Fiesta

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¿Alguna vez te has preguntado si existe realmente el destino?

Aquellos hilos que tiran de ti hasta que puedas acostumbrarte y no tengas más opción que seguirlos, te hacen su prisionero.

Sobre todo, cuando los que lo manejan son tus padres, seguir el legado es algo que probablemente esté escrito en piedra. Hasta que cae algo más pesado sobre ella, algo que realmente destroza todo a su paso.

(...)

Las jerarquías en Japón eran aparentemente regidas por políticos y funcionarios, siempre saliendo en los periódicos y entrevistas; sin embargo, ellos solo eran piezas en el tablero de ajedrez de personas mucho más influyentes, personas que gobernaban el mundo.

Los lideres de las mafias. Ellos controlaban todo y, por supuesto, sus hijos debían seguir su legado, eran sus herederos.

Pero el grupo que sobresalía entre todas esos, era la familia Yamaguchi, un grupo sin duda muy poderoso, tenía muchos enemigos por todo el mundo, necesitaban a alguien para restablecer vínculos, así como formar mejores aliados y quién mejor que su único hijo. Él no había salido mucho por seguridad, pero ya cumplía 18 años, estaba lo suficientemente entrenado para liderar y acabar con sus enemigos.

Sobre todo, con dos familias en específico.

O eso creían.

A penas tuvo uso de razón, Tsukishima Kei, se dio cuenta que lo tenía todo en la vida, a pesar de no ver mucho a sus padres, sus caprichos de niño eran complacidos con todo tipo de regalos, claro que estos ya no funcionaron a medida que fue crecie...

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A penas tuvo uso de razón, Tsukishima Kei, se dio cuenta que lo tenía todo en la vida, a pesar de no ver mucho a sus padres, sus caprichos de niño eran complacidos con todo tipo de regalos, claro que estos ya no funcionaron a medida que fue creciendo, él necesitaba alguien que lo guie, pero nunca llegó.

Refugiarse en su hermano mayor era una pérdida de tiempo, Akiteru tenía su propio mundo, uno en el que era preparado para ser el siguiente líder, todos esperaban mucho de él.

Todo eso había forjado el carácter actual de Kei, uno algo testarudo.

(...)

—¡Oye! Me empujaste, fíjate por donde vas— su tono de voz no era para nada amable.

El chico al cual se dirigía lo miró, directamente a los ojos, haciendo que todo su cuerpo se estremezca —Lo lamento, — se quitó los audífonos que llevaba y siguió hablando — no te escuché, pero lamento lo que sea que causé, se me hace tarde para ir a clases— culminó para seguir caminando sin mirar atrás. Su simple respuesta hizo que Tsukishima se quedara petrificado.

Tal vez era ese molesto pelo verde, o las pecas que adornaban por completo el cuerpo de ese chico, pero algo en él realmente le molestaba. Sin embargo; sabía que probablemente era otro simple chico que había ingresado con suerte a esa universidad, no se encargaría de él, no por ahora.

Entró a su primera clase, seguido por sus fieles "amigos" quienes estaban comenzando a irritarlo con su ruidosa conversación, probablemente ya los hubiera golpeado, de no ser por la voz del representante de clase llamándolo por su apellido, eso hizo que se irritara aún más.

En Negación [TSUKIYAMA] [KAGEHINA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora