아홉

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Al llegar al hospital, Wonyoung sintió que el peso de la culpabilidad se instalaba en su pecho como una losa. Las lágrimas se acumulaban en sus ojos, empañando la realidad que tenía frente a ella. Había una angustia profunda en su interior, un remordimiento que le apretaba el corazón con cada latido.

"No debería haber permitido que las cosas llegaran a este punto", se reprochaba a sí misma en silencio mientras esperaba en el frío pasillo del hospital. La idea de que sus propios sentimientos no expresados podrían haber cambiado el curso de los acontecimientos martillaba su mente. Si tan solo hubiera tenido el coraje de confesarle a Yujin lo que sentía, tal vez ella no estaría ahora en esa cama de hospital.

Marsh, con preocupación y angustia reflejadas en su rostro, llamó a sus amigas, quienes llegaron rápidamente al hospital. Liz y Gaeul, con semblantes sombríos, se unieron a Wonyoung para explicar a los padres de Yujin lo sucedido. Las palabras salían entrecortadas, cargadas de la tristeza que inundaba la habitación.

Mientras relataban los eventos, Wonyoung no podía dejar de sentirse responsable de la situación. Cada palabra pronunciada resonaba como un eco de su propia culpabilidad. Los padres de Yujin llegaron, rostros llenos de preocupación, y se encontraron con las tres chicas. La mirada de Wonyoung se cruzó con la de ellos, y en ese intercambio silencioso, pudo sentir la mezcla de dolor y desesperación en sus ojos.

El hospital, generalmente un lugar de esperanza y curación, ahora se convertía en un escenario de lamentación y pesar. La atmósfera estaba cargada de emociones crudas, y Wonyoung se aferraba a la esperanza de que Yujin pudiera recuperarse. Sin embargo, la sombra de la culpabilidad se cernía sobre ella, recordándole que sus propias acciones habían contribuido a este trágico desenlace.

Aún las esperanzas estaban puestas, pero la sala parecía cargada de un aire denso y sombrío cuando los señores An se aproximaron a Jang. Sus ojos reflejaban la preocupación y la incertidumbre mientras intentaban comprender quién era esta chica y cómo estaba conectada con su hija.

Wonyoung, con la mirada perdida y los ojos hinchados por el llanto, respondió con voz quebrada a las preguntas de sus padres. Pronunció su nombre con la fragilidad de quien intenta sostener sus últimas piezas de cordura, afirmando su identidad con un susurro apagado. "Soy Wonyoung", dijo, "la chica de la que su hija estaba enamorada".

Gaeul y Jiwon, al percibir la vulnerabilidad desbordante en Wonyoung, se apresuraron a rodearla con sus brazos, intentando brindarle algún consuelo en medio de la tormenta emocional. La joven no había dejado de llorar desde que llegaron, y la culpa se aferraba a ella como una sombra persistente. Cada lágrima que caía era un eco de arrepentimiento, un lamento silencioso por lo sucedido con Yujin.

La habitación resonaba con el peso de lo irremediable, y mientras los señores Kang procesaban la situación, la tristeza se materializaba en el ambiente. Wonyoung se aferraba a la idea de que sus lágrimas podrían de alguna manera deshacer el dolor que había causado. Gaeul y Jiwon, impotentes ante el sufrimiento de su amiga, la sostenían como si fueran los últimos anclajes en un naufragio emocional.

En ese momento, la tristeza no solo se veía en los ojos llorosos de Wonyoung, sino que se manifestaba en la tensión del silencio roto por sollozos contenidos y miradas cargadas de pesar. El futuro, que alguna vez prometió esperanza, ahora se desdibujaba en una oscura paleta de arrepentimiento y desolación.

𝙁𝙖𝙧𝙚𝙬𝙚𝙡𝙡 𝙈𝙚𝙡𝙤𝙙𝙞𝙚𝙨 || AnnyeongzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora