EXTRA I

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Perdón | Mientes - Camila


Nico soltó un pequeño chasquido de su boca mientras empujaba su mejilla con la lengua con molestia. Pudo escuchar una pequeña queja de Percy por cómo estaba desquitando gran parte de sus celos con la manzana que tenía él.

Le molestaba tanto ver cómo Will actuaba de forma cariñosa con su actual pareja. Los pequeños roces de manos, las risas y esos ojos brillantes que le regalaban a él.

— Adiós — Soltó, levantándose de la mesa, incapaz de seguir observando esa escena.

Escuchó a sus amigos llamarlo mientras salía del comedor, pero los ignoró. Tenía como objetivo ir a la arena y descargar su ira con los maniquíes. Le era imposible golpear a quien verdaderamente quería, pero se suponía que era una persona racional que no lastimaría al novio de su ex solo por celos.

Odiaba ser racional.

Además, ¿Quién se creía él? Siempre hacía lo mismo. Al principio creyó que solo eran imaginaciones suyas, pero al final se dio cuenta de que siempre se la pasaba actuando cariñosamente con Will cuando estaba cerca, como una forma de decir que él había ganado el premio al final. Lo cual era estúpido, y Nico no mentiría diciendo que hasta le provocaba un poco de gracia su actitud. En primer lugar, Nico nunca participaría en ese juego imaginario que se había inventado el hijo de Ares.

Y segundo, él nunca necesitó restregarle a nadie lo cariñoso que podía ser.

Pasó algunas horas utilizando sus mejores movimientos y más letales con los maniquíes, imaginando que en realidad era Jonathan. Para su desgracia, Percy apareció diciéndole que tenía que enseñarles a los nuevos campistas, dejándole claro que su presencia "escalofriante" no ayudaría mucho. Aun con la adrenalina y los celos a flor de piel, salió de la zona limpiando el sudor de su rostro con su camiseta.

Tal vez fue culpa de la adrenalina o los celos, pero en su mente solo pudo recordar que en ese momento Will tendría un turno en la enfermería. Porque obviamente recordaba el horario del otro. ¿Jonathan los sabía? Tal vez no. Nico lo odiaba, y no porque fuera pareja de Will, sino por la forma en que era. Él tenía claras sus razones para despreciarlo.

Apenas Nico se acercó a la puerta, toda la molestia que sentía desapareció por completo, dando paso a la nostalgia que aumentaba con cada paso que daba. La sensación familiar de ese lugar lo golpeó junto con algunos viejos recuerdos en los que sonrisas y ojos azules brillantes aparecieron en su mente sin piedad.

Y si esos recuerdos fueron dolorosos, ver al que era el amor de su vida lo fue aún más.

Will estaba sentado en la recepción, mirando con aburrimiento los papeles que estaban algo regados en la mesa. Sabía a la perfección que a él nunca le gustó trabajar en esa zona. Después de todo, a él no le gustaba mucho el papeleo.

— Hola — Soltó, su voz sonó suave y en un susurro, como queriendo evitar que el otro captara su presencia.

Will alzó la cabeza y Nico suspiró. Ojos azules como el cielo lo miraron con sorpresa. Pudo ver no solo por la expresión de su rostro, sino por el brillo de su mirada y la reacción de su cuerpo que Will estaba feliz de verlo.

— Nico — Respondió sonando un poco emocionado, aunque intentara esconderlo.

Era claro, Will lo extrañaba. ¿Entonces? ¿A qué jugaba? Quiso tanto preguntarle, pero mientras su mente intentaba pensar en una palabra coherente, sus ojos se dedicaron a observar al bello ser delante de él. Ver esa sonrisa que quería hacer presencia y la evitaba mordiéndose el labio inferior, ver la forma en que a veces desviaba la mirada a esos documentos para distraerse, e incluso cómo intentaba jugar con el bolígrafo que tenía en sus manos.

