Pov Kakucho:
Paso un par de horas desde que se fueron y yo cuidaba a Anya, al principio parecía bastante tímida y reservada, pero es muy pero que muy muuuuy hiperactiva.
¡¡¡Kaku!!!
-Kaku, tengo hambre
-Kaku, tengo sed
-Kaku, estoy aburrida
-Kaku, quiero jugar
-Kaku, veamos la tele
-Kaku, ¿cuando vendrán los demás?
-Kaku, ¿me ignoras?
-Kaku, ¿te molesto?
-Kaku, ¿que te paso en el ojo?
-Kaku, tu cicatriz es muy bonita
-Kaku, ¿me lees un cuento?
-Kaku, eres muy serio
-Kaku, hazme caso por favor...
Diría que demasiado hiperactiva.
No quiero que me malinterprete nadie, me refiero a que crecí en un orfanato y se convivir con los niños, pero hace mucho que no hago eso y ya me estaba cansando de ella.
Así que le dí unos lápices de colores para que parara de molestar.
-Toma - le dí los lápices de colores y una hoja en blanco.
-¡Gracias Kaku! - a ella le brillo los ojos y agarro los colores.
-De nada - le dí unas palmas en la cabeza, no quería que pensara que la odiaba.
Después de eso me fui a trabajar con el ordenador mientras veía de reojo a Anya por si acaso hacía alguna travesura de las suyas.
Unos minutos después, Anya, se me acerco.
-¡Mira! - dijo la niña entusiasmada.
Levantó emocionada el papel donde dibujo su obra maestra, nótese el ironía.
El dibujo parecía ser de ella y yo, aunque me dibujo con ambos ojos negros y eso me ofendió un poco, pero no lo hice ver.
-Que bonito dibujo - dije sin más, no quería mentirle a la cara pero tampoco quería decirle que estaba feo.
No se porque, pero cuando pensé en lo último, Anya me miro fijamente y luego hizo una cara de desagrado mientras miraba su dibujo con una expresión de ofensa, como si lo hubiese dicho en voz alta.
-¡Tampoco está tan mal! - dijo, bueno, más bien grito tan fuerte que lo pudo escuchar hasta Izana.
-Ya, ya, esta bien - me tape los oídos.
-Grosero, insultas a mi pobre dibujo - se hizo la indignada inflando las mejillas tiernamente.
-(si que es pobre tu dibujo) - pensé.
-¡No seas malo! - volvió a gritar haciendo que casi me sangre los oídos.
-¡Pero si no dije nada! - grite cansado de ella.
De repente se quedó callada, como si ella hubiera cometido un error.
-¿Que te pasa? - pregunte.
- ...
- Responde
- ...
- ¡Anya! - grite, me ponía un poco de los nervios que no responda cuando le hablo.
- ¡Ah! ¡Si! ¿¡Que!? - vi como dio un brinco bastante tierno.
Suspire, tampoco era mi plan quedarme discutiendo durante horas por un estúpido dibujo.
Tal vez fue imaginación mía o Anya hizo una cara de desagrado justo cuando opine de su dibujo en mi mente o también puede que fuera coincidencia.
- ¿cuando vendrán? - pregunto como si nada hubiera pasado hace segundos.
- ehh... No lo sé... Tampoco deberían de tardar mucho.
- a bueno... ¡Quiero comer! - es la niña más bipolar que he conocido en mi vida, y mira que me crié en un orfanato.
Anya parecía tener una cara de... ¿Confusión? O eso creo.
-te daré de comer unas tortitas, ¿que te parece?
- ¡Si! ¡Tortitas muy ricas!
En el momento que mencione ese plato Anya se puso a dar unos pequeños saltos muy tiernos a mi parecer, además sus ojos tan grandes y relucientes delataban que adoraba las tortitas, aunque debo admitir que de pequeño adoraba esa comida con todo mi corazón, la solía comer con... Te extraño... Izana.
Ahora Anya bajo su emoción y entusiasmo a un nivel en el que parecía confundida de nuevo y algo triste diría yo.
No le di mucha importancia, después de todo ella solo es una niña, no tiene nada en su mente, además de jugar, aunque se crio en un laboratorio.
Luego de ese momento un tanto extraño le pedí a una mucama que hiciera comida para Anya, no tardo en hacer lo pedido y servir el plato tan deseado por la pequeña, una delicia para cualquier niño de su edad.
- ¡esta muy bueno! - esos ojos tan brillosos parecía que te daban vida de tan solo mirarla. - ¿quieres, Kaku? - levantó su tenedor y la acerco a mi boca.
No volví a tocar una tortita desde la muerte de mi rey, pero volver a comer eso para de alguna forma sentirlo a él tampoco es mala idea.
- Claro que si - abrí la boca masticando ese trozo de dulzura que tantos recuerdos me daba.
- ¡A que esta bueno!
- si, si, buenísimo - respondi con la boca llena para luego tragar.
Luego de comer fui con ella a la habitación de Koko porque obviamente habria dinero en ese cuarto, el me debía dinero, así que no sé queje.
- ¡Lo encontré! - Anya encontró el dinero escondido en una caja fuerte, ¿como lo había abierto? Ni idea, pero había dinero y eso es lo importante... Juntarme con Koko me hace daño en el cerebro.
- Que bien, muchas gracias, luego te compre te algo.
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Wenass ¿que tal? Ignoremos el hecho que desaparecí casi cuatro meses :DDatos del capítulo: Anya abre la caja fuerte porque le leyó la mente a Koko hace horas, Kakucho nunca le compró nada a Anya y creo que ya se nota que Anya no sabe fingir.
Espero que el capítulo fuera bueno (o al menos un poquito) y que les haya gustado.
Tal vez me desaparezca de nuevo, no lo se, pero intentaré actualizar pronto.
Estoy escribiendo a la una de la madrugada y tengo clase así que chauu.
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Una nueva familia
FanfictionAnya, una niña de cuatro años que lee mentes involuntariamente, conoce por accidente Bonten, unos mafiosos que le alegrarán o destrozaran la vida.