A medida que el yate se acercaba a la villa, la belleza del lugar se hacía aún más palpable. La estructura elegante, con sus líneas limpias y su estética tradicionalmente italiana, estaba rodeada de jardines meticulosamente cuidados y terrazas que ofrecían una vista espectacular del mar Mediterráneo.
Una vez en tierra, Harry condujo a Louis a través de un camino de piedras iluminado por lámparas suaves que esparcían una luz dorada sobre los arbustos y flores que bordeaban el sendero. El aire estaba impregnado con el aroma del mar y la tierra húmeda, un recordatorio constante de la naturaleza prístina que rodeaba la propiedad.
Al entrar a la villa, Louis no pudo evitar sentirse abrumado por la elegancia interior. Las altas columnas de mármol, los techos abovedados y las obras de arte clásico daban al lugar un aire de grandeza y tranquilidad. Harry lo guió a través de los pasillos resonantes hasta llegar a una habitación particularmente hermosa.
—Esta será tu habitación— indicó Harry, abriendo las puertas de madera tallada que revelaron un espacio amplio con una cama grande y ventanas que daban al jardín lateral. —Espero que te encuentres cómodo aquí.—
Louis asintió, impresionado y agradecido. —Es perfecta, señor styles, gracias.—
Con un gesto amistoso, Harry sonrió levemente. —Tómate tu tiempo para instalarte. Nos reuniremos en la terraza en una hora.—
Mientras Louis exploraba la habitación, admirando las finas telas y los muebles antiguos, Harry salió al patio trasero con una copa de vino en la mano. Encendió un cigarrillo y abrió su computadora portátil, mientras marcaba un número en su teléfono móvil. La luz del crepúsculo se esparcía sobre el patio, creando un juego de luces y sombras que reflejaban el estado de ánimo pensativo de Harry.
Apenas comenzó a hablar por teléfono, su tono se volvió serio, casi severo. —Sí, estoy aquí ahora. No, no ha habido cambios en los planes— dijo en italiano, su voz baja pero firme. Era evidente que la llamada estaba relacionada con asuntos importantes, tal vez incluso urgentes.
Louis, habiéndose cambiado y salido a explorar un poco, se detuvo al escuchar la voz de Harry. No quería interrumpir ni parecer que espiaba, pero la intensidad de la conversación llamó su atención. Desde su posición, podía ver a Harry de espaldas, la figura tensa contra el paisaje pacífico del jardín.
—Debemos proceder como hemos acordado. Es crucial que nada se salga de control— continuaba Harry, su mano libre gesticulando ligeramente, un cigarrillo entre los dedos. Cada palabra parecía pesada de significado y decisión.
Después de unos minutos, Harry concluyó la llamada y se quedó en silencio, mirando hacia el mar. La computadora seguía abierta frente a él, documentos y correos electrónicos llenando la pantalla, testimonio de las muchas responsabilidades que manejaba desde la sombra de su vida pública.
Louis, sintiendo que había invadido suficiente la privacidad de su director, decidió retroceder y volver a la terraza donde se habían citado. La imagen de Harry, solo con sus pensamientos y decisiones, dejó en Louis un sentimiento de intriga y preocupación por lo que su director podría estar enfrentando, tanto personal como profesionalmente. En ese momento, las sombras en el paraíso parecían un poco más profundas y ominosas de lo que Louis había anticipado.
Cuando Louis regresó a la terraza, la hora acordada había pasado rápidamente. Harry estaba allí, de pie junto a la barandilla, mirando hacia el horizonte que ahora se teñía de los colores del atardecer. La imagen era casi pintoresca, pero la expresión de Harry era contemplativa, con un matiz de preocupación que parecía desentonar con la belleza del entorno.
Al oír los pasos de Louis, Harry se volvió, su semblante cambiando ligeramente a uno más compuesto, aunque todavía había rastros de la ansiedad anterior. Se ajustó ligeramente la chaqueta antes de hablar, como si buscara ganar tiempo antes de dar la noticia que claramente lo inquietaba.
—Louis, em—vendrán unas personas en un rato. Comerán con nosotros.—dijo, su tono intentando ser casual pero la tensión subyacente era evidente.
Louis, sorprendido por el anuncio inesperado, asintió lentamente, tratando de leer la situación. —¿Amigos tuyos?— preguntó, intentando ofrecer una sonrisa para aliviar la tensión que notaba en Harry.
—No exactamente amigos, más bien... colegas— respondió Harry, eligiendo sus palabras con cuidado. —Es una cena de trabajo, por decirlo de alguna manera. Espero que no te importe.—
La forma en que Harry evitaba el contacto visual mientras hablaba decía más que sus palabras. Louis no pudo evitar sentir una oleada de curiosidad y una pizca de cautela. La llegada de estos invitados claramente significaba más que una simple cena casual.
—Claro, no hay problema. ¿Hay algo en particular que deba saber para esta cena?— preguntó Louis, su tono profesional, indicando que estaba listo para adaptarse a lo que la noche requiriera.
Harry finalmente miró a Louis directamente, algo de agradecimiento se asomaba en sus ojos verdes. —Solo sé tú mismo, Louis. Eso será más que suficiente,—dijo, y aunque intentaba transmitir tranquilidad, había un brillo de cautela en su mirada que hacía a Louis preguntarse exactamente qué o quiénes estaban a punto de entrar en la tranquila escena.
Harry respiró hondo, su mirada fija en algún punto distante antes de volver a centrarse en Louis. —Y otra cosa más, yo... siento haberlo dicho, tú puedes no hacerlo. Em, la premier es mañana y mi productora ha contactado a mi ex... para que vaya conmigo, para pretender que seguimos saliendo. Yo... yo no puedo salir con ella, no...— Su voz se quebró ligeramente, revelando un nivel de vulnerabilidad que Louis rara vez había visto en él.
Y entonces, con una pausa cargada, Harry continuó, —Y ella va a venir ahora. Tuve que mentirle y decir que estaba saliendo con alguien, y que no se atreviera a hacer nada porque iba a estar presente. Le dije que eras mi pareja.—
La revelación cayó entre ellos como una piedra, dejando a Louis momentáneamente sin palabras. La seriedad de la situación y la petición implícita en las palabras de Harry lo hicieron reconsiderar todo lo que pensaba que sabía sobre su relación profesional y, hasta cierto punto, personal.
Louis parpadeó, procesando la información, luego asintió lentamente, entendiendo la delicadeza del asunto y el posible impacto que podría tener en la dinámica de la noche. —Entiendo, señor styles. Eso debe ser difícil para ti— dijo, su voz calmada y apoyadora. —Y no te preocupes, seguiré tu juego esta noche. Si decir que somos pareja puede ayudar de alguna manera a navegar la situación con tu ex, entonces puedes contar conmigo.—
Harry soltó un suspiro de alivio, la tensión en sus hombros disminuyendo visiblemente. —Gracias, Louis. Realmente aprecio esto. No es justo para ti ser arrastrado a mis complicaciones personales, pero estoy agradecido por tu comprensión y apoyo.—
—Somos un equipo, ¿no?— respondió Louis con una sonrisa, tratando de aligerar el ambiente. —Además, considerando todo lo que has hecho por mí, esto es lo mínimo que puedo hacer. Sólo guíame sobre cómo quieres manejar esto.—
Harry asintió, agradecido por la respuesta de Louis y por la facilidad con la que aceptaba una situación tan complicada. —Lo haré. Y de nuevo, gracias, Louis.—
Mientras se preparaban para recibir a los invitados, incluida la ex de Harry, ambos hombres compartieron una mirada de complicidad y entendimiento. Esta noche sería una prueba no solo de su capacidad para manejar situaciones difíciles, sino también de la confianza y el respeto mutuo que habían desarrollado en el poco tiempo que llevaban trabajando juntos. Louis se sentía listo para asumir el rol que Harry necesitaba, no solo como actor, sino como amigo en un momento de necesidad.
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The Director
RomanceLouis Tomlinson, un joven actor con un talento desbordante, obtiene el papel principal en una prometedora obra de Broadway dirigida por Harry Styles, un director talentoso pero enigmático con un pasado complicado. A medida que los ensayos intensific...