✷ 𝅄 un señuelo, hay algo oculto en cada sensación...✦⸼࣪⸳
aeri es nueva en la ciudad. por más de que se haya quejado ante la idea de mudarse, decide que lo mejor será explorar y aventurarse. disfrutar todo lo que reciba en su estadía en hyogo, inc...
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el resto de las clases pasaron con normalidad, y llegó el momento de los clubes.
al ser tarde el frío se estaba presentando con más fuerza, y el sol ya se estaba ocultando.
las tres chicas de segundo año salieron de sus salones y luego del edificio, para ir al gimnasio.
—entonces, ¿ustedes dos en qué clubes están?—pregunto aeri mientras caminaban
—yo estoy en el club de música, y hana en el de arte—contesto yuki, sonriendo—¿en cual te gustaría ir?—pregunto hana
—umm, no lo sé, tengo que pensar. ¿pero por que no fueron?–dijo aeri mientras yuki abría la puerta del gimnasio, así qe la azabache y la rubia la siguieron hacia adentro.–simplemente hubo un par de problemas, así que...¿están como cancelados? temporalmente
—yuki, ¿como estas?—al entrar un joven de cabellos blancos y las puntas negras saludo a la oji verde, que le contestó con la misma educación y dulzura.
—oh, hola hana...y tu eres?—preguntó el chico con curiosidad—ah! soy aeri harada, soy nueva, un gusto conocerte
él asintió—igualmente, soy kita shinsuke, soy el capitán.—
—¡yuki!—la voz de atsumu se acercó a ellos, y abrazó a la chica.—t-tsumu, hola—dijo suzuki riendo un poco
hana y aeri sonrieron ante la escena, al igual que kita.
—bueno, tengo que seguir entrenando. seguro no podrás dejar de verme, soy demasiado bueno–le guiño el ojo a yuki, quien cuando atsumu se fue dio vuelta hacia las chicas.
–bueno, vayamos a sentarnos para allá—suzuki señaló la pared donde estaba la banca, que tenía botellas y toallas sobre ella.
las tres se sentaron en el suelo, con las espaldas contra la pared.
los corazones se veían en los ojos de yuki cuando miraba a atsumu. aeri y hana se reían, divertidas por la escena.
mientras conversaban y observaban las "hazañas" de los jugadores, el entrenador se acercó a ellas—hola chicas, supongo que atsumu las arrastró hasta aquí, ¿no?—rió.
—si, perdón las molestias, espero no distraerlo—rió yuki, y el entrenador negó con la cabeza—yo creo que en vez de distraer a atsumu eres como un ánimo, se esfuerza más cada que lo vienes a ver.
—bueno...estoy contenta si es así—el adulto asintió, y comentó—estamos buscando una manager, ¿ninguna quiere?
hana y yuki se miraron, sonriendo, y la señalaron a aeri que estaba en medio de ellas.
—oh, perdón, quien es ella ¿eres nueva en la escuela?—preguntó en un tono amable el hombre, la azabache sonrió
—sip...bueno, hoy es mi primer día—rio—soy aeri harada, y sobre de ser manager, me gustaría probarlo–el entrenador sonrió y respondió—bien, puedes observar el panorama, y en estos días probar, mientras nosotros te evaluamos.
aeri asintió–bien, me parece genial, muchas gracias—el entrenador sonrió y asintió, yéndose hacia otro lado del gimnasio, las dos chicas le empezaron a hablar y preguntar algunas cosas, pero aeri no contestó enseguida, se había perdido al ver a suna cerca. estaba bebiendo agua y ella lo estaba mirando fijamente.
que vergüenza, pensó aeri, y con rapidez e ignorando que había pasado, contestó a las chicas quienes se rieron.
las tres continuaron hablando, intercalando entre su charla y el entrenamiento, admirando el talento que esos jóvenes emanaban; probablemente algunos de ellos terminarían siendo profesionales, siendo estrellas e incluso siendo ejemplos para quienes quisieran jugar voleibol en el futuro.
el inarizaki era bueno en todos los deportes en los que se presentaba, y en el voley no se quedaba detrás. desde hacía varios años llegaban al torneo nacional, y en distintas ocasiones ganando, algunas perdían, pero estaban posicionados como un buen equipo. en el presente se posicionaban de la misma manera, con los gemelos miya y jugadores como aran o suna era imposible que no lo estuvieran, y el resto del equipo eran herramientas que aportaban bastante.
y con lo que le habían contado las chicas a aeri, que ya estaban familiarizadas con esos datos, la azabache creó esa imagen tan nítida de un gran equipo, admirable y fuerte. un grupo del cual le gustaría ser manager, a pesar de que hana le haya cortado un poco esa ilusión contándole ciertas anécdotas que rompían la imagen sería.
pero, una pizca de seriedad debía de haber ahí ¿no? quizás esfuerzo.
el entrenamiento finalizado y una pequeña charla de consejos de parte del entrenador fue lo último que las jóvenes vieron, que ya estaban con sus abrigos, preparadas para la pesadez del ambiente.
el miya rubio se acercó a la oji verde, rodeándola con sus brazos, burlándose de ella por haber sentido todo el tiempo su mirada. hana conversaba animadamente con el capitán y el as, ambos de tercero, con el miya de estoica expresión a su lado, mirando a hana-aunque lo intentase disimular-
en cambio, aeri estaba con la espalda en la pared, de brazos cruzados y perdida en sus propios pensamientos. sintió como alguien se ponía a su lado, pero pensó que era alguna de las chicas.
—perdón por interrumpir tu presentación hoy—una voz masculina, suave y vaga le habló, con un claro tono sarcástico. ¿suna le estaba hablando?
—um, supongo que no importa—dijo aeri sonriendo—pero, no me interrumpas otra vez, y mucho menos cuando sea mánager—respondió con el mismo tono vacilante
—¿qué tanta confianza tienes en ti?¿qué pasa si no te eligen?—suna se burló, aeri se mordió la mejilla interna. en cierto sentido, suna tenía razón, tal vez no quedaba, pero no se lo diría.
—yo se que terminare aquí como manager, se que tengo lo suficiente y más como para serlo.—entrecerró los ojos, con un tono más amenazante pero aún burlón. suna rió, y simplemente asintió divertido.
-aeri, ya nos vamos, ¿vienes?-le pregunto yuki antes que la azabache pueda reclamarle algo al de ojos lindos. aeri no tuvo más remedio que seguirla hacia afuera, dándole una última mirada a suna.
y él le saco la lengua, después de la estúpida y dramática "discusión" que habían tenido.
y aeri se dio cuenta que la imagen que daba suna no era muy similar a la que de verdad parecía ser, no lucía como un tipo misterioso.
