• Catorce años •

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Tom estaba mirando fijamente sus manos mientras la mesera parada a lado de la mesa esperaba la orden. El hombre que estaba al frente suyo se aclaró la garganta y Tom gruñó.

-Tom -dijo el hombre impaciente.

-No tengo hambre -contestó mirando a la mesera-. Nada para mí.

-Tom -dijo el hombre de nuevo. Volvió la vista a la chica y suspiró-. Para él una hamburguesa con queso y papas fritas.

La mesera asintió y escribió la orden.

-¿Eso es todo?

-Sí -replicó Tom hurañamente, mirando la mesa de nuevo.

-Gracias -dijo el hombre y la mesera se alejó-. Tom…

-¿Qué, papá? -murmuró. Las luces fluorescentes del pequeño restaurante hacían unzumbido aburrido y su boca se sentía seca como papel-. Realmente no tengo hambre.

-Trata de pasarla bien -dijo su padre, inclinándose-. No te veo a menudo.

-Lo sé.

Un silencio incómodo se situó entre ambos. Tom no tenía nada que decirle a Jorg.

-Luces bien -dijo Jorg finalmente. Tom asintió mientras rompía una servilleta-. Bueno, excepto el cabello.

-¿Qué hay de malo? -murmuró Tom. Sabía lo que estaba viniendo; cada maldita vez su padre decía algo malo sobre su cabello. Se lo había estado haciendo crecer con rastas por años, y Jorg simplemente no podía aceptarlo.

-Tu madre debería cortártelo -dijo Jorg-. Pero luces bien. Estás creciendo.

-Um. Gracias. -A él le valía una mierda lo que su padre pensara. Los gemelos lo habían comenzado a ver unos meses antes, y eso nada más por obligación de Simone. No habían estado con su padre por años, no desde el divorcio.

-¿Cómo está Bill? Ya no está usando maquillaje, ¿no? ¿Por qué su madre le permite eso?

Tom suspiró.

-A ella no le importa. A mí no me importa. Bill solo es Bill.

-Espero que eso no vaya a desanimar a esos productores -dijo Jorg con desaprobación.

-Ellos no le dicen que deje de maquillarse.

Jorg hizo una mueca.

-Hace pensar de determinado modo. ¿Qué crees que opina la gente?

-Bill está bien -dijo Tom exasperado.

-Qué mal que no haya podido venir esta noche.

-Una jodida lástima.

-Tom -dijo Jord con severidad. La camarera apareció con sus bebidas y Tom comenzó a sorber su Coca-Cola-. ¿Bill va a estar bien? También estaba enfermo la última vez que fui a recogerlos.

Tom quiso reír. Su hermano no estaba enfermo, solo era bueno pretendiendo estarlo cuando quería evadirse de algo; y Bill no quería ver a su padre, la noche anterior se había deshecho en lágrimas ante el pensamiento. Tom lo recordó y sus puños se apretaron. Odió a su papá.

-Espero que tu madre no lo esté mimando, lo va a convertir enun chico enfermizo -dijo Jorg. Eso hizo que la sangre de Tom hiciera ebullición, quería golpear a su papá en la cara-. Y… -Jorg tosió- ¿Tu madre está bien?

-Sí, Gordon es genial. -Miró a su padre con furia un segundo y luego volvió la vista hacia abajo.

-¿Y la escuela? -preguntó Jorg-. Espero que todo esto de la música no esté interfiriendo.

No se lo cuentes a mamá - Bill and Tom Kaulitz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora