— El amor para la vida de Alondra Michelle, era algo que nunca había podido experimentar de buena manera. Nunca llegaba una media naranja para ella, pero López sólo decía que no le interesaban mucho esos tipos de temas, o que no valía la pena. Desde que conoce a Rainelis, siempre cuando tiene una duda sobre alguno de esos temas, se lo hace saber a la pelirroja por muy raro que pueda llegar a sonar. Alondra siempre fue una santa, siempre se crió en un entorno religioso debido a su familia, además de que ella era de las personas que eran muy, pero que muy secas con la gente. A ella siempre le llenaba dar, pero no recibir, por el simple hecho de que no sabía cómo reaccionar. Con miedo a las expectativas de la gente que tengan de ella. Si ella era cariñosa o mostraba algo de cariño, era Rai. —
— Cómo toda santa, las preguntas tienen que ser respondidas porque si no la rubia moriría de pura intriga y se pondría a buscar por Google. Tenía veintidós años de edad y aparentaba unos diez mentalmente y unos trece físicamente.. Al contrario de Rai, tenía dieciocho y mentalmente parecía de veinticinco y físicamente de veintitrés. Parecía que la mayor era la pelirroja, o eso era lo que todo el mundo que las veía decía. Que la mayor era Rai. Y Alondra, sacándole cinco años, no tenía casi nada de experiencia, cosa que Rai si tenía, unas experiencias imborrables de su mente. Por lo tanto, Rai era la que aconsejaba a Alondra. —
— La mañana de López ya empezaba a decaer nada más escuchar el sonido de la construcción del clóset. Miró a su lado y vió a la pelirroja con su gorro de pastelera con los ojos abiertos como si fueran unos platos. Alondra se asustó y se acercó aún más a ella, para mirarla de más cerca. Rosario la notó y la miró, se quedó confundida y al ver cómo sus rostros estaban tan cercas, la rubia se separó nerviosamente, Rai se giró y habló con una voz ronca y adormilada. La voz la tenía rota debido al directo de ayer en la noche, hoy era día de descanso, lunes sin stream, ya que el domingo estuvieron chillando y gritando como perras en celo. — ¿Que haces canto de mamabicha? — Dijo la chica mientras volvía a cerrar los ojos. La rubia se rió un poco y agarró sus lentes y se los puso. Al ver que estaban manchados, los limpió con su camisa y se los puso, agarró el teléfono y se tumbó de nuevo en la cama. Mirando algunas notificaciones, Twitter, TikTok, WhatsApp. Algunos mensajes de su abuela y algunos de Titi, es decir, Alex. —
— No puedo dormir.. — Dijo de repente Alondra, haciendo que Rai se girase y la mirase mirar el celular. Ésta frotó su rostro y puso su mano en el abdomen de López, cerrando los ojos. —
— No voy a volver a tu casa hasta que hagan ese puto clóset por completo. — Se quejó la de rizos, suspirando cansada. — ¿Que hora es? — Preguntó.
— Las diez. — Respondió a secas Michelle.
— ¿Cuánto llevan aquí? — Siguió preguntando la chica mientras ahora abría los ojos y con sus uñas, hacía círculos en la piel morena. Su barriga se encogía cada vez que sentía de nuevo el círculo, sacándole una tonta risa a Rai.
— Llevarán poco.. — Michelle apartó el móvil de su cara y la miró con una sonrisa y riendo. — ¿De que te ríes?
— De cómo reacciona tu piel cuándo te toco. — Por un momento, ambas chicas se quedaron mirando a los ojos, provocando una sonrisa nerviosa de Alondra, volvió a su celular, tapándose la cara a propósito. Sacándole una pequeña carcajada a la de rizos, quién se apoyaba en su hombro e intentaba mirarla.
— ¡Canto de mamabicha! Déjame verte.. — Alondra se negaba y siempre ponía el móvil en su cara. — ¡Michelle! — Dijo entre risas Rai, mientras la morena mantenía su sonrisa. Cuándo hicieron la suficiente fuerza, el móvil de Alondra salió volando. Ambas se sorprendieron y empezaron a reír a carcajadas, Rai más, quién se pegaba en la rodilla. López rió y se acercó al borde de la cama para agarrar su teléfono, justo en ese momento, la otra chica la tiró al suelo. Cayendo casi de cabeza y haciéndose daño en el hombro. Se quedó tirada en el suelo mientras Rosario se reía a carcajadas limpias. Alondra se levantó y se peinó un poco con sus dedos.
— Puñeta me hice daño.. — Rai seguía riendo sin ninguna vergüenza, dando vueltas en la cama. — ¡Yaaa! Canto de cabrona! Levántate y vámonos — Dijo la rubia y Rai dejó de reír poco a poco, se incorporó en la cama y se rió un poco más.
— A dónde vamos? — Dijo la pelirroja de forma curiosa, mientras limpiaba las pequeñas lágrimas que habían salido de sus ojos ante la caída.
— Lejos de aquí, la verdad no quiero escuchar este sonido hasta la noche. Le diré a mi abuela que se quede pendiente. — Dijo la rubia.
— Aaay, Alondra quiero ir a desayunar.. — Pidió la pelirroja mientras Alondra se echaba perfume, viéndose en el espejo. Asintió mientras miraba en el espejo a la chica alta. Lucia bellísima, a veces pensaba que tenía algún crush con ella, por qué siempre que la veía, su respiración se cortaba, su corazón se aceleraba y su cuerpo se paralizaba. —
**
Bienvenidos a mí historia Railo mis nenaaas. Quiero decir que sí hay algún error que me lo hagáis saber para cambiarlo. Espero os guste ésta historia y os divertais leyendo.
Oye, vieron que Alondra llegó a los 600k? 🫦
Estoy muy orgullosa de ellas, son las mejores y se merecen ésto y muchísimo más.
— Azako ❗
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O ꜰ ɪ ᴄ ɪ ɴ ᴀ - Rᴀɪʟᴏ
Romance⚠️ Si ésto llega a alguna de las yeguas, porfavor no la leyais en ningún directo, porfavor. Las amo ❗❤️ - Alondra Michelle López de veintidós años de edad se encuentra enamorada de Rainelis Rosario Rojas. Debido a su familia religiosa tiene que ence...