I

162 9 0
                                    


Era la segunda semana de enero; La temperatura era agradable, fría para algunas personas, simplemente perfecta para otras. Aunque 20 grados centígrados no es tan frío, ¿verdad? Eso fue lo que pensó cuando seleccionó el outfit de su closet.

El Mercedes negro entró en el estacionamiento del rascacielos situado en el Distrito Central de Negocios de Sídney, como venía haciendo cada día desde hacía 12 meses.

Después de todo lo sucedido con Jakob, Saskia decidió tomarse un año sabático, dejando el camino libre para que Alex fuera nombrado socio de la firma. Julia le había recomendado esperar, le aseguró que aún podía conseguir la posición, pero la joven prefirió renunciar y aprovechar el tiempo para ir a terapia y superar sus frecuentes pesadillas.

Sin embargo, después de seis meses ya estaba aburrida del discurso de "tómate tu tiempo para sanar". En lugar de regresar a la empresa anterior, decidió explorar sus opciones a través de otras firmas de abogados del área. Entonces, cuando se enteró de que había una vacante como Asociada Senior en Latham, Dunn, Ellis & Seyfarth, no lo dudó. Cuando recibieron su currículum quedaron simplemente impresionados y el puesto era suyo.

La mujer de cabello negro salió del Mercedes, vestida con un traje de pantalón y chaqueta gris sobre una camisa negra. Se subió las mangas de la chaqueta y la camisa hasta los codos, agarró su computadora portátil, su bolso y caminó hacia el ascensor.

- ¡Espera, por favor! – dijo una voz masculina proveniente del garaje. Era Ted, un hombre de 45 años que parecía un modelo de revista deportiva. La sección de tenis para ser exactos, o eso es lo que escuchó de algunos de los asociados.

Ted Gibson era su director jurídico. Habían estado trabajando juntos desde el primer día en la firma y ella rápidamente determinó que él era un hombre honesto con fuertes principios morales. Algo extraño de encontrar en su campo de trabajo. Estaba casado con una arquitecta de 33 años y estaban esperando su primer bebé.

- Saskia, buenos días. – dijo nada más entrar al ascensor.

- Ted, ¿cómo está Quinn hoy? – preguntó, marcando el número del piso.

- Tiene 8 meses de embarazo y apenas se le ven los pies. – respondió con una sonrisa. Antes de que pudiera decir algo más, el ascensor sonó y las puertas se abrieron. - ¡Oh! Tendremos una reunión con la Sra. Ellis más tarde hoy, todavía estoy esperando la confirmación de la hora.

- Claro. – dijo, caminando hacia su escritorio.

A diferencia de su trabajo anterior, en su puesto actual no tenía la privacidad de una oficina para ella sola. Como Asociada Senior, compartía el gran espacio con otras dos personas. Los escritorios se ubicaron en extremos opuestos de la sala, lo que les permitió tener un espacio al centro de este para reuniones sin salir de la oficina. El diseño general de la firma era minimalista, cada espacio estaba separado por vidrio templado pero quedó gratamente sorprendida cuando descubrió lo cómoda que era su silla ergonómica.

A las 11:30 am, la asistente de Daphne Ellis entró en la oficina y le pidió que la siguiera. Saskia se levantó e hizo lo que se le pedían, asegurándose de que su traje estuviera impecable para la reunión. Cuando se abrió la puerta de la oficina de la Sra. Ellis, vio que Ted ya estaba allí.

- Sra. Ellis, la Srita. De Merindol está aquí. – anunció la joven.

- Por favor tome asiento. – dijo la socia de la empresa. Saskia intercambió una leve sonrisa con Ted y se sentó.

- Imagino que habrás oído hablar de Legalweek . – Saskia asintió. – Ted, como Director Legal de nuestra firma, es designado cada año como nuestro representante para la conferencia y para supervisar algunos casos con nuestros clientes estadounidenses. Sin embargo, me ha informado que este año, por circunstancias personales, preferiría enviar un Asociado Senior. – anunció la Sra. Ellis mientras firmaba unos papeles.

ENCUÉNTRAME A MITAD DE CAMINODonde viven las historias. Descúbrelo ahora