4 (Parte 1)

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Nadie en el pueblo sabía de su existencia, la mayoría no creía que fuera posible y mucho menos les causaba intriga el porque aquella hermosa joven solo aparecía inconstantemente en el pueblo.

Pasaba desapercibida entre todos los habitantes del pueblo, aunque no del todo por el particular tono rosado de su cabello y ni hablar de su majestuosa belleza, era imposible no voltear a mirarla cada vez que se paseaba por el pueblo.

Muchos habitantes se preguntaban como era siquiera posible que una mujer tan hermosa fuera real. Claramente ella sabía que las personas la miraban o hablaban de ella, pero eso no le era de relevancia, ella tenía otras prioridades.

Cada paso que daba la acercaba aun mas a su lugar de destino, donde se reuniría con su querido y único amigo masculino, siendo bajo la forzada petición de una de sus grandes amigas.

Casi estaba segura de que Hesperia nuevamente la había enviado a hacer algo por ella y todo por su miedo irracional de alejarse mucho de su hogar, aunque también dudaba que fuese eso, pues no le había dicho que era lo que necesitaba.

Su larga travesía finalizó en el momento en que logró distinguir frente a ella la característica puerta del establecimiento a donde debía dirigirse por instrucciones de la castaña, no estaba segura de que se suponía debía hacer allí, solo que su querida amiga se lo había pedido casi llorando.

Grata fue su sorpresa al ver a su querido amigo acompañado de alguien más, le parecía conocido, pero no recordaba de dónde.

–¡Kissi! – la llamó el chico con cierta alegría. – Pensé que no vendrías.

– No quería venir, Hes me obligó – se quejó soltando un pequeño puchero. – ¿Para que querían que viniera?

La sonrisa del chico se ensanchó y luego señaló a su acompañante. – Quería presentarte a mi amigo Maverck, pensé que podrían llevarse bien.

El rostro de la chica cambió por completo, su amigable sonrisa fue reemplazada por una mueca nerviosa, sin mencionar que sus mejillas tomaron un tono carmesí bastante notorio, cosa que no pasó desapercibida para ambos chicos.

– Es un placer conocerte, Heaven me ha contado mucho sobre ti – esbozó una sonrisa tan encantadora que la joven sentía sus piernas flaquear.

– Kissiae, encantada de conocerte – le devolvió la sonrisa, incrédula de no haberse desmayado al estar en presencia de un hombre tan guapo y encantador.

Maverck le extendió la mano en una forma amistosa, ella sin pensarlo le devolvió el gesto, pero al momento de estrechar su mano, sintió una corriente eléctrica recorrer su cuerpo, algo muy extraño, pensaba que solo ella lo había sentido, pero la expresión confundida de Maverck le hizo comprender que él también lo había sentido, cosa que la confundió aún más.

– Bueno.... – interrumpió el joven de la piel pálida. – Yo debo irme, tengo una línea que terminar para entregar mañana, los veré luego.

Una apenas notable sonrisa se instaló en su rostro mientras apresuradamente tomaba sus cosas, cosa que a la joven le pareció bastante sospechoso.

– No irás a ver a Hes, ¿verdad? – cuestionó la única chica mientras le dedicaba una sonrisa llena de picardía.

– Para nada – emitió un suspiro con signos de agotamiento. – tengo mucho trabajo que hacer y no tengo tiempo para verla.

Dicho esto, se despidió con la mano y partió del lugar rumbo a su hogar.

A Kissiae le extrañaba que Heaven tuviera tanta prisa en irse, por lo regular, aunque tuviese mucho trabajo, se iba tranquilamente, no como si estuviera huyendo de algo o alguien.

EthermoorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora