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La obra estaba a la vuelta de la esquina, y todo iba de maravilla. Definitivamente, su relación había progresado de manera increíble, lo que había contribuido enormemente al progreso de la obra.

Y allí estaban, besándose detrás de las cortinas. Era temprano aún, y el resto del elenco no había llegado. El teatro estaba tranquilo, con solo el suave murmullo de los técnicos preparando el escenario para la jornada de trabajo del día.

-Hazz- susurró Louis, su voz mezclada con un temblor nervioso mientras el rizado besaba suavemente su cuello, enviando olas de calor a través de su cuerpo. -No podemos hacerlo aquí.-

Harry, inmerso en el momento, apenas se apartó lo suficiente para mirar a Louis a los ojos, sus propios ojos brillando con una mezcla de deseo y picardía. -Tenemos casi quince minutos antes de que lleguen -susurró de vuelta, sus labios rozando los de Louis, haciéndolo casi imposible para Louis mantener sus reservas.

-Nos podrían ver -respondió Louis, intentando infundir algo de razón en la situación, aunque cada roce de Harry hacía que su resolución se tambaleara.

Harry sonrió contra los labios de Louis, su voz un ronroneo seductor que vibraba directamente en el pecho de Louis. -Mhm, verían cuán bien me aprietas; tendrían el privilegio de observar cómo te hago el amor -propuso Harry, su tono bajo y lleno de insinuación, sugiriendo un escenario que, aunque peligrosamente arriesgado, era indudablemente tentador.

-Harry...por favor- rogó

-mhm-quiero que todos escuchen como gimes mi nombre.- dice apretando su cintura.

La audacia de Harry y la vulnerabilidad del entorno combinaban un cóctel embriagador para Louis, que luchaba por sostener los límites entre su deseo personal y la profesionalidad necesaria en su entorno de trabajo. A pesar de la tentación, el riesgo de ser descubiertos era demasiado alto, especialmente en un lugar tan expuesto como el teatro, donde cualquier miembro del equipo técnico o del elenco podría llegar en cualquier momento.

-Harry, por favor -dijo Louis finalmente, su voz firme pero suave, poniendo sus manos en el pecho de Harry y empujándolo suavemente hacia atrás con un gesto que buscaba establecer cierta distancia-. No aquí, no ahora. Vamos a enfocarnos en el ensayo. Necesitamos estar listos.-

Reconociendo la sensatez de Louis, Harry asintió, su expresión todavía juguetona pero aceptando la decisión. -Está bien, tienes razón -accedió, dando un paso atrás y pasando una mano por su cabello, restableciendo un poco de orden en su apariencia desaliñada.

Harry, al sentir la tensión palpable entre ellos, dejó escapar una promesa cargada de intención y deseo. Mirando profundamente a Louis, su voz bajó a un tono grave y provocador.

-Pero cuando terminemos de ensayar, te joderé tan fuerte que la única palabra que quedará grabada en tu cerebro será mi nombre -dijo con firmeza, asegurándose de que cada palabra calara hondo.

Tras pronunciar esa osada declaración, Harry dio un paso atrás, dejando a Louis apoyado contra las cortinas, su respiración visiblemente agitada por la intensidad del momento. El aire entre ellos vibraba con la promesa de lo que vendría después, una mezcla de anticipación y nerviosismo que llenaba el espacio.

Louis, aún recuperándose del impacto de las palabras de Harry, se quedó mirando el espacio que ahora los separaba. Aunque parte de él anhelaba discutir la inapropiación del comentario, no podía negar la emoción que esas palabras provocaron dentro de él. La mezcla de profesionalismo y pasión personal estaba llegando a un punto álgido, complicando su capacidad para mantener las emociones en cheque.

Después de tomar un momento para recogerse, Louis enderezó su postura y respiró hondo, intentando enfocarse en el presente y las responsabilidades inmediatas que tenía ante sí. Sabía que cualquier distracción podría afectar su desempeño durante el ensayo, por lo que se esforzó por poner su mente en el trabajo, al menos por ahora.

The Director Donde viven las historias. Descúbrelo ahora