Naiara estaba en el sofá de su recién estrenado piso en Madrid esperando el mensaje de Lucas que le avisara que había llegado.
Al final habían quedado en que él iría al piso por su cuenta, para no llamar la atención y, sobre todo, por si había fans esperando por sorpresa en la estación. Naiara estaba nerviosa – eran nervios buenos, esos sí, pero no dejaban de tenerla un poco frenética. No tenía muy claro como debían actuar. ¿Había protocolo para este tipo de situación? En lo que se convencía a sí misma para dejarse llevar por el instinto y, simplemente, fluir, le llegó el mensaje.
"Estoy abajo"
Naiara saltó del sofá y corrió descalza hasta el interfono.
"¿Luki?"
"¡Abríme!" Le dijo Lucas divertido, y la maña escuchó su risa por el altavoz.
Naiara lo esperaba con la puerta del rellano abierta y el estómago lleno de revoloteos. Después de un minuto que se le hizo eterno, el ascensor indicó que había llegado a la planta y la puerta se abrió. Ella cogió una bocanada de aire inconscientemente.
Se miraron sin decirse nada durante varios segundos, mentalizándose que sí, que esto era real y, que después de varias semanas bastante tumultuosas – para bien y mal, volvían a estar frente al otro.
Finalmente, Lucas rompió el silencio y, con una sonrisa vacilona, le dijo:
"Ché, entonces ¿puedo pasar dentro o no?"
La maña salió del trance y corrió a abrazarle. Del ímpetu con el que fue abrazado, Lucas perdió un poco el balance, pero se recuperó rápido y se estrujó contra ella con fuerza. Se quedaron abrazados en el rellano, con los ojos cerrados, y el latido de sus corazones acelerado retumbando en sus pechos. Poco a poco fueron aflojando el agarre, pero sin llegar a soltarse del todo, se quedaron mirándose a los ojos de cerca. Lucas bajó la mirada a sus labios y luego los volvió a subir rápidamente; un gesto al que estaba acostumbrado y que le salía casi inconscientemente cuando estaba cerca de ella, igual que humedecerse los suyos con la lengua. Se acordó que habían decidido ir despacio y frenó sus impulsos, aflojando lentamente sus brazos alrededor de la cintura de la maña.
Ésta, sin embargo, lo sorprendió cuando de improvisto se volvió a tirar a él, hasta robarle un beso en los labios.
No era nada fogoso; no había lengua de por medio, pero tampoco era un pico. Era un beso promesa de la intención que había detrás.
Para cuando Lucas reaccionó Naiara ya se estaba apartando avergonzada, mientras alzaba la vista para mirar la sonrisa bobalicona que se le había quedado al uruguayo.
Naiara se rió nerviosa y se deshizo totalmente del agarre del chico para poder entrar la maleta al piso. Lucas tardó un poco más en volver de la ensoñación y se apresuró a entrar detrás de ella.
Una vez los dos estuvieron dentro se volvieron a mirar y se rieron.
"¡Oye! ¡Ya, deja de mirarme así!" le dijo ella sonrojada.
Lucas reía derretido ante la actitud de ella. Descargó la mochila de la espalda y la colocó encima del sofá mientras Naiara se giraba a buscar su móvil, el cual estaba señalando la entrada de varios mensajes a través de estridentes sonidos.
"¿Qué planes tienes esta semana?" Le preguntó Naiara cuando terminó de leer la pantalla.
"Pues he quedado con Maximiliano otra vez, que estamos puliendo un par de maquetas, y mañana tengo un evento de Yves Saint Laurent. ¿Vos vas a ese?"
"No puedo. Justo ahora estaba mirando que Albert, el coreógrafo, me ha pasado el horario de los ensayos y es mañana toda la tarde, porque el otro ya es el jueves en el WiZink." Hizo un puchero.
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¿Y si es que sí?
FanfictionPero ¿Y si sí? Es ficción. Cualquier semejanza con la realidad es pura casualidad.