Prólogo

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Estoy entrando en un club para despejar la mente. Después de pasar tres años en prisión, no he tenido el privilegio de disfrutar de las mujeres. Ya hasta me olvidé de cómo es sentir a una dentro de mí. He cambiado demasiado; a veces ni yo mismo me reconozco.

—Aquí tiene su vodka —me comunica el camarero, colocándolo en mi dirección.

Estoy sentado en la barra, observando a aquellas chicas exhibiéndose en el escenario. Agarro a mi amiga, ingiriéndola bastante tranquilo. Una preciosura llega a mi lado, lleva consigo una prenda llamativa en la que puedo ver bien su figura sensual. En su mano tiene un tequila. Dibuja una sonrisa seductora y se apoya en mí, demasiado cerca de mi rostro.

—Qué chico tan guapo, ¿quieres pasarla bien conmigo? —se muerde el labio inferior y se sienta encima de mí—. Me encantan los chicos callados —me lanzo a su boca; debido a los efectos del alcohol, ella me corresponde por el momento. Nos dejamos llevar por un beso francés apasionado.

—¡Damas y caballeros! ¡Con ustedes, la Trepadora! —anuncia el organizador del evento. Tan solo al oír dicho nombre, me separo de la chica que estaba entre mis brazos.

Mi vista está centrada en aquella joven con velo negro; tiene una figura sensual espectacular. Aunque no visualizo su rostro, me llama mucho la atención.

—"Hasta luego" —me dice la dama a mi lado al oído. Pero mi intriga sigue en esa joya en el escenario. Comienzo a beber, imaginándola en mi cama; las cosas que le haría son innombrables. Con la energía que tengo cargada, nunca se olvidará de mí; seré su mejor pesadilla. Sonrío al pensarlo.

Veo cómo mueve las caderas como una serpiente; puedo notar que tiene un piercing en el ombligo. Los hombres se la pasan diciendo cosas indebidas, observándola, mientras ella aumenta su seducción tan solo al bailar de forma muy sexy.

Noto cómo se viene acercando, provocando a los imbéciles que la miran embobados. La música acompaña sus movimientos, aunque desconozco al autor. Camina de una forma empoderada, y esos desgraciados están atontados por ella; y por una extraña razón, ya me molesta.

Ahora está cerca de mi territorio, todavía moviéndose lentamente. Su mirada se cruza con la mía; puedo notar que sus ojos me llaman la atención de una forma penetrante. Antes de que vuelva al escenario, la sostengo del brazo, atrayéndola a mi pecho.

Las ganas de querer sacarle el velo me consumen, pero ella frena mi brazo antes de que intente hacer lo que se veía venir.

—“No seas tan grosero, Naín”—susurra suavemente en mi oído, transmitiendo una corriente de seducción tentadora. «Esa voz me resulta familiar, ¿pero dónde?»

—¿Dime, quién eres?—expreso observando el brillo de sus pupilas. Pero en ese momento, las luces se apagan por cinco segundos; luego vuelven con la mala suerte de que la chica a mi lado ha desaparecido de mis brazos. Y yo sin haberlo notado.

«¿Qué mierda acaba de pasar?»

Voy buscándola por todo el club como si dependiera de ello. Al rato, suben otras chicas al escenario, pero mi interés está centrado en la que acaba de volverme loco tan solo unos minutos. Me dirijo a la mesa donde está el dueño del local; me conoce, así que no se negará a lo que le voy a pedir.

—Bk, ya estás de vuelta —dice al verme. Yo me acerco a él; los tipos a su lado están jugando a las apuestas—. Así es, Marcos—me posiciono en la silla—. ¿Te gusta mi club? Trabajé mucho para que se vea más glamuroso.

Observo el nuevo diseño del entorno: luces de noche, azul y rojo, un buen monte para que los espectadores puedan acomodarse a gusto. El lugar habita hombres de prestigio, sin duda.

—Hiciste un buen trabajo, felicidades—. Muchas gracias, pero aparte de eso, ¿qué te han parecido las mujeres? Tengo de diferentes nacionalidades. ¿Quieres que te las presente a todas? Elige a la que quieras; yo invito.

Está bastante sonriente con sus detestables palabras.

—Solo me importa una, la del velo que estuvo bailando hace rato—. No me digas que te flechó la trepadora —expulsa una risita al respecto. No me interesa darle explicaciones sobre mi interés por esa bonita—. ¿Me la das o no?—. Veo que vas al grano; está bien, Bk, solo porque eres tú, por supuesto. Pero te aviso: no es una chica fácil. Puedes encontrarla en el camerino estrella, por la derecha —me ubica el lugar; sin más, me levanto de la silla.

Al llegar a la puerta que marca "Estrella VIP", toco la puerta varias veces, pero no recibo ninguna respuesta. Así que empujo el portón lentamente, adentrándome con cuidado.

«¿Dónde estará?»

Analizo el camerino; puedo notar varias prendas de mujer y un tocador donde se arreglan antes de salir al escenario a montar el espectáculo. Al darme la vuelta, la veo ahí parada tranquilamente; me asustó, aunque no se lo voy a hacer saber. Todavía tiene el velo que le cubre la cara.

«¿Qué tanto esconde?»

—Lamento haber entrado aquí sin más; solo quería verte de cerca. Va a sonar extraño, pero... me gustaría saber: ¿cómo sabes mi nombre?

Se lo pregunto porque nadie más me llama de esa forma; lo cambié durante el tiempo que estuve en la cárcel, y que esa monada me llame así ya es sospechoso. No me dice nada; ¿ahora se volvió muda? Me acerco a ella y noto que se echa para atrás.

—¿Ya no sabes hablar? Trepadora...

Nuestras miradas se enlazan en un profundo momento. No me iré hasta que sepa quién es esa muñeca o quizás qué más puede pasar esta noche, ya que no tengo intención de dejarla escapar de ninguna manera.

Nota de la autora: espero que con ese pequeño intro ya tengan idea de como va la cosa...

💥Sheila💢

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