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Llámenme loco, pensó Percy mirando 'disimuladamente' por el retrovisor a la castaña en el asiento de atrás junto a Grover, pero que una hermosa y total extraña apareciera en la puerta de la cabaña era la cosa más emocionante que le paso esta semana... además de saber que ahora hijo de un dios que posible sea Jesus.
—¿Quién eres?—interrumpió el rubio girándose un poco para voltear hacia la pálida adolescente de ojos azules que levantó una ceja—Quiero decir ¿Sabes quien es tu padre?
—Percy—regañó Sally sin apartar la mirada de la carretera, no comprendía que hacía ella allí pero no lo cuestionaría, confiaba plenamente que Poseidón la había mandado para ayudar a Percy.
Ojalá, sería lo que le respondería Thalassia si tan solo pudiese saber que pensaba la madre de su hermanastro no hermano.
Definitivamente estaba sofocada ¿Acaso había algo más que pudiese arruinar su existencia? Oh, no creo, se dijo a si misma, ¿cómo podría ser posible que existiese algo peor que ser una diosa atrapada en el cuerpo de una adolescente mortal en plena pubertad por culpa del capricho de su padre para obligarle a respetarlo?
—¿Acaso lo sabes tú?—Cuestionó con seriedad para voltear hacia la mujer castaña de ojos azules que agradeció mentalmente, no le diría al pequeño que su padre era el dios del mar.
Poseidón se enojaría con ella.
—Como sea, ya se los he dicho a los tres... vi una señal que me llevó a ustedes... quizás seamos hermanos y no lo sabemos—Bromeo la castaña haciendo que Percy abriera sus ojos con pánico.
¿Hermanos? ¿Disculpa? Si así era entonces que lo mandaran al inframundo primero, ¿Como podría vivir sabiendo que las posibilidades que aquella hermosa adolescente fuese su futura esposa se reducirán a cero?
—¿Donde está tu protector, Lester?—Preguntó interesado Grover mirando fijamente a la chica que sonrió—Oh... lo siento yo...
—Espera ¿protector?—Interrumpió el rubio sin comprender que era muy probable que Grover se haya disculpado por la muerte de otro satiro.
Pero no había algo como eso.
—Si no hubiera hecho que te expulsaran, nunca habrías sobrevivido la noche—Explicó sin más el pelinegro encogiéndose de hombros por la vergüenza.
—Oh, ¿Hiciste que lo expulsaran?—Siseo burlonamente la diosa para reprimir una carcajada, no se imaginaba la cara de su pacífico padrastro al saber que su hijo era todo un problemático.
Percy tosió incómodo, su reputación frente a Lester se fue de cero a ultratumba.
—Escucha, lo nos persigue ahora nos hubiese encontrado fácilmente si estuvieses en el instituto.
Sally Jackson miró por unos segundo a su hijo de reojo antes de regresar la vista al camino, no era fácil, ni para ella y mucho menos para Percy enterarse de eso hoy.