Pero era imposible, Nico lo conocía a la perfección.

— ¿De verdad crees que puedes ocultarlo? — No pudo evitar decirle con algo de molestia. — Es evidente que me extrañas.

Will suspiró, negando con la cabeza.

— Nico, no digas esas cosas. Eso no es cierto — Le respondió, sentándose de forma derecha, mirándolo con seriedad.

Nico no pudo soltar una pequeña carcajada irónica.

— ¿No es cierto? Oh vamos — Dijo, mirándolo un segundo para luego bajar su vista. — Lo sé, porque te conozco. Además, tus ojos no brillan de la misma forma cuando me miras.

Will se quedó con la boca entreabierta, siendo imposible decirle algo. Para él, fue difícil negarse ante las palabras que soltó, pero aún así pensaba que era injusta la actitud del italiano. Y aunque quizás tuviera razón, eso no le daba ningún derecho de venir hasta la enfermería. No solo no tenía ningún derecho, sino que era cruel su forma de actuar.

— Vete.

— Will, por favor — Rogó, acercándose a él. — Perdón, sé que fui un imbécil y no sabes cuánto lo siento.

— ¡¿Y?! — Le gritó, levantándose de la silla, sintiendo ese dolor en el pecho junto con las ganas de romper a llorar. — Aún así no puedes venir aquí y esperar que vuelva contigo.

— ¡¿Y QUÉ IMPIDE QUE VOLVAMOS?! — Esta vez fue Nico quien alzó la voz, rodeando el escritorio para quedar frente a frente con el rubio. — ¡Ambos sabemos que nos amamos.! Y... de verdad me arrepiento. Hasta prometo que no volverá a pasar. Fue solo un momento de estupidez mía.

— ¡NO ES CIERTO! — Le gritó, alejándose de él, dejando las lágrimas salir de sus ojos. — Tú me dijiste que nunca más ocurriría, me dijiste que no te irías a quién sabe dónde por semanas — Soltó, llevando una mano a su boca, intentando calmar un poco esos sollozos que estaban comenzando a salir.

Nico sintió su mundo caer de nuevo al ver cómo la persona que tanto amaba comenzaba a llorar por su culpa. Por primera vez después de mucho tiempo, se dio cuenta del grave error que había cometido. Ya ni siquiera sabía qué hacer en este punto. Nico se arrodillaría, suplicando su perdón por la forma en cómo actuó con tal de que lo perdonaran.

¿Lo peor? Es que Will decía la verdad. Él estaba mintiendo, porque apenas algo sucediera, huiría como el cobarde que era, sin avisarle a nadie. Luego volvería como si nada, y eso no era justo para Will. De ninguna manera era justo que su novio desapareciera por semanas sin saber si seguía con vida.

No lo era.

— Perdóname, no sabes cuánto lamento hacerte daño.

Nico se sintió tan hipócrita. Siempre se quejaba de Jonathan cuando él era peor. El otro nunca se iría por nada del mundo sin decirle a Will. Él jamás haría sentir al rubio angustiado por saber su paradero, nunca lo dejaría llorando por las noches, suplicando a los dioses que nada malo le pasara.

No, Jonathan podría ser un idiota, pero jamás sería tan cruel como él.

—Es un patrón, ¿sabes? Tú me haces daño y después te arrepientes. — Le contestó el rubio, limpiando las lágrimas que caían por sus ojos. — Pero ya no quiero seguir este juego. Prefiero estar con alguien que sé que se quedará.

 Prefiero estar con alguien que sé que se quedará

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-DarkScarlett

¡Hola chicos! Quería dar este regalo gracias a la cantidad de estrellitas y vistas que tenia este Fantober y tal vez si les gusta mucho historias tipo hacia haría un nuevo libro ya con capítulos indefinidos con historias inspiradas con canciones o algunos otros universos.

De todas forma les agradezco por darle amor a este Fantober.

Fantober Demigod | SolangeloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora