┊ ┊ ⋆˚ 𝖢𝗈𝗌𝖺𝗌 𝖽𝖾 l𝖺 𝗏𝗂𝖽𝖺.

┈ ⋞ 〈 14 〉 ⋟ ┈

Cuando tenia 7 años, conocí a Ha-Yun.

Sentado en una esquina, en silencio, acomodando sus lentes de forma curiosa evitando la mirada de los demás, evitando mi mirada... Como si supiera que la curiosidad me hubiera invadido, quería hablar con el, pero estaba casi seguro que a el no le gustaría la idea, así que me mantuve a raya, lo ignoraba como si solo fuera un compañero mas aun sabiendo perfectamente que era imposible, mi mirada lo buscaba por inercia, a cada momento, curiosamente no habia ni una sola vez en la que el no lo notara y me mirara también.

"Que lindos ojos" me limitaba a pensar con mi agitado corazón casi en mis manos.

La verdad nunca hable mas de lo necesario, era extraño, generalmente tenia la facilidad de acercarme a quien sea y simplemente entablar una conversación, sin embargo con el era algo totalmente distinto, me ponía muy nervioso estando cerca, así que en la medida de lo posible, lo evitaba, pero siempre hubo momentos en los que me topaba con el o tenia que acercarme debido a cosas de la escuela.

Pero no paso a mas de eso, así durante casi toda la primaria,  hasta el quinto año, estaba sentado junto a mi, baje el rostro intentando ocultar la torpe sonrisa formada en mi rostro al verlo ahí.

Inicio la clase, típica introducción de todos los años escolares, voltee disimuladamente, en lo que cabía de ello, estaba abriendo su cuaderno, ahí note un sticker de... Un anime. Uno de conocía bastante bien. ¿Le gusta? me preguntaba, sonriente ante la idea, cosa de la que parecido percatarse, nuestras miradas contactaron y los nervios me invadieron.

--... ¿Te gusta Komi-san? -- Pregunte sin pensarlo mucho.

--Sip, por lo que veo a ti también. -- Dijo sonrientemente, siendo esa la primera vez que hablamos fuera de lo necesario. Como si hubiera derretido el hielo entre nosotros.

A partir de ese día nos volvimos mas cercanos. creo que... ¿Puedo decir que así fue?

Hablábamos seguido, al parecer el gusto por el anime y los dulces era algo que compartíamos. Me di cuenta también que tal cual y como yo era una persona muy insegura y frágil, el también, por eso mismo hablar entre nosotros de nuestros problemas era algo común, con el por alguna razón sentía la libertad de hablar a pesar de lo difícil que solía ser para mi, de la misma forma lo escuchaba atentamente siempre que se sentía mal, no me tomo mucho confiar en el y en un tiempo menor del que pude percatarme ya éramos muy cercanos, compartíamos el almuerzo, visitaba su casa, salíamos a jugar por las tardes, sabia sobre la comida que le gustaba, lo que no, sus colores favoritos, lo mucho que amaba los animales, sus problemas familiares, lo que te causaba inseguridad, conocía sus gestos, sus tonos de voz, me habia grabado bien su aroma,  podía reconocer incluso el sonido de sus pasos a lo lejos.

Ha-Yun para mi, era todo, mucho antes de reconocerlo.

Una noche después de clases, simplemente me disponía a dormir, cuando el pensamiento me golpeo como una ola. "Me gusta Ha-Yun".

Y así mismo como sin darme cuenta aquel sentimiento se habia apoderado de mi, lo acepte. Realmente no cambio mucho desde que me di cuenta, solo que era mas consiente de que aquello que llamo mi atención en el desde el inicio, no era solo por que quería ser su amigo.

En aquel entonces era solo un niño de 12 años experimentando su primer amor, es gracioso hasta cierta forma, admitirlo ahora que crecí.

Bueno, recuerdo que fue aun mas gracioso el día que me confesé.

En abril, en medio de las vacaciones después de debatirme a mi mismo sobre si debería o no, termine llamándolo en medio de la madrugada, mientras mi cuerpo temblaba, y entre un sollozo lo dije: