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Sunghoon
Estaba tan cansado que me dolían los folículos pilosos. Sabía que la mayor parte se debía al estrés de mi día. Primero descubriendo que mi prometido no era quien yo pensaba que era, luego esos estúpidos papeles prenupciales de la boda y luego conociendo a la familia de Heeseung.
Estaba listo para que este día terminara.
Terminé de secarme el cabello y luego dejé caer la toalla en la cama a mi lado y miré alrededor de la habitación de Heeseung. Él estaba en lo correcto. Su suite de habitaciones era mucho más moderna que el resto de la casa.
Mi mandíbula prácticamente se había desquiciado cuando entré por primera vez. Por alguna razón, había pensado que el lugar de Heeseung sería todo negro y cromado o algo así. No lo era.
La habitación principal de la suite era una gran sala de estar completa con ventanas del piso al techo y puertas dobles que daban a un balcón, una elegante chimenea que parecía hecha de madera de pino nudosa y un material de estuco blanco, y un sofá seccional blanco muy grande. El sofá era lo suficientemente grande como para que ambos nos tumbáramos y aún nos quedara espacio. La madera que había en la habitación (mesa de café, mesita auxiliar, estanterías empotradas, etc.) era de un bonito color pino nudoso. Incluso había una alfombra colorida en medio del suelo.
Heeseung me había mostrado el dormitorio de invitados, su estudio, el baño de visitas, una pequeña cocina, el dormitorio principal y el baño en suite.
Estaba enamorado de ese baño. La gran ducha por sí sola podría convencerme de mudarme a la mansión. Era lo suficientemente grande para que cuatro personas pudieran ducharse al mismo tiempo y tenía varios cabezales de ducha, incluido un cabezal de ducha tipo lluvia que colgaba justo en el medio de la ducha con azulejos.
Disfruté cada segundo de mi ducha.
Miré hacia arriba cuando la puerta del dormitorio se abrió y Heeseung entró.
-Hola.
Heeseung me sonrió mientras comenzaba a quitarse la ropa. Verlo desnudarse fue increíble. Fue como la mañana de Navidad abriendo todos mis regalos, uno a la vez. Solo que estaba viendo cómo se revelaba el cuerpo sexy de Heeseung, una prenda a la vez.
-Veo que disfrutaste de la ducha.
-Quizás.
Una vez que Heeseung estuvo desnudo, inhalé un suspiro tembloroso. Estaba muy bien construido.
Heeseung me arqueó una ceja antes de mover sus caderas hacia adelante y hacia atrás, haciendo que su polla endurecida bailara.
Me eché a reír.
Heeseung sonrió y se acercó para pararse frente a mí. Toda la risa me abandonó cuando mi nivel de lujuria pasó de semi-interesado a toda marcha automático. Heeseung era malditamente sexy, más aun sabiendo que me pertenecía.
