Tenías que dejarme solo unas horas. No 23 años

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Ashtor

Mierda , debí hacerlo pure a golpes.

Con esas heridas que llevas, seras tu al que hagan pure.

Se atrevio a besarla. Maldito bastardo.

Y por segunda vez.

¡Callate! No me lo recuerdes.

No recibi un golpe fuerte por parte de ese idiota o sus perros falderos. Lo que me habia dañado la piel es el crudo invierno.
Abri la puerta con la cabeza baja , sintiendo la presencia de mi vieja sentada en comedor golpeando con su pie el tacón haciendo sonar el suelo. Aún llevaba la ropa de la mañana esa blusa blanca de manga larga , la falda larga hasta los pies color canela , el cinturón negro a la cintura , el cabello suelto hacia atrás y un dije de esmeralda brillante en el cuello. Apenas entre ella se levantó.

—¡¿Dónde demonios te has metido mo...?! -levanté la cabeza y ella abrio mucho los ojos por la sorpresa -. Ashtor, ¿Qué...?

—Ire a mi habitación -le digo cerrando la puerta pasando por el comedor para subir las escaleras tambaleandome en ella.

—¡Como me entere que te has vuelto a pelear por drogas yo...!

Aprieto mi mano sobre el barandal de la parte baja de la escalera para no volver a discutir con ella.

—Quedate tranquila cuando me recupere de estas heridas me largare de esta casa. Para que no sientas vergüenza de mi -le digo sincerandome.

No espere la respuesta de ella y subi las escaleras dejandola sola en el comedor. Camine a mi habitación sosteniendome de las paredes . Joder, esto dolia demasiado. Le pedí a una de las sirvientas que me trajera un botiquin , ellas se horrorizaron al verme en este estado y aún seguia en pie.

La condición de mi piel en estos momentos era terrible. Había olvidado que mi piel se irritaba demasiado en el frío y como consecuencia de ello empesaba a salirme sarpullido y heridas en el cuerpo. Intente abrir el botiquin pero incluso las yemas de mis dedo dolian para hacerlo.

Tire al suelo el botiquin y este se abrió solo, pero rompiendose algunos medicamentos y vaciándose en el suelo. Solte un gruñido y me sente en una silla e incline mi cabeza hacia atrás cerrando los ojos. Necesitaba calmarme.

-Chumbeke... -la llame por su apodo con una sonrisa.

Cada día esa mujer se hace más bonita. Verla de nuevo hizo que me dieran ganas de tocarla y besarla. Juro, que estuve a punto de tomarla en mi hombro y llevarmela muy lejos de aquí. Pero una parte de mi no queria condenarla a estar con un drogadicto.

¿Quién quisiera estar con alguién como yo?

Deseaba con todas mis fuerzas besarla de nuevo.

¿Qué demonios me hiciste mujer? ¡¿Por qué me es tan dificíl dejarte ir?!

Me incorpore recto y me toque con una mano la cara , abriendo entre mi dedo anular y mi dedo medio para mostrar mi ojo. Ya no aguanto más el dolor me esta matando.

¡Por favor , perdóname! Yo no quiero que me odies. Yo no soy mejor que tú ¡Yo te quiero hermano! -recorde.

-Que patético te veías ahí , Jayden -admiti con una sonrisa.

Alguién toco la puerta. Antes de que le diera permiso de pasar. Ya había entrado.

-Ashtor, deja que te cure esas heridas -me dijo mi madre.

-No es necesario, puedes irte -le dije inclinando la cabeza hacia atrás y cerrando los ojos.

-Eso es lo que te sucede cuando tu piel toca el crudo invierno. Encima que sales afuera sin una chaqueta o una bufan...

Ya no quiero estar aquí Donde viven las historias. Descúbrelo ahora