Prólogo

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La tela de su nuevo vestido le parecía preciosa y Taylor le parecía preciosa, Lily siempre admiró a su hermana por la mujer en la que se había convertido, por la persona que siempre había sido; su abuela solía decirle que algún día, si trabajaba muy duro podría llegar a ser como ella y Lily lo creía fielmente.

Ahora estaban en la tienda de la modista favorita de Taylor buscando un nuevo vestido para Lily, su madre le ayudaba a escoger las telas, pero a Lily no le parecían ninguna, eran tan distintas a las que escogía para su hermana que comenzaba a irritarla.

—¿Por qué Taylor usa morado y yo rosa? — se quejó Lily.

—Porque tú no eres Taylor. — respondió su madre con una sonrisa.

—¿Y eso qué tiene? — dijo haciendo un puchero.

—Lily, no le respondas a tu madre.

La voz de su abuela la hizo encogerse, Lily jamás supo porqué su abuela le causaba tanto pánico, si era una mujer amorosa, tanto como lo puede ser una mujer de su edad, Taylor siempre se llevó bien con ella, pero con Lily la historia era distinta, Lily jamás sintió tanto apego con su abuela, además siempre la regañaba por su comportamiento.

—No se preocupe, Felicity. — dijo Emma con suavidad. — Me parece una maravilla que Lily se defienda y cuestione todo.

—Eso no la ayudará cuando quiera buscar un esposo. — respondió con fastidio Felicity.

Emma soltó una risa que trató de cubrir con su mano y se acercó a su suegra para tomarla de la mano.

—¿Ya olvidó cómo era yo cuando me conoció? Y me casé con su hijo.

—Porque no hay otra persona en el mundo que lo soporte.

—Mi padre dice lo mismo de mí, con algo de suerte, Lily encontrará a alguien igual.

—¡Yo no soy insoportable! — gritó Lily cruzándose de brazos.

Su madre la miró con una sonrisa y la abrazó para comenzar a balancearla y hacerla reír.

—Por supuesto que no, mi estrella, es sólo un decir.

Lily intentó seguir enojada, pero no pudo, su madre tenía un don para ponerla de buenas con sólo llamarla estrella, además, con 13 años no podía hacer mucho aunque estuviera enojada y Taylor le había dicho una vez que en este tipo de situaciones quien se enojaba tenía dos trabajos, enojarse y buscar como calmar ese enojo, y a Lily no le gustaba trabajar doble.

—Cuando sea grande quiero ser como tú. — dijo abrazando a su madre.

—Cuando seas grande serás mejor que yo, porque serás tú misma. — respondió acariciando su espalda para después soltarla y seguir caminando.

Volvieron a su hogar un par de horas después, Lily había escogido una tela rosa muy delicada que según su madre, hacía resaltar sus ojos, así que la menor de los Queen había regresado con una enorme sonrisa en el rostro que no pasó desapercibida por su padre que se encontraba tocando el violín en el salón donde tomaban el té.

—Alguien viene de muy buen humor. — dijo Harry dejando el violín.

—Mi vestido será más bonito que el de Taylor. — canturreó Lily caminando hasta su padre que le besó la cabeza cuando la tuvo frente a él.

—Soy tan buena hermana que te dejaré creer eso. — dijo Taylor cruzando los brazos mientras se sentaba en un sillón.

—Pues yo pienso que el de ambas será hermoso, ¿Tú que piensas, vida? — preguntó Emma.

Illicit Affairs | Anthony Bridgerton |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora