murió la conversación por chat.

[...]

Admirando la vista desde tan alto se encontraba Frank.
Ya estaba comenzando a atardecer y la vista era preciosa, pero no tanto como aquel de ojos esmeralda, que por cierto, llevaba diez minutos sin aparecer,  y el castaño ya empezaba a pensar que no llegaría.

Pero, pareciendo que esos pensamientos invocaron cosas, justo apareció Gerard detrás de Frank. Este último, por lo tan metido que estaba en sus pensamientos, no lo notó.

--Frankie. -- Susurró el pelirrojo, a un nivel en el que el susurro se escuchase con facilidad.

El otro, al escuchar su nombre, sonrió chiquito y volteó hacia atrás.

[...]

Del cielo caían finas gotas de agua, pues la lluvia por fin se había calmado.

Contemplando el hermoso atardecer  se encontraban Gerard y Frank.

--Que lindo momento.-- Mencionó Gee después de unos acogedores momentos de silencio --Pareciera que el tiempo se detiene cuando estamos juntos, que no importa nada más que tu y yo.-- Continuó por lo bajo, pensando que Frank no lo oiría.

--¿Dijiste algo?.-- Preguntó el más bajo.

--Aaah... N-no nada.-- Respondió nervioso el otro.

Sin pensar, Frank recostó su cabeza en el hombro de Gerard, y así se estuvieron hasta que el cielo oscureció y pequeños puntos brillantes aparecieron sobre ellos.

Un rato más tarde, los dos chicos iban camino a casa,  muy juntos los dos, abrazados por la cintura.

Al llegar a casa de Gerard,  antes de que este abriese la puerta, Frank llamó su atención con un simple toque en el hombro.

El pelirrojo se volteó hacia su amigo, y el otro se quedó estático, como si estuviera nervioso por algo... o por alguien.

--¿Frankie estás bien?-- Preguntó el ojos esmeralda.

--Sisisisisisi, totalmente. -- Dijo al sacudir su cabeza, quitando de su rostro esa embobada sonrisa digna de Frank nervioso.

--Bien entonces... Nos vemos luego.-- Dijo Gee con una sonrisita y entró a su casa, no sin antes darle un cálido abrazo al enano, el cual respondió con mucho afecto a él.

Una vez que se separaron,  sólo movieron un poco una mano en señal de despedida.

Cuando la puerta se cerró, Frank se fue caminando hasta estar una o dos casas lejos de la de su amigo, y se dió una pequeña reprimenda a  si mismo.

--Tonto, tonto ¡tonto! ¡AAAAAAGH!-- Comenzó palmeandose la cabeza.

--¿Por qué nunca tengo el valor de decirle?...-- Soltó un pequeño suspiro y siguió caminando con más calma.

--Debí parecer un estúpido... Pues ya que, un día se dará la oportunidad de hablar. -- Murmuró para si mismo.