Una historia jamás contada

Capitulo 2 El chico del Arpa

Pasé la hoja con rareza, unas letras grandes situadas casi en medio de la página, llamaron profundamente mi atención; en las cuales se podía leer lo siguiente:

Gretel Duarte.

Esta es tu historia. Te criaste en una granja pequeña en la ciudad de San Pablo, tú pasatiempo favorito es el de diseñar sombreros, desde niña has vivido solo con tu padre, dentro de pocos meses cumples 19 años, por lo que tu mayor deseo es conocer lugares. Y siempre vas acompañada de tu mejor amigo de la infancia James.

Lo que tú no sabes, es que este libro puede darte muchos beneficios uno de ellos es responder cualquier pregunta que tengas del futuro.
Para que estés segura, puedes escribir una pregunta abajo, la que quieras. La única condición será utilizar una pluma que sea tuya. Y tu respuesta estará en la siguiente hoja.

Por un momento dejé de leer, y dirigí mi atención a James, este parecía estar haciendo castillos en el aire. Su rostro era el de alguien completamente incrédulo.

—Puedo preguntar ¿dónde está el dinero? Aseguré.

—¡oh!. puede ser que solo tengas una pregunta. Me dijo James, mientras levantaba los hombros. Yo que tú preguntaría por algo que sea transcendental en mi vida.

—¿Como qué? Pregunté

—Algo como ... no sé. —Dijo mientras apretaba su mandíbula. Luego de unos minutos indicó: Pregunta sí la visita del conde Edward, a la granja de tu padre; será algo relevante. Porque me parece extraño el pretexto qué puso. De conocer los secretos de la ganadería de tú padre. ¡Lo cual es una muy mala mentira!, porque las vacas de tu papá, son conocidas en todo San Pablo como las peores que jamás han existido.

volví a centrar la vista en aquel curioso y exótico libro. Que por momentos me daba la sensación de que era de tiempos ancestrales. Algunos recuerdos de repente invadieron mi mente, Pues en mi vida amorosa no me había ido nada bien, pero siempre me decía así misma: algún día encontraré a la persona correcta.

—¡sé que preguntar!. Le contesté, Luego tomé un lápiz que llevaba en mi cartera, y comencé escribir; una pregunta que estoy segura que todos nos hemos hecho.

¿Quién será el amor de mi vida?

—sugerí una pregunta de cómo tener riquezas.- Dijo a media voz mientras me observaba escribiendo.

—Tranquilo sólo quiero saber si de verdad es especial este libro.

Doble la página, y me encontré con un texto que llevaba escrito lo siguiente:

Gretel. En tu vida tendrás dos grandes amores, uno entrará en tu vida sin pedir permiso, con el aprenderás a escuchar el silencio del mar, un lugar que te hará sentir completa. El otro te acompañará a cruzar por una tierra vacía, la conexión de ambos será de otro mundo.

Hoy es tu día de suerte. Uno de ellos, mi querida Gretel, se encuentra a tan solo unos pocos kilómetros de distancia de ti, exactamente en la última taberna que está en la esquina.

Ahí adentro sentado se encuentra uno de los dos chicos qué será de suma importancia en tu vida amorosa.

Con solo hablar con él, puede ser el principio de la felicidad de ambos.
Cerré el libro.

Nuestra curiosidad era tan grande que en pocos minutos me encontraba enfrente de la taberna.
Al abrir la puerta, rápidamente notas dulces y picantes, llenaban el aire con su fragancia distintiva, como lo era el aroma a canela; sus matices me recordaban el invierno.

La taberna se encontraba repleta de visitantes de los pueblos vecinos, que entraban a tomar algo.
Alguien tocaba con gran delicadeza las cuerdas de un arpa y las hacía vibrar nota por nota. Ambientando el lugar.

El estar en ese lugar, provocaba que por segundos el aire me faltara.

—¿Por qué estás nerviosa? -Me preguntó James, con la intención de incomodar.

—de saber que conocería alguien tan especial hoy, habría estrenado el vestido azul de princesa.

—bueno, por lo menos hoy sí te peinaste, la trenza de diadema solo puede verse en tu cabello de oro una vez al año.

—¡cállate! Porque si a esas vamos, tú no te vayas todos los días.

—sí me baño todos los días, pero a veces no necesito agua.

—¡claro! te bañas de perfume. Mejor busca en el libro, si hay alguna descripción escrita de cómo es él.

James obedientemente buscó entre la tinta, alguna pista que nos pudiera dar el libro.
Logró encontrar una indicación que daba el libro que decía; el chico viste completamente de negro. lleva un pañuelo alrededor del cuello color azúl púrpura.

¿Completamente de negro? Pregunté mientras observaba a mi alrededor, un pirata que se encontraba en la mesa de la esquina a la izquierda, iba vestido, con su traje completamente negro, pero no miraba por ninguna parte el pañuelo violeta.

—¡creo que es él! -Murmuró James, mientras me señalaba sutilmente el mesero; este era el encargado de servir los turrones de azúcar con chocolate y canela.

—¿por qué lo dices? Le pregunté.

—lo he visto secarse con un pañuelo color morado el sudor.

—no lo creo, dije después de analizarlo bien, su camisa es color azul no negra.

Muchos pasaban, pero me estaba resultando muy difícil encontrarlo, por lo que tomé el libro y mire si se no había escapado alguna pista.

Letras grandes escritas de una tinta color dorado, resaltaban entre las otras palabras:

El chico del Arpa

Aun no sabés escuchar tu corazón.

—ahora si está claro.mencionó James

—¿Debo hablarle? Le pregunté nerviosa

—Es correcto, y apresúrate no tenemos mucho tiempo.

suspiré, luego busqué con mi mirada al arpista, es decir como si su melodía lograra encantarme, en cuestión de segundos me encontraba detrás de él.
Las notas resonaban más fuertes.

No podía ver su rostro, pero sí, su relamido cabello color castaño, y como estaba dicho en el libro, el iba completamente de negro, junto a su pañuelo azul púrpura alrededor de su cuello.

mi corazón comenzó a acelerarse, quería vomitar. Dado que sí el libro no mentía, estaba detrás de la persona correcta.

Di un paso más y mi alma comenzó a vibrar, haciéndome sentir vulnerable, retrocedí y dejé que el miedo, me sacara de ese lugar.

—¿Ya le hablaste? —Preguntó James sorprendido.

—Es en serio que vamos a creer en un libro viejo y maltratado. —dije para esconder mi frustración luego agregué —tal vez sí sea extraño, Pero eso no significa que sea mágico o tenga algún poder. Lo mejor será regresarlo a su lugar antes que algún ciudadano se entere.

—¿Y si lo que está escrito es verdad? Me preguntó.

—Bueno, si el chico del arpa, es mi verdadero amor tenemos todo el tiempo del mundo para encontrarnos.

—¿Que tal si ya no hay tiempo?, Me parece que no eres sincera en aceptar que tuviste miedo de hablarle.

—No respondí nada, y lo último que le dije antes de despedirnos; para volver a nuestras casas fue: yo me encargaré mañana, de dejar ese libro donde pertenece.