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¡NUNCA PODRAS GANARLE A LA GRAN AGNA!
Dos años habían pasado desde que Agna se había integrado al grupo, ellos tenían cinco años juntos y ella dos, el tiempo se habia pasado en un parpadeo para ella, se habia vuelto una más de ellos y ahora sí no estaba ella no estaban los héroes.
Ella podía ser el miembro más vulnerable y a primera vista débil pero en realidad era parte fundamental y sin ella no podrían avanzar tan rápido como lo estaban haciendo hace meses.
En ocasiones tenían que enfrentarse a demonios y con su conocimiento sobre esos monstruos en cuestión de segundos los erradicaba, Agna era importante para el grupo de héroes y ahora no podía abandonar porque ya eran familia.
En esos momentos ya habían llegado a la meseta del norte y el lugar era mucho más peligroso de lo que era en los países centrales, desde ese momento en adelante ellos tendrían que dormir con un ojos abierto porque en su tiempo de viaje ya se habían hecho de una gran fama que no les ayudaba en el momento de ser discretos con los seres demonios. La voz se había corrido y ahora todos conocían a el grupo del héroe Himmel, no la tendrían tan fácil como antes.
Agna se sentía un poco intimidada porque en esos instantes ya todos conocían su existencia y sería más fácil para su perseguidor dar con ella, sentirse observada no era algo que sintiera hace poco, más exactamente lo había dejado de sentir cuando llegó al pueblo, cuando Wolke la hacía sentirse acompañada y segura.
————No sé porque siento que proto aparecerá un demonio... Es raro.—— Dijo con una característica malicia, desde esa vez que acompaño a los héroes y su broma se hizo realidad tendía a decir cosas aparatosas para asustar a Heiter o simplemente molestarlo.
Ellos dos habían desarrollado una relación de rivalidad, ¿Sana? Siempre competían o se molestaban de a poco.
————Nubecita, no digas eso, siempre pasan las cosas con las que bromeas.—— Dijo Heiter un poco molesto porque habian sido varias las ocasiones en las que las "bromas" de Agna se volvian una realidad, muy graciosa según ella.
Lo único que no sabía Heiter es que esa era la forma de avisar de Agna sobre el peligro, su detección de maná era muy alta y podía localizar a demonios desde una distancia muy lejana. Aunque eso no era lo importante, la había llamado 'nubecita' y él no tenía su permiso para decirle así.
————¡No me digas nubecita! ¡Solo Himmel, Frieren y Eisen me pueden decir así! ¡Tú no!—— Dijo en berrinche, en realidad no le importaba pero solo quería seguir molestando lo.
————¡¿Por qué yo no?!—— Preguntó indignado pues pensó que ya tenía permiso.
Hacía poco en el último festejo del grupo Agna había por accidente recordando su plática con Himmel sobre Wolke reveló la comparación que ese antiguo niño hizo de ella con una nube, dijo que estaba de acuerdo porque si tenian semejanzas y que aún le parecía tierno el apodo que le habían puesto siglos atrás, 'nubecita' era como le decía Wolke y su familia.
