Capitulo 16

97 7 0
                                    

Tomás:

Pasaron unos 20 minutos y nos hice un té, se lo llevé a la cama para ver si estaba mejor. Lo había dejado solo, por su propia petición, es que me sentía culpable, tenia que haberme detenido antes de causarle un daño real. Yo lo amaba y amaba esa relación que teníamos de dominante-sumiso pero no quería lastimarlo. Escuché como me llamó después de unos minutos, cuando llegue vi que estaba sentado y con la taza de té vacía a un lado. Yo apenas había tocado la mía.

— Tráeme el vodka que está en el armario de la cocina, el que es largo y de color blanco. Al lado del lavabo. Quiero seguir y para evitar sentir mucho dolor quiero emborracharme.

— Pero, amor-

— Hacelo.

Lo obedecí la culpa que sentía me controlaba así que agarre un vasito de shots y la botella que estaba a la mitad. Se la di y en vez de servirse en el vasito tomo del pico de la botella, me sorprendí por la acción tan brusca pero a la vez me excitó la intensidad con la que actuaba.

—¿Queres?

Yo acepté con una sonrisa, después de que ambos estuvimos borrachos él se me puso en 4 mientras jadeaba por el dolor que sentía, no podía pensar bien, vi la mesita de luz en donde estaba la botella vacía y el vasito caído. Abrí el cajón y como me lo esperaba estaban algunos juguetes que solíamos usar y uno sin abrir, algunos condones y pastillas para el dolor. Abrí el nuevo juguete ese que no había visto nunca, era un accesorio por así decirlo, se colocaba en el pene y era algo corrugado con una textura dura. Me lo puse para probar, se la metí lentamente entrando el juguete a la vez y él gritó como yo amaba que hiciera, lo empecé a embestir y me di cuenta que con ayuda de ese juguete hacía que llegara más a su punto dulce. Acabó de manera más rápida y ya estaba temblando de nuevo, me pedía gritando y jadeando que siguiera. Eso hice obviamente. Agarre con fuerza su cadera embistiéndolo con más fuerza que antes.

Rodrigo:

Mi cabeza daba vueltas, había tomado demasiado pero si, me ayudó para olvidarme del dolor que estaba sintiendo, y no sé qué juguete había agarrado, era nuevo seguramente ya que no reconocía la textura ni tampoco su funcionamiento pero me hizo acabar antes porque sí, tocaba mi punto dulce de forma más precisa que otros juguetes o la misma pija de mi ser amado.

Estaba pidiendo a gritos que me ahorcara y eso hizo, con más suavidad de lo común, empecé a jadear más y más. Lo amaba, la sencillez de la conexión que sentíamos, y no solo sexual... sentía que en vez de sólo tener sexo hacíamos el amor, de manera poco tradicional pero, lo hacíamos. Me di vuelta como pude y él sacó su pija de mi, me miro con curiosidad y yo lo admiré unos segundos en silencio, su pelo húmedo por el sudor, su torso desnudo con gotas del mismo y a la vista su miembro erecto que tenía ese juguete que había comprado hacía poco. Él se lo sacó y lo dejó encima de la mesita de luz, sus brazos me abrazaron mientras metía de nuevo su pija dentro de mi, me besó. Al ritmo de las embestidas nuestras lenguas intercambiaban saliva y sentir de nuevo el sabor de sus labios fue un manjar para mi. Como si estuviera comiendo un postre por la madrugada sabiendo que al día siguiente me daría acidez.

Cuando acabó dentro de mi ambos susurramos a la vez, como si estuviéramos conectados por algo más que nuestros cuerpos, un dulce y bonito «te amo» nos miramos intensamente a los ojos, como la primera vez que nos miramos a los ojos cuando nos habíamos enamorado, nos besamos y siguió embistiéndome con menos intensidad de antes, ambos estábamos algo cansados pero daba igual, ¿esto era sentir en el amor? Si es así no quiero que termine jamás este sentimiento. Me gustaba saber que este hombre además de que me amaba es mío. Soy suyo. Nos amamos. Hacemos el amor. Tenemos un significado.

Nos quedamos dormimos a la vez o no se, pero algo que si sabía es que por alguna extraña razón estábamos abrazados y conectados por nuestras partes íntimas, pero lo que sentía, además de su pija dentro de mi culo, era una algo que no había sentido nunca. Y lo adoraba. Me daba tranquilidad, paz.

—————————
1- Me siento culpable por escribir esto.
2-¿Por qué se ponía poético?
3- Es un montón.
Les tengo que dar un descanso, pobrecitos loco.

¿Tenías que ser tan atractivo, entrenador? Rodritom (Robleis x carre)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora