Primeros pasos

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Viernes 12 de abril – WiZink Center

Estaba con Álex, Salma, Paul y Omar esperando a que saliera Naiara al escenario. Paul ya había actuado y estaba todavía con el subidón de la adrenalina. Lucas estaba orgullosísimo y sentía el pecho hinchársele como si de su hijo se tratase.

Terminó la actuación de aquel momento y salió Tony Aguilar a decir unas palabras para presentar el número de Naiara. Estaban todos expectantes ante lo que habría preparado la maña per el festival. Bueno, todos menos Lucas, quién había visto el show cuando el día anterior había ido a recogerla del ensayo.

Flashback al jueves por la tarde

Lucas se presentó a la puerta que le había indicado Naiara cuando le pasó las direcciones para llegar a la sala de ensayo.

Estos días habían ido rascando los ratos entre trabajo para verse – cuando no lo había ido a recoger ella al estudio de Maximiliano, él le había acercado la comida a la sala. Hoy, Naiara le había prometido que le iba a enseñar un trozo de la coreo tan hot con la que le había tanteado por videollamada y en persona.

Mandó un mensaje rápido, avisando que ya había llegado, y, al cabo de 5 minutos, Paula, la bailarina de OT que también había coincidido en este proyecto, le abrió la puerta.

"¡Hola love! ¡Llegas justo a tiempo! Vamos a hacer el último par de pasadas y nos retiramos ya..." dijo ella con agotamiento. Lo invitó a pasar y lo acercó al resto de bailarinas sentadas en corrillo, descansando entre tomas. Lucas sonrió comprensivo, saludó con la mano a todas y empezó a buscar a Naiara con la mirada.

"Ha ido un momento al baño. Es esa puerta de la izquierda." Al verle buscar con los ojos por la habitación, Paula le señaló con un guiño la puerta y luego se desvió para reunirse con sus compañeras.

"¡Gracias Paulins!" Sonrió un poco avergonzado. Caminó hacia donde le habían indicado y picó.

"¡Ya salgo!" Se escuchó desde dentro.

"¿Nai?"

"¡Luki! ¡Pasa!"

Lucas miró a su espalda y comprobó que las bailarinas – bastante mal disimulado – intentaban no mirar que estaba pasando. Sonrió para sí mismo y entró al cuartito.

Naiara estaba de espaldas a él, lavándose las manos. Ella, como las bailarinas, tenía las mejillas coloradas y un brillo facial fruto del ejercicio que llevaban practicando toda la tarde. Se la notaba cansada. Lo miró a través del espejo y sonrió.

Lucas se acercó a ella por detrás, y, a medida que se iba aproximando, terminaba de repasar toda su figura. Llevaba un top de tirantes – como era de costumbre – unos pantalones de felpa anchos y-

"Esos también son míos. Los estaba buscando." Lucas sonrió. Por encima del pantalón sobresalía la goma de unos calzoncillos que le eran familiares. Tenía que admitir que este tipo de gestos le removían en su interior una llama posesiva bastante primitiva. Era una manera muy simple de decir que compartían un trozo muy importante de sus vidas.

Naiara se sonrojó y sonrió traviesa. Se secó las manos y se giró para mirarle sin el espejo de por medio. Lucas la alcanzó y posó sus manos en sus caderas suavemente, jugueteando con la derecha con la banda de la ropa interior que le pertenecía.

"Creo que no me quedan más gallumbos limpios, loki." La maña se rio.

"Siempre podemos poner una lavadora cuando lleguemos a casa." Era la frase más corriente del mundo, y, aun así, por un momento, los dos se dieron cuenta de las connotaciones que tenía esa expresión. Ambos sabían a qué se refería Naiara, pero por un instante, Lucas había viajado a un imaginario distinto uy concreto, y se había encontrado que aquello no le asustaba tanto como esperaba.

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⏰ Última actualización: May 28 ⏰

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