IV

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Después de un largo día, Sadie estaba con Matt en el bar del hotel, tratando de controlar su dolor de cabeza mientras esperaba a Saskia para poder obtener una cita suya sobre la conferencia. Vio a la mujer sentada en una mesa en la parte trasera del Lobby Lounge, hablando con un hombre algo mayor. Ella se encogió al ver que el hombre intentaba acercarse al oído de la abogada.

- No creo que esa nena se esté follando a ese tipo. – remarcó Matt, demasiado cerca para su gusto.

- Ugh, no lo digas así. Suena vulgar incluso para ti. – afirmó la castaña tomando un sorbo de su vino.

- Lo siento. – respondió, volviendo su atención a la bebida en su mano.

Con los ojos fijos en la mujer, observó que el hombre se levantaba y le ofrecía la mano. Con una sonrisa educada, la abogada estrechó su mano y se despidió. El apretón de manos pareció flojo en opinión de Sadie.

- ¡Mierda ! Ella viene hacia nosotros. – dijo Matt, casi derramando la bebida de Sadie sobre la barra.

La mujer de cabello negro se detuvo junto a Sadie.

- ¿Puedo tomar otro whisky, por favor? – le preguntó al camarero.

Sadie tomó un trago de su copa, tratando de ignorar el hecho de que la voz de Saskia sonaba completamente diferente ahora sin todo el ruido de antes. Estaba recubierta de confianza, pero al mismo tiempo había algo seductor en ella. Probablemente el acento, ¿verdad? Sí, debía ser eso. Hay muchos artículos que declaraban que los acentos le hacen algo a nuestro cerebro. Sadie suspiró.

- ¿Está todo bien? – preguntó la mujer a su izquierda. El fotógrafo empezó a toser.

Sadie se volvió y pensó que la mujer tenía los ojos más hermosos que jamás había visto. "Está bien, puede que no sea sólo el acento", pensó.

- Sí, un largo día. – Fue todo lo que atinó a decir, sonriendo suavemente.

- Bueno, puedes cogerte el día o dejas que el día te coja a ti. Debes elegir sabiamente. – respondió ella, acercándose un poco más a la periodista para evitar que alguien escuchara su selección de palabras. Luego le guiñó un ojo a Sadie y añadió – ¿Vienes a mi mesa?

Sadie, ahora sin palabras, había sentido este tipo de atracción antes; sin embargo, después de graduarse, se había sentido perfectamente bien navegando a través de relaciones heterosexuales, si se podía llamar así, y su trabajo. Aunque su trabajo consumía la mayor parte de su tiempo y energía.

- Tu mesa, seguro. – Respondió, siguiendo a Saskia y el movimiento de sus caderas. "¡concéntrate!" se ordenó a sí misma.

Saskia la miraba con curiosidad mientras ella tomaba un sorbo de whisky. La castaña parecía demasiado concentrada en su libreta, probablemente revisando las entradas del día.

- ¿Entrevistaste a mucha gente hoy? – inquirió Saskia con un tono de voz suave, colocando su vaso sobre la mesa. Sadie la miró, sus ojos azules clavados en los verdes de Saskia.

- No tienes idea. – respondió ella, luego sacudió la cabeza y se frotó la sien izquierda con los dedos.

- No te ves bien. Podemos hacer esto en otro momento. – dijo Saskia observando el gesto.

- ¡Oh, no! Quiero decir, gracias, pero está bien. Puedo hacerlo. – respondió Sadie, mostrándole el bloc de notas con su nombre en la página.

- Muy bien entonces. – respondió Saskia cruzando las piernas con cuidado frente a la mujer. Sadie siguió el movimiento con los ojos y se aclaró la garganta.

ENCUÉNTRAME A MITAD DE CAMINODonde viven las historias. Descúbrelo ahora