Make Love With Another ⦙ Chestappen

#𝟭𝟭 𝗖𝗜𝗖𝝠𝗧𝗥𝗜𝗖𝗘𝗦

ADVERTENCIA ⚠️: VIOLENCIA FÍSICA E INTENTO DE ABUSO NO EXPLÍCITO.

Estaba acabado, su ser, su mente, su cuerpo, todo lo que conformaba a aquel alegre mexicano se encontraba sepultado tan profundo como la persona con la que compartió la mitad de su vida lo había enterrado.

Su mente todavía no terminaba de procesar todo lo que había ocurrido, fue tan rápido que su cerebro entró en estado de shock.

Llevaba cerca de dos horas en el mismo lugar. Se encontraba en posición fetal completamente desnudo a un costado de su cama.

¿En qué se había convertido su vida? ¿En qué momento todo dejó de ser color de rosa pasando a un negro vacío? ¿Todo en realidad había pasado?

Ni una sola lagrima salía de sus ojos, podría jurar que su alma lo abandonó desde el momento en que el moreno le puso una mano encima, dejando solo el cascarón que una vez llegó a ser el pecoso.

El día había sido bastante tranquilo, era un sábado como cualquier otro, se encontraba tirado en su cama siendo envuelto por los fuertes brazos de su esposo. Todo parecía perfecto.

Como si las semanas anteriores nunca hubieran existido, después de que su marido no le haya dirigido la palabra mas que para lo esencial, desde el día viernes todo había mejorado.

Sergio llegó de su firma bastante agotado emocionalmente, tenía casos bastante pesados que tenía que resolver solo, debido a que su compañero de trabajo y mejor amigo Russell había salido a un viaje de negocios para la firma de unos contratos, del cual regresaba hasta el siguiente día.

Ya no lloraba tanto al llegar a casa, simplemente se iba directamente a la caminadora fija que tenía en su hogar para seguir cuidando su aspecto, se bañaba y dejaba todo preparado para que su esposo llegara a cenar.

Pero grata fue su sorpresa cuando abrió la puerta y un muy bien vestido Hamilton lo recibió con un ramo de tulipanes amarillo, su color favorito.

Detrás de él se podían percatar los destellos que brindaban las velas, las cuales decoraban el comedor de su hogar. No pudo evitar que una enorme sonrisa se dibujara en sus labios, reprimió con todas sus fuerzas lagrimas que luchaban por salir de la felicidad que estaba sintiendo en ese momento.

Sabía que a su esposo últimamente no le gustaba que llorara, y no iba a arruinar un hermoso momento con sus sentimentalismos.

Recibió la mano que el británico le brindó caminando lentamente hacia el comedor observando la decoración junto a los platos con comida vegana que sinceramente se veía deliciosa.

Dio un vistazo hacia la cocina sabiendo el desastre que le deparaba, una pequeña risita se coló en el momento, si bien su esposo podría ser un buen cocinero, era definitivamente un desastre. 

Pero se iba a preocupar mañana por arreglarlo, el día de hoy iba a disfrutar aquella tarde al lado del amor de su vida.

Las horas pasaron en medio de pláticas, cumplidos y efímeros besos de parte del matrimonio Hamilton-Pérez.

No podía haber nada mejor, pensó el de cabello azabache.

Después de aquella comida ambos se dirigieron a su habitación siendo el menor cargado al estilo nupcial por el mayor.

No fue hasta que las rodillas del moreno toparon con la base de la cama que se detuvo para depositar suavemente a su cónyuge sobre las suaves sabanas que decoraban el colchón.

Con una sonrisa pudo apreciar lo angelical que se veía el pecoso, había bajado bastante su peso corporal, debido a lo mínimo que comía y el exceso de cardio que realizaba, pero eso lo desconocía el más alto.