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Lalisa Manobal.

Aún no creía todo lo que había cambiado mi vida y la de Minho en el último mes. Cuando pensé en salir de mi antiguo hogar, si bien había pensado en decirle a Jungkook sobre nuestro hijo eventualmente, no imagine que las cosas fuesen a darse tan rápido.

Ahora, poniendo mi vida en perspectiva, no me arrepentía de ninguna de las decisiones que en su momento tomé. Tal vez, si le hubiese contado a Jungkook una vez me entere, Minho pudo haber crecido al lado de su padre y no le habría quitado todas las primeras veces a Jungkook, pero ya no lo sabría porque decidí callar y viviría con esa culpa el resto de mi vida.

Apenas y hablamos en este tiempo. A pesar de que nos mensajeabamos en lo que se refería a Minho, se alejaba con una mirada triste cada vez que me veía llegando a lo de los chicos. Los dos últimos sábados demostro ser el mejor padre que Minho pudo tener dadas las circunstancias. Venía temprano y ayudaba a Minho con sus tareas de la semana y luego le empacaba un par de cosas y se lo llevaba durante la noche. Al dia siguiente, tal y como lo había prometido, lo traía temprano de vuelta a mí, y apenas con una escasa sonrisa se despedía y volvía a su auto.

La verdad era que la intriga y la confusión me estaban comiendo por dentro, y al parecer solo dos personas podían sacarme de este martirio que era verlo alejarse de mí.

¿Qué demonios era lo que realmente había pasado con la hermana de Sehun?

Me dijo que no la amó, que no la amaba, pero pensando las cosas, ¿por que la protegería de no ser así?

Le di cabeza a toda la información que tenía en las últimas noches y muchas cosas no me cuadraban.

Jungkook era demasiado cuidadoso con las cosas que demostraba como para dejar que una mujer se enamorara de él hasta el punto de llevarla al suicidio. Y no la protegería de la manera en que lo hacía de haber sido el responsable de lo que ella intentó hacer. Pero puede que solo se sintiera culpable.

Suspiré frustrada tirando una de mis almohadas al piso del desespero, parecía una loca pensando en todas las teorías posibles, pero no iba a negar que una parte de mí tenia miedo.

Jungkook tuvo razón en Jeju, no me fueron suficientes seis años para olvidar y superar mis sentimientos hacia el. Al contrario, eso que dicen que la distancia es la mayor prueba para saber si es amor verdadero, es totalmente cierto.

Me levanté y caminé al baño, tomando en el camino el vestido verde de mangas que me llegaba hasta la rodilla y que usaría hoy. La reunión con el patrocinador se pospuso tantas veces en la semana que ya no tenía ropa apropiada que usar que no me hubiese visto toda la oficina.

Cuando sali recién duchada y ya vestida, Minho estaba de pie en el umbral de la puerta de la habitacion. Su uniforme algo grande lo hacía parecer más pequeño de lo que era.

— Mami, el tío Yoongi está abajo. Dice que si no bajas en un minuto va a subir y a llevarte él mismo.

Miré a mi pequeño confundida.

— ¿El tío Yoongi? —Minho asintió con una sonrisa.

— Si, ayer que papá me llevo a su casa, Yoongi estaba allí. Jugamos en la consola que papá me compró y me dijo que a partir de ayer lo llamará tío Yoongi —sus pequeñas manitas estaban haciendo movimientos raros y efusivos mientras explicaba. Y yo solo podía pensar en una cosa.

— ¿Tú papá te compró una consola? —abrió los ojos aún más y llevó sus manos a su boca negando rapidamente— Minho, ¿qué te dije de decirme mentiras? —tome mi bolso del perchero, metiendo mi cartera y mi teléfono dentro.

Touchdown [LISKOOK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora