Serenata

486 49 7
                                        

Shoto estaba listo para descansar, tenía su pijama puesta que consistía en una playera de mangas cortas blanca completamente lisa y con líneas negras en el final de las mangas y abajo llevaba un pantalón corto deportivo negro con líneas blancas, perfecto para cuando hace calor.

Cerró las ventanas, terminó de arreglar su futón, apagó las luces del cuarto y
cuando estaba por acostarse...

—¡Icyhot!

Escuchó proviniendo de afuera, lo habían susurrado pero a la vez lo dijeron lo suficientemente fuerte para que, por lo menos, él lo escuchara.
Abrió los ojos sorprendido, si no se equivocaba, era Bakugo quien lo llamaba por el apodo que le puso.

—¿Kats?

Se apresuró a abrir de nuevo la ventana, se asomó buscando al rubio que tanto amaba, y ahí lo vió, el cenizo viestiendo un traje elegante y sosteniendo una guitarra. Shoto solo atinó a sonreír dulcemente, Bakugo se lo estaba tomando en serio.

—Hola, mi príncipe.—Saludó con gracia recibiendo una risa por parte del bicolor.

Katsuki se colocó bien la guitarra, posicionó sus manos y repasó unas notas. Suspiró en un intento de calmar sus nervios, por fuera no se le notaba pero por dentro estaba que se moría.

Te amo y más
de lo que puedes imaginar.
Te amo además
como nunca nadie jamás lo hará.

Bakugo tocaba cada arpejio que recordaba, había practicado tanto que sus manos se movían sin dificultad al siguiente acorde, el rasgeo que utilizaba era uno sutil que daba un ambiente tranquilo y romántico, entonaba las palabras en un tono suave y nada parecido al que usa habitualmente con los demás.
A Shoto le gusta la forma de hablar de Bakugo, es una cualidad que adora de él, pero también ama cuando en ocasiones utiliza un tono menos agresivo.

En esta canción, va mi corazón.
Amor más que amor es el nuestro
y te lo vengo a dar.

Si bien la melodía no era para nada ruidosa, bastó para alertar a la familia Todoroki, la primera en ir a ver qué era fue Fuyumi, quien al ver la escena sintió mucha ternura.

Te miro y más.
Y más y más te quiero mirar.
Te amo y sabrás.
Puro sentimiento y no hay nada más.

Bakugo se deleitaba con la belleza de Shoto, su cabello levemente desordenado, sus ojos que lo miraban con mucho amor y sus mejillas notablemente rojas por su piel blanca.

Y sueño llegar, a tu alma tocar.
Amor más que amor es el nuestro y te lo vengo a dar.

Detrás de Fuyumi se hizo presente su hermano menor, Natsuo, quien también se levantó curioso por lo que pasaba. Además de ellos, Enji, Toya y Rei también presenciaron la escena sin hacer ruido.

La mujer por su parte sonrió levemente, estaba contenta por el chico que le cantaba a su hijo, en serio se notaba lo mucho que se esforzaba por demostrarle su amor. Por otro lado, Enji y Toya no sabían como reaccionar, tal vez deberían enojarse por despertarlos a altas horas de la noche, pero ver a Shoto de esa forma, feliz, sereno y apreciando al rubio desde su balcón, simplemente les era imposible interrumpir aquella esa escena.

Ruego a Dios tenerte a mi lado
y entonces poderte abrazar.
Si no estás aquí algo falta.
Yo por ti pelearé hasta el final.

Por alguna razón a Enji se le quedaron pegadas esas palabras en su mente, como si fuese alguna señal.
Bakugo lo tenía muy claro, no importaba lo mucho que la familia de Shoto se negara a que el sea su pareja, no importaba cuanto se opusieran, no dejaría que los alejaran.

Y sueño llegar a tu alma tocar.
Amor más que amor es el nuestro y te lo vengo a dar.

Su esfuerzo poco a poco daban frutos, las horas que paso practicando con Jiro se veían presentes en la hermosa canción que estaba tocando, la suave melodía al igual que su voz no eran nada propios de él.

¡Te amo y más!
Te amo y sabrás que nadie como yo te amará.

Shoto ya no aguantaba más, si bien tenía a Katsuki en el jardín de su casa, necesitaba tenerlo aún más cerca de lo que ya estaba. Con un leve movimiento de su mano derecha, hizo aparecer delante del rubio unas columnas de hielo que iban en forma de escalera hasta su balcón.

Bakugo lo entendió al instante y sin dejar de cantar ni tocar, emprendió su camino hasta Shoto, cada paso que daba era firme y lento para evitar caídas.

En esta canción, yo veo quien soy.

Cuando ya lo tenía en frente, notó como sus ojos estaban más brillantes de normal debido a las lágrimas que amenazaban con caer de ellos, su tierna sonrisa que lo volvía loco, sus mejillas rojas que le parecían lo más hermoso del mundo.

Amor más que amor es el mio y lo siento.
Amor más que amor es el tuyo y presiento.
Amor más que amor será nuestro si tu me lo das.

Al terminar de cantar Shoto le quitó con cuidado la guitarra y la apoyo en su balcón, volteó a ver a su rubio y lo abrazó con fuerza atrayendolo hacia su habitación, terminó por acurrucarse en su pecho y dejó salir las lágrimas.

—Espero que te haya gustado, Icyhot.—Dijo el rubio devolviendole el abrazo acompañado de unos cuantos besos en las mejillas del menor.

—Me encantó, gracias, Kats.

(...)

—Será mejor volver a dormir, niños.—Dijo Rei.—Mañana será un bonito día.

Rei volvió a su habitación acompañada de Natsuo y Fuyumi. Mientras tanto, Enji y Toya se quedaron un rato más pensando.

One-Shots [BAKUTODO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora