Descubrimiento

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Aquella mañana prometía un muy buen día, con el sol brillando en todo su esplendor

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Aquella mañana prometía un muy buen día, con el sol brillando en todo su esplendor. Tobio abrió los ojos, sintiendo su cuerpo completamente cansado, sobre todo su hombro derecho. Estaba sentado en el suelo, con la espalda apoyada al borde de la cama, mientras su mente trataba de recordar los eventos de la noche anterior.

Giró un poco su cabeza, para comprobar qué era eso que lo incomodaba y a penas se dio cuenta volvió a mirar adelante. A su lado estaba ese chico que lo había flechado el día anterior. Sabía que su rostro estaba completamente rojo, pues le ardía de vergüenza. No sabía qué hacer; no quería incomodarlo y dejarlo caer, pero seguir en esa posición le hacía daño a su ritmo cardiaco.

Aunque talvez, mirarlo un poco más de cerca no sería tan malo. Solo necesitaba verlo un poco.

Hizo un pequeño movimiento, provocando que Shoyo moviera un poco su cuerpo. Esto provocó que se quedara quieto un buen rato. Cuando se aseguró que ya no había peligro, asomó su cabeza. Desde su posición, podía ver perfectamente las pestañas tan largas del chico; le encantaban. Podía admirar por horas ese perfil. Su nariz era pequeña. 

Los impulsos que estaba controlando, poco a poco aumentaron, sin darse cuenta su mano ya estaba tocando el puente de la nariz de Shoyo. La repasó, como queriendo plasmar su forma en sus manos.

Sus dedos delinearon todo su rostro, aunque se privó de tocar sus labios. Llegó hasta la oreja del más bajo, la acarició un poco. Ahí debía terminar su inconsciente viaje, pero no quería dejar de verlo y sus manos ansiaban tocarlo más.

— Deberías pedir permiso antes de hacer estas cosas, Tobio. 

Al escuchar esa voz, todo en él se paralizo, ¿Desde cuando estaba despierto? Alejó su mano lo más que pudo y trató de levantarse sin éxito. Desde que se despertó se había preguntado por qué no podía usar su mano derecha, y lo descubrió cuando Shoyo apretó el  agarre que tenían.

A ese punto, solo quería escapar a cualquier lugar, estaba completamente nervioso. Su mente se llenaba de pensamientos contradictorios, deseando desaparecer y al mismo tiempo, permanecer a su lado.

— Lamento haberte tocado sin permiso. No volverá a pasar nunca, realmente lo siento. — declarando todo esto, usó un poco más de fuerza para librar su mano, aunque ahora fue más fácil quitarla.

El chico pelinaranja soltó una risa a penas vio la reacción del más alto. Tobio sabía que probablemente se estaba burlando de él, pero aquella risa era lo más lindo que había escuchado en toda su vida. Sinceramente, no le importaba quedar en ridículo nuevamente si eso conllevaba escuchar aquella risa angelical otra vez.

Sin darse cuenta ya estaba de rodillas frente a ese chico, mirándolo fijamente a los ojos, rogando internamente que sea soltero. El tiempo parecía detenerse mientas se miraban, como si el universo conspirara para hacer eterno ese momento.

En Negación [TSUKIYAMA] [KAGEHINA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora