El viaje.

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Scott.

Llevamos siete horas de vuelo, la chica a mi lado no me dirige ni pronuncia alguna palabra, solo tiene la vista fija en la ventana y aveces en la pantalla de la pequeña televisión que están al frente que indica cuántas horas faltan de vuelo.

Al entrar al avión la química o el deseo se hacia notar en nuestras miradas. Pero de un momento a otro ella aparto su rostro, posando su mirada en la nada.

Busco mis audífonos, saco mi celular, pongo música. Al moverme capto su atención me mira de reojo como si estuviera esperando el momento clave para hacer cualquier cosa.

Debo admitir que la idea de estar en un país donde nadie nos conoce no me desagrada. Sería más tiempo para poder sasiar mis deseos.

Mis oídos de inundan de Crazy in love de Beyoncé y de forma automática mi mente se transporta ha el día del muelle esa noche fue una marca para nosotros. Dormir con ella, saber de sus "Pesadillas" y miedos.

Ese día en la mañana cuando me informaron que se quería ir, tome el auto de una manera veloz y ágil lo posicione en sus narices debo admitir que me encantó su expresión de sorpresa.

Pero los pensamientos se intensifican cuando su mano roza mi pierna , yo giro mi mirada, ella me miraba fijamente, como si quisiera....¿Retarme?.

-Digame Señorita Ortega.- me preguntó y puedo notar como su expresión se relaja, bajo la mención de su apellido.

-Solo voy a levantarme Sr.Wester- me mira con algo de malicia. Ella se levanta, la veo alejarse a los baños, cuando entra desvío la vista a la ventana nada mas se pueden ver nubes y el oceano a lo bajo.

Seguí escuchando música ella regreso de el baño y se acomodo para seguir viendo por la ventana.

El resto de las horas pasan iguales.

Seis horas después

Me acomodo en el asiento, me he escuchado todo mi almacén de música, leí, comí, podría dormir pero no tengo la mas mínima pizca de sueño y como mi teléfono está en modo avión no puedo ver ninguna serie. Apartando todo esto, la chica a mi lado sigue sin dirigirme la palabra o tan si quiera mirarme.

Lo bueno de todo esto es que faltan 45 minutos de vuelo, me recuesto del espaldar de la cama. Esperando a que el tiempo pase lo más apresurado posible.

La aeromoza pasa con una bandeja de refresco y snaps. Le hago seña para que se acerque.

Al acercarse ella me sonríe cordial.

-¿Que se le ofrece?- me dice moviendo algunas bebidas que tiene en el pequeño Carrito.

-Una Pepsi- tengo algo de sed. La saca de una cubeta de hielo. Me la entrega y se va.

Tomo un sorbo, está fría, miro hacia donde está la pelinegra. Está está mirando a la ventana con las manos entrelazadas y con una mirada muy profunda.

45 minutos después.

"Señores pasajeros bienvenidos al aeropuerto Internacional De Maiquetía. Por favor, permanezcan sentados, y con el cinturón de seguridad abrochado hasta que el avión haya parado completamente los motores y la señal luminosa de cinturones se apague. Los teléfonos moviles deberán permanecer totalmente desconectados hasta la apertura de las puertas. Les rogamos tengan cuidado al abrir los compartimentos superiores ya que el equipaje puede haberse desplazado. Por favor, comprueben que llevan consigo todo su equipaje de mano y objetos personales. Les recordamos que no está permitido fumar hasta su llegada a las zonas autorizadas de la terminal. Si desean cualquier información, por favor diríjase al personal de tierra en el aeropuerto; muy gustosamente llegamos a la República Bolivariana De Venezuela, les deseamos un buen hospedaje y Buenos días.

Lágrimas De SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora