After 5 years ( jegulus)

Lily evans

El sol se ocultaba tras el horizonte, tejiendo un manto de sombras sobre el vecindario. Lily Evans se detuvo frente a la puerta de la casa, nerviosa por lo que encontraría al otro lado. Después de cinco años de ausencia, finalmente había decidido regresar para enfrentar el pasado que había dejado atrás.

Con un suspiro, levantó la mano y tocó la puerta. El sonido resonó en la tranquila calle, y segundos después, la puerta se abrió lentamente. Ante ella, estaba Regulus Black, el hermano menor de su amigo Sirius. Sin embargo, no fue él quien primero llamó su atención, sino el niño que se aferraba a la pierna de Regulus.

"¿Quién es?" preguntó el niño con curiosidad, observando a Lily con ojos confundidos.

Lily sintió un nudo en la garganta al darse cuenta de que Harry, su propio hijo, no la reconocía. Manteniendo la compostura, miró a Regulus, cuyos ojos grises la observaban con cautela.

"Regulus, soy yo, Lily", dijo, tratando de sonar firme.

Regulus frunció el ceño, evidentemente sorprendido por su presencia. "Lily Evans... ¿qué haces aquí?"

"Regulus, necesito hablar contigo", dijo Lily, su voz temblorosa. "Es sobre James y... sobre Harry."

Regulus parecía indeciso por un momento, pero finalmente abrió la puerta completamente y la invitó a entrar. Lily siguió, sintiendo una mezcla de nerviosismo y determinación mientras cruzaba el umbral.

El interior de la casa estaba iluminado por una tenue luz dorada, y el sonido de risas infantiles resonaba en el aire. Lily miró a su alrededor, observando los detalles que habían cambiado desde su última visita. La casa se sentía diferente, como si ahora perteneciera a alguien más.

"¿Dónde está James?" preguntó Lily, desviando la mirada hacia Regulus.

Regulus suspiró, su expresión afligida. "James no está aquí en este momento. Ha salido con Victoria."

Lily asintió, tratando de controlar las emociones que amenazaban con abrumarla. Sabía que este encuentro sería difícil, pero no había esperado que fuera tan doloroso.

"Regulus, necesito hablar contigo sobre Harry", dijo Lily, mirándolo directamente a los ojos. "Es mi hijo, y... necesito llevármelo conmigo."

Los ojos de Regulus se entristecieron ante la petición de Lily. "Lily, entiendo que te sientas así, pero Harry ha estado aquí conmigo durante estos últimos cinco años. Lo he criado como si fuera mi propio hijo, y él me ve como su padre."

Lily sintió un nudo en la garganta al escuchar las palabras de Regulus. Sabía que había perdido mucho durante su ausencia, pero nunca había imaginado que Regulus ocuparía su lugar como madre y esposa.

"Lo sé, Regulus, pero... soy su madre", dijo Lily con voz entrecortada. "Y él es mi hijo."

Regulus la miró con compasión, pero también con determinación. "Lily, Harry es feliz aquí. Ha formado un vínculo muy fuerte con Victoria, y... conmigo. No puedo simplemente dejarlo ir."

Lily sintió un dolor punzante en el pecho al darse cuenta de que recuperar a Harry no sería tan fácil como esperaba. Sabía que tendría que luchar por él, pero también sabía que no sería una batalla fácil de ganar.

"Regulus, por favor..." comenzó Lily, pero fue interrumpida por el sonido de la puerta al abrirse.

Ambos se giraron para ver a James entrar, sosteniendo la mano de una niña pequeña con cabello oscuro y ojos brillantes. Victoria.

"¿Qué está pasando aquí?" preguntó James, frunciendo el ceño al ver a Lily.

Lily se tensó al encontrarse con la mirada de James, pero se obligó a mantener la compostura. "James, necesitamos hablar. Es sobre Harry."

James intercambió una mirada con Regulus, quien asintió en silencio. Sabía que esta conversación era inevitable, pero no menos dolorosa por ello.

"De acuerdo, Lily", dijo James con seriedad. "Hablemos."

Lily observó con el corazón encogido cómo Harry se aferraba a la mano de Regulus, llamándolo "mamá" con la misma naturalidad que lo haría con ella. El dolor que sentía era abrumador, pero se obligó a mantener la compostura mientras miraba a su hijo y al hombre que había ocupado su lugar como madre en su ausencia.

"Harry, cariño", dijo Regulus con voz suave, acariciando el cabello del niño con ternura. "¿Por qué no vas a jugar un rato con Victoria mientras los adultos hablamos?"

Harry asintió con entusiasmo y soltó la mano de Regulus, corriendo hacia su hermana adoptiva con una sonrisa radiante en el rostro. Lily observó con un nudo en la garganta cómo los dos niños se alejaban juntos, compartiendo risas y secretos como si fueran hermanos de sangre.

Mientras tanto, James se acercó a Lily con una expresión complicada en el rostro. Sus ojos verdes la miraban con una mezcla de tristeza y compasión, como si entendiera el dolor que estaba sintiendo.

"Lily", comenzó James con voz suave, colocando una mano en su hombro. "Sé que esto no es fácil para ti, pero Regulus ha sido un padre increíble para Harry durante todos estos años."

Lily se apartó ligeramente, sintiendo una oleada de resentimiento hacia James por su apoyo a Regulus. "¿Cómo puedes estar del lado de Regulus en todo esto? Harry es mi hijo, James. Debería estar conmigo."

James suspiró, bajando la mirada por un momento antes de volver a encontrarse con los ojos de Lily. "Lily, sé que eres su madre, pero... Regulus lo ha criado como si fuera suyo. Han formado un vínculo muy fuerte, y... Harry lo ve como su padre."

Las palabras de James resonaron en los oídos de Lily, haciéndola sentir aún más culpable por su ausencia durante todos estos años. Sabía que había perdido mucho tiempo, pero nunca había imaginado que perdería el amor y el cariño de su propio hijo.

"Lo sé, James", dijo Lily con voz temblorosa. "Pero eso no cambia el hecho de que Harry es mi hijo. Y necesito llevármelo conmigo."

James la miró con tristeza, pero también con determinación. "Lily, te entiendo. Pero no puedes simplemente llegar aquí después de cinco años y esperar llevarnos a Harry. Él tiene una vida aquí, con Regulus y Victoria."

Lily se sintió abrumada por la sensación de pérdida y desesperación que la embargaba. Sabía que no sería fácil recuperar a Harry, pero también sabía que no podía rendirse sin luchar.

Mientras tanto, en el otro lado de la habitación, Regulus observaba la escena con una mezcla de tristeza y resignación. Sabía que no podía obligar a Lily a aceptar la situación, pero también sabía que no podía permitir que se llevara a Harry sin luchar.

Los lazos que habían sido tejidos durante todos estos años eran demasiado fuertes para romperse fácilmente, y Regulus estaba dispuesto a hacer lo que fuera necesario para proteger a su familia.