Muy muy divertido

4 0 0
                                    


—Dime Emma, ¿qué carrera vas a hacer? —pregunta Víctor mirándome de reojo.

—Derecho —sonrío sin poder evitarlo.

—Te pega bastante —sonríe de lado.

—¿Y tú eso como lo sabes? —inquiero y abro los ojos exageradamente como si estuviera alarmada —¿¡Me espías!? ¿Tienes cámaras en mi habitación? ¿Has hackeado mi móvil?

—Dios no —se ríe escandalosamente —. Te he visto salir furiosa detrás de Nov —explica.

—Nov... claro, claro que sé quién es —digo quitándole la importancia.

—Matthew Ivanov, por aquí lo llaman Nov.

—Aaaaaah, vale el maleducado con complejo de rey de la edad media —digo asintiendo con la cabeza.

—Lo has clavado —sonrió aún más.

—¿Y tú qué estudias?

—Medicina, estoy en mi segundo año.

—¿Por qué todo el mundo va a segundo? —pregunto hastiada.

—Los de primero están ahora mismo en sus habitaciones instalándose.

—Ya, menos yo —me señalo enseñando los dientes —. Siempre lo dejo todo para el último momento, sobre todo si tengo que ordenar.

—Yo soy justo lo contrario.

—Vamos a hacer un gran equipo Victorcito.

Seguimos hablando de la vida como si nos conociéramos desde hace años. Victorcito es la típica persona que parece amable con tan solo mirarla. Atiendo atenta como cuenta que su familia vive en Canadá cuando me distraigo. No sé por qué, pero hay demasiados ojos mirándome desde hace un buen rato. Los ignoro como he hecho toda mi vida hasta que comienzan los cuchicheos. Frunzo el ceño y me paro en seco. Miro a mi alrededor cabreada lista para soltar un insulto cuando veo que una figura vestida de negro viene por el pasillo con dos chicos a sus lados. Le presto más atención de la que me gustaría. Esta con la vista perdida en el horizonte mientras los otros dos hablan riéndose. Cuando están a unos metros de nosotros, sus ojos negros se clavan en mí como dagas. Hago una mueca de horror.

Ya tienes enemigos el primer día Emma. Me esperaba más de ti, como que los tuvieras al segundo.

Sigue caminando sin apartar us vista de la mía. Sus ojos viajan a Víctor, que esta ahora mirándolos también. Sus dos amigos se dan cuenta de este para nada incómodo intercambio de miradas porque miran en nuestra dirección. El rubio sonríe como si supiera un chiste privado que nosotros no. Pasan por neutro lado sin pararse. Matthew me mira por enigma del hombro con irritación.

A ver, para que mira sí le caigo mal ¿eh? Arrugo la nariz y le saco la lengua.

Pensaba que ya tenías dieciocho años, amiga mía.

Pues aparece que ahora vuelvo a tener tres.

Abre un poco los ojos y se para en seco. La felicidad se me va tan rápido como el pelo a los hombres. Esperad que ahora me estoy riendo mentalmente. Sus amiguitos se paran también y los tres se giran. La multitud comienza a cuchichear más fuerte. Matthew me da un repaso. Víctor da un paso corto quedando unos centímetros por diente de mí. Eso hace que el matón frunza el ceño y da un paso en nuestra dirección. Por la tensión de todo el mundo me da que esto no va a acabar bien.

¿¡Que hacemos!?

¡No chilles!

¡Pero ayudame de una vez!

Arderemos juntosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora