Victoria Potter black

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James se encontraba solo en su habitación, perdido en un torbellino de pensamientos y emociones. Las palabras de Regulus resonaban en su mente, revelando una verdad oscura que no podía ignorar. Durante años, había creído que su amor por Regulus era verdadero y puro, pero ahora se daba cuenta de que había sido manipulado y engañado desde el principio.

Una sensación de desesperación se apoderó de él mientras reflexionaba sobre su pasado. Recordó el nacimiento de Harry, el día en que su vida cambió para siempre. Había sido un momento de felicidad y alegría, pero ahora se preguntaba si incluso eso había sido real. ¿Había sido manipulado por Regulus desde el principio, incluso en los momentos más íntimos de su vida?

Y luego estaban los recuerdos del nacimiento de Victoria, la dulce hija que había tenido con Regulus. Había sido un momento de pura felicidad, o al menos eso