Las semanas siguientes a ese día, se sintieron como una pared presionando mí corazón. Las cosas habían terminado mal con Reid. O bueno, eso trataba de entender. Porque desde esa vez en el avión, no habíamos vuelto a hablar. Solo nos veíamos en el trabajo e intercambiabamos un par de palabras. Él no me dió ni una explicación de lo que había sucedido. Y mí mente había hecho estragos en mí cabeza. No podía sacar de mis pensamientos la idea de que Spencer había estado con alguien más. Solo había decidido evitarme. Y eso me dolía.
El trabajo me había ayudado a mantenerme concentrada en otra cosa. La terapia también me había ayudado. Además había decidido vivir con Hotch. Ahora que todos sabían que era su hija, no había motivo para no ir a vivir a casa.
Y eso me hacía sentir menos sola.El hecho de que los últimos días no había visto a Reid, también hacían que todo sea un poco más fácil. Él había comenzado a dar clases en una universidad. Sorteaba su tiempo entre el trabajo en la UAC y las clases. Así que no siempre estaba en la oficina.
Recordé mis semanas sin él y me ganó la curiosidad de saber cómo había sido la suya sin mí. Así que aproveché que no teníamos ni un caso y que él estaría dando clases. En ese momento me pareció una buen idea ir como oyente a su clase. Al menos podría verlo. Y entender qué sucedía. Cuando llegué, la clase aún no comenzaba. Así que me senté en el fondo para que él no pudiera verme.
La clase comenzó y todo lo que sentía por él, resurgió como un incendio forestal dentro de mí. El amor que sentía por él, seguía intacto. Quería entender qué sucedía con él. Por qué no me había dado explicaciones. Por qué se había alejado de mí. En ese momento, decidí que lo mejor era hablar con él. Valía la pena intentarlo. Esperaría a que termine la clase y me acercaría a hablar. Necesitaba entender si aún quedaba algo por lo cuál luchar.
Pasó la hora y la clase había culminado. Los estudiantes poco a poco se fueron yendo. Hasta que quedó completamente vacío.
Tragué saliva. Suspiré y caminé hacia él.
-Hola, Spencer -hablé mientras mí respiración me asfixiaba - ¿Te molesto?
-Emma -me miró asombrado - ¿Qué haces aquí?
-Nada -suspiré - bueno, en realidad -me atreví a tomar su mano - deberíamos hablar, Spencer...
-Emma, yo -suspiró, se acercó más a mí y casi rozó sus labios por los míos - lo siento, de verdad, lo siento -podia sentir su respiración sobre mí rostro
-Spencer -exclamó la voz de una mujer - ¿Qué sucede?
-Lo siento, Emma. Perdóname, por favor -me soltó la mano y tragó saliva
Trataba de entender qué sucedía. Busqué la voz de la mujer... y esa mujer, era Laila
-¿Laila? - respiré profundo y lo miré - ¿Estás con ella?
Él me miraba con ojos de disculpas
-Sí, está conmigo -respondió Laila y lo tomó de la mano - ¿Por qué? ¿Quién eres?
El frío corrió por mí espalda. Me sentía una idiota. Mí corazón latía con fuerzas. Lo miré y sentí que mis ojos se llenaron de lágrimas. Debía salir de ahí. Me dí la vuelta y salí. Pero él no me alcanzó. No me buscó. Y yo había tenido la esperanza de que él saliera detrás de mí.
La ansiedad me golpeó fuerte sin importar el lugar en el que estaba. No podía respirar. El dolor comenzó a transformarse en enojo. Él estaba con ella. Con la que me había dicho que no pasaba nada. A la que le había terminado porque no tenía nada que ofrecerle. Estaba con ella después de haberme jurado amor. Me sentía una estúpida. Yo había dejado que él entre a mí vida. Me mostré a corazón abierto con él. Fui sincera con él. Incluso había cambiado por él porque no quería lastimarlo. Me había entregado por completo. Le confíe mis miedos. Y aún así él se había atrevido a jugar con mis sentimientos.
Yo había aceptado que me había enamorado. Y había decidido armarlo. Y eso, a él no le importó. Porque estaba con ella, aún cuando me decía que me amaba.
ESTÁS LEYENDO
EMMA: Unidad de Análisis Conductual del FBI
FanfictionSumérgete en la vida de Emma Grant Hotchner, una mujer que ha enfrentado innumerables desafíos y se ha convertido en una persona ruda y sin sentimientos. Hasta que alguien llega a su vida... descubre cómo el amor puede transformar incluso a las alm...