Sentimiento

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La verdad es que la fiesta estaba destinada a terminar mal y Juani lo supo en cuanto llegó.

Vino con un sweater rojo que había encontrado en lo profundo de su armario con el fin de no cargar una campera y estaba medio lamentando la desicion, Andy y él se separaron en algún momento de los primeros 20 minutos después de llegar y Juani de alguna manera terminó solo, otra vez.

Así que tomó. Solo un poco, solo para no sentirse tan observado.

Y luego vio a Pipe a lo lejos, el de cabello oscuro todavía no lo había visto. Así que tomó un poco más, un shot para el coraje y otro que un chico de la facultad de artes le dio cuando pasó por su lado porque la verdad es que seguía confundido.

De alguna manera encontró a Ema y estuvieron charlando un rato, conversación en la que Emanuel parecía hacer todo lo posible para no mencionar a Agus Pardella a pesar de que estaban en su fiesta, cosa que por supuesto era rara porque un Ema en estado normal hubiera criticado a más no poder. Sin embargo, su amigo estaba distraído, mirando a los costados como si el otro chico lo fuera a sorprender.

Y efectivamente cuando Agus apareció de la nada Ema salió corriendo en la dirección contraria, dejándole a Juani su trago y empujando a un par de personas en su brisa.

Juani bebió el trago lo más rápido que pudo y dejó el vasito en una mesa de madera cercana. Agus le había dicho que la casa era de una tía o de un tío, alguien que estaba fuera de la ciudad.

Juani se metió a lo que era la improvisada pista de baile y comenzó a moverse, dejandose llevar por el ritmo de la canción y cerrando los ojos que se sentían pesados. Por alguna razón ahora había demasiado ruido cuando antes había sido normal. Abrió los ojos cuando alguien le tocó el hombro, fue un toque ligero pero demandante, Juani pareció despertar.

—Juani, acompáñame.— era Pipe que lo llevó a un lado, a uno de los pasillos casi desiertos donde había una pareja besándose y le entregó una botella de agua. —¿Cuánto has tomado?—

—Definitivamente no tanto como crees. — se defendió Juani a pesar de que miraba medio borroso, efecto que pasó cuando comenzó a tomar de la botella de agua que Pipe le había entregado.

Su mente estaba un poco más clara.

—¿Hace cuanto que llegaste?— le preguntó Felipe, mirándolo con una mezcla de fascinación y algo más que el de rulos no tenía las fuerzas para identificar todavía.

—Ya hace rato. No me fuiste a buscar.— dijo a pesar de que en sus propios oídos sonaba patético.

—Si te estuve buscando.— Pipe le sonreía con cariño, achinando los ojos ligeramente.

—Bueno, pero...— Juani dejó de hablar de la nada y se quedó estático, Felipe miró para los costados preocupado y se le acercó poniéndole una mano en la frente al de rulos, como para ver si tenía fiebre. Juani volvió a hablar. —¡Me encanta esta canción!

—¿Seguro?— preguntó Pipe mirando a los cuerpos que bailaban en el salón de reojo. Luego notó algo y sus ojos se abrieron exageradamente. —Dios mío.— murmuró.

Juani volteó lo más rápido que pudo para poder ver lo que sea que tenía a Pipe de esa manera y su boca cayó abierta de la impresión. Contra una pared ligeramente escondida del pasillo que llevaba a la biblioteca, Emanuel Parga tenía la cabeza echada hacia atrás contra la pared mientras Agustín Pardella le mordía el cuello sin piedad.

—Son tal para cual.— murmuró Juani un poco horrorizado al recordar el chupeton que Agus le había mostrado la semana pasada.

—Esos boludos recién se dan cuenta que se tenían ganas.— murmuró Pipe con una sonrisa gigante.

Parecía que Felipe quería decir algo más pero un chico se les acercó y lo que sea que Pipe quería decir se lo llevó el aire. Era un chico que Juani no conocía pero camino con toda la confianza del mundo hacia ellos, el objetivo era claro, el chico no apartaba la mirada del de rulos.

—¿Te puedo invitar un trago?— le preguntó ladeando la cabeza con lo que seguro era una sonrisa encantadora e ignorando completamente a Pipe.

Juani no respondió de inmediato, en su lugar le dio otro sorbo a su agua.

—Los tragos son gratis.— refunfuñó Felipe, acercándose más a Juani instintivamente, el de cabello claro casi se ahoga con el líquido en su boca por la nueva postura de su amigo.

—Estoy bien, gracias.— fue lo único que dijo el de rulos, cortésmente.

—Okay, entonces ¿tal vez quieras acompañarme a algún lugar para hablar?

El chico parecía que quería hacer de todo menos hablar.

—¿Y de qué queres hablar? ¿Anatomía? — Felipe interrumpió con un tono de voz claramente molesto, Juani volteó para ver a su amigo asesinando al chico con la mirada.

—Mira amigo, no sé porque te pones así...

—Ni lo sabrás. Mira, no estoy interesado.— dijo Juani antes de que la cosa llegara a una situación mayor cuando sintió a Pipe dar un paso adelante detrás de él, casi contra su cuerpo.

El chico le miró un rato pero se fue y el mayor pudo sentir la aprobación de Felipe incluso sin voltear.

—¿Qué te pasa? ¿Sabes que no puedes ponerte así y fingir que está bien, no?— le recriminó Juani frunciendo el cejo a pesar de que no estaba verdaderamente molesto.

—Juani, lo único que ese chico quería era...— se trató de defender Felipe.

—¡Quería lo mismo que tú quieres!— ahora Juani si estaba experimentando emociones algo intensas. —A pesar de que tú finjas que no me dijiste nada la semana pasada yo sí me acuerdo Pipe, no sé qué clase de complejo de posesividad tengas conmigo, pero...

—No quiero que él te toque. ¡Discúlpame por no querer que te acuestes con un maldito fuckboy mientras estás borracho! Ese es el tipo de chico que no te quiere ver en su cama cinco minutos después de follarte...

—Ajá. El problema real es que tú quieres que te llore solo a ti. Te tengo noticias, ni siquiera puedes decirme que te gusto sin tener que crear toda una amistad con la intención de llevarme a la cama.— el de rulos ya no controlaba lo que estaba diciendo, su mente solo soltaba las palabras que había estado pensando toda la semana, incógnitas a las que no le encontraba respuesta.

—Espera Juani, tu amistad significa mucho para mi. No creas que es algo que uso como excusa para algo perverso, de verdad me gusta pasar tiempo contigo y...

Juani escuchaba la sinceridad en su voz y la desesperación con la que Pipe buscaba su mirada, aún así, el alcohol lo hacía más valiente, más directo.

—¿Y me lo vas a negar?

—¿Negarte que, Juani?— Felipe se veía realmente confundido, y probablemente el hecho de que Juani lo miraba a través de sus pestañas no ayudaba. Juani se acercó más a él, hasta obligarlo a retroceder casi con su espalda contra la pared.

—Que me quieres coger. Que piensas en mi de otra manera más allá de la que deberías pensar si solo fuéramos amigos. Dime Pipe, ¿cuántas veces te has venido con mi nombre en tu boca?

Juani estaba tan cerca, si se pegaba un poco más sus labios rozarían la barbilla del otro, Felipe suspiró y pareció entrar en un estado de confusión total y el de rulos pensó que tal vez había empujado demasiado lejos. Pipe puso una mano en su pecho y muy suavemente lo empujó, lejos de él.

—Estás borracho Juani, no sabes de lo que hablas.—

A Juani le hubiera gustado contradecirlo pero de pronto tenía mucho sueño y había perdido toda la valentía que tomar le había dado en cuestión de segundos. Se sentía inseguro y estaba cansado.

—¿Me dejas en mi habitación Pipe?

—Por supuesto.— respondió el menor muy suavemente, analizando el rostro del otro.

Y durante el camino a su residencia ninguno de los dos dijo nada.

Siempre está en los ojos (JuanixFelipe)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora