Peluches

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La curiosidad mató al gato, en este caso a Toya.

El menor de los Todoroki entra corriendo a su casa con algo grande entre sus brazos, Toya, quien estaba en la sala en ese momento, lo ve entrar y dirigirse rápidamente a su habitación tratando de ocultar algo

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El menor de los Todoroki entra corriendo a su casa con algo grande entre sus brazos, Toya, quien estaba en la sala en ese momento, lo ve entrar y dirigirse rápidamente a su habitación tratando de ocultar algo.

—Shoto, ¿qué traes ahí?

—¡¿Toya?!—se detuvo en seco al escuchar a su hermano llamarlo.

El bicolor se sorprendió ante la pregunta del mayor, pues creyó que estaría en su horario de patrullaje. Sin voltear a mirar la cara de su hermano respondió:

—N-nada importante.

—¿Seguro?

—¡Si!, ahora si me permites...tengo que ir a mi cuarto a hacer algunas...tareas importantes, ¡adiós!

Seguido de eso el menor salió corriendo a toda prisa a su cuarto azotando con fuerza la puerta dejando confundido al mayor.

Desde que Bakugo había empezado a cortejarlo, Shoto no dejaba de actuar extraño. Últimamente se la pasaba más en su habitación, además de que ahora algunas de sus prendas tenían un aroma ajeno.

 Últimamente se la pasaba más en su habitación, además de que ahora algunas de sus prendas tenían un aroma ajeno

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—Shoto, ¿viste mi...

Al entrar a la habitación, no estaba el omega ni su característico aroma a jazmín. En su lugar sintió un fuerte aroma que le resultaba familiar y que, además, le inquietaba cada vez más. Se acercó a la cama en busca del origen de aquel "desagradable" olor a pólvora y, para su desgracia, lo único que encontró fue...

—Un...¿peluche?

Si bien el aroma era más fuerte que antes, Toya sentía que había algo más que emanaba ese olor. Al mirar a su lado notó el armario de Shoto, rápidamente se acercó y al abrirlo se sorprendió.

—¡¿Pero qué mier-?!

No alcanzó a maldecir pues una gran avalancha de peluches de osos, dinosaurios y más, se venía encima de él y en menos de cinco segundos ya estaba enterrado debajo de un pila de muñecos impregnados de aquel aroma a chocolate amargo y pólvora.

Pasaron tal vez unos tres minutos hasta que sintió como el peso de los peluches se hacía cada vez menos.

—¡Toya!—Llamó Shoto preocupado por el mayor.—¡¿Estas bien?!

—¿Qué...pasó?

Fuyumi le ayudó a sentarse y Natsuo ayudaba a Shoto a guardar todo en su lugar. Sin duda que quitar aquel olor de su ropa le llevaría mucho tiempo.

One-Shots [BAKUTODO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora