🌍 ¿Cómo amar a Tierra? || Venus x Tierra [Solarballs] 💕 [✔️]

🌹━━Ｒｅｎｃｏｒｅｓ━━🌹

Marte nos estaba observando desde el cinturón de asteroides, aunque en aquel entonces yo no lo sabía. Estaba tan feliz de estar al fin con el ser que más amaba en el universo que se me olvidó la existencia de este ser tan despreciable.

Flashbacks

—Ese inútil... ¿Cómo ha podido volver a ganarse su confianza de nuevo? ¡Creía que Tierra estaba comiendo de la palma de mi mano! —susurró Marte entre dientes.

—Papá, ¿por qué haces esto? No creo que sea buena idea. —dijo Phobos deprimido.

—Pregunto lo mismo. —añadió Deimos. —Se nota que se aman. ¿Por qué no los dejas ser-

—¡Basta! —interrumpió Marte, enfadado. —Ya sé que se aman. ¿Por qué creéis que los estoy intentando separar?

Phobos y Deimos se miraron entre ellos, tristes por las palabras de su planeta. Ambos lo admiraban mucho y lo querían como si fuera su padre. Un ejemplo a seguir. O al menos, lo era.

—Lo siento, chicos. —se disculpó Marte. —No tuve que haberles hablado así, pero realmente quiero estar junto a Tierra. Estoy seguro que lo amo más que Venus. Haré lo que sea por conseguir su amor.

—¿Nos estabas espiando? ¿Tan guapo soy para que tengas que actuar como un paparazzi? —le dije irónicamente mientras nos tirábamos asteroides entre los dos.

Seguramente no estaréis entendiendo nada, sinceramente yo tampoco. Pasaron unos días desde que Tierra y yo decidimos estar juntos. Han sido los días más felices de mi vida. Todo el sistema solar nos felicitó, bueno, menos ya sabéis quién. Nos hemos divertido mucho y hemos creado maravillosos recuerdos.

Una vez le conté a Tierra que uno de mis mayores sueños era ver un tulipán. De esos en su superficie. Me dijo que algún día tendré la oportunidad de verlos, sería una sorpresa. No dormí durante esa noche porque estuve imaginándome como serían.

Me encontraba plácidamente en mi órbita, cuando encontré una carta un tanto sospechosa. "Ven al cinturón de asteroides si tienes suficiente valor y resolvemos esto de una vez por todas". Al instante supe quién lo escribió, era obvio. Lo pensé un poco, pero al final me decanté por ir.

Por esa misma razón ahora nos estamos peleando. Nada mas entrar en la zona rocosa él me apuñaló con un asteroide. No tardé mucho en devolvérselo y ahora estamos así.

—¡Ni que te estuviera espiando solo a tí, baja ese ego! —respondió Marte mientras reunía varios asteroides.

—¿Qué es lo que quieres, Marte? —pregunté cansado. —Si solo me has citado aquí para pelear, paso de perder el tiempo contigo. Tendría que estar con Tierra ahora mismo.

—¡De eso mismo quiero discutir! De Tierra. ¡Te entrometiste en mis planes, y eso no lo puedo permitir! —gritó mientras yo esquivaba varios de sus lanzamientos.

—¿Tanto te cuesta admitir que no tienes oportunidades con él?

Marte lanzó un asteroide con furia, interrumpiéndome, pero logré esquivarlo por poco.

—¡No te atrevas a hablar de él! —rugió, con los ojos llenos de rabia. —¡Él y yo estamos destinados a estar juntos!

—Marte, por favor, deja de actuar como un niño celoso. Tierra no te corresponde, y nunca lo hará. —respondí, tratando de mantener la calma mientras me preparaba para contraatacar.

—¡Cállate! ¡No sabes de lo que hablas! —gritó, lanzando más asteroides hacia mí. —¡Yo he estado más tiempo con él, lo sé todo sobre él! ¿Y te atreves a arrebatármelo?

Esquivé hábilmente sus lanzamientos, pero uno de ellos golpeó fuertemente mi superficie. Aunque intenté ocultar el dolor, Marte lo notó y sonrió satisfecho.

—¿Qué pasa, Venus? ¿Demasiado débil para enfrentarte a mí?

—No, Marte. Simplemente me duele ver cómo has dejado que los celos te consuman hasta este punto. —dije, mirándolo con tristeza y rabia. —Te importa más tu ego que la felicidad de Tierra.

No me respondió, pero pude notar que se enfadó aún más.

—Si realmente amas a Tierra, ¿no lo dejarías ir para que esté con su amor?

Marte gruñó y se lanzó hacia mí con más furia que antes. Ambos intercambiamos golpes y esquivamos los ataques del otro, pero la pelea parecía no tener fin.

—Marte, esto no tiene sentido. —dije, respirando agitadamente por todo el ejercicio que estaba haciendo. —¿Qué pretendes, matarme? ¿Y luego qué, irás a la Tierra como si nada hubiera pasado y le pedirás salir? ¿Qué crees que te dirá?

—¡Y yo que sé que es lo que me dirá! ¡Pero estoy seguro de que todo será más fácil si tú no estás en mi camino!

—Marte, escúchame. No puedes forzar el amor. Si realmente amas a Tierra, debes respetar su felicidad, incluso si eso significa que no esté contigo. No puedes controlar sus sentimientos, ni los míos. —dije, tratando de hacerle entender mientras esquivaba otro asteroide.

—¡No me digas lo que debo hacer! ¡Tú no sabes nada sobre el amor! —gritó Marte, lanzando más ataques hacia mí.

—No se trata de lo que sé o no sé. Se trata de respeto, Marte. Respeto por los sentimientos de los demás, incluso cuando no son lo que deseamos. —respondí, esquivando sus golpes con agilidad.

Marte se detuvo por un momento, parecía estar procesando mis palabras. Vi una oportunidad para tratar de calmar la situación, así que intenté calmarme.

—Entiendo que te duela, pero no puedes resolver tus problemas a través de la violencia. Si realmente quieres estar con Tierra, debes encontrar una manera de hacerlo que no cause sufrimiento a los demás.

Por un instante, Marte pareció reflexionar. Pero en lugar de bajar la guardia, su expresión se endureció.

—No tienes ni la más mínima idea de lo que es el sufrimiento, Venus. Y no permitiré que nadie, ni siquiera tú, me impida conseguir lo que deseo.

Antes de que pudiera reaccionar, Marte se abalanzó sobre mí con una sonrisa en su rostro. Su determinación me tomó por sorpresa, y apenas tuve tiempo de defenderme antes de que un gran asteroide golpeara mi superficie con fuerza, dejándome aturdido.

—Lo siento, Venus. Pero no puedo permitir que interfieras en mis planes. —dijo Marte con una sonrisa siniestra mientras luchaba por no caer rendido.

El dolor y la confusión hacían que mi lucha por mantenerme se dificultara. Mi vista se nublaba cada vez más y varias lágrimas recorrían mi rostro. No podía permitir que Marte tuviera éxito en su intento de separarnos, pero tampoco podía hacer nada para evitarlo.

Había fallado. Realmente creí que podía hacerlo cambiar. ¿En serio pensé que Marte podría cambiar? Qué patético de mi parte. No pensé que caería tan bajo como él.

No pude contraatacar. Cada vez estaba más débil y apenas podía ver la silueta de Marte, que parecía estar alejándose. No podía moverme. Solo estábamos yo y mis pensamientos en ese oscuro lugar.

Cerré los ojos. Mi último pensamiento fue en Tierra.

Nunca me esperé que aprender a amarte fuera tan doloroso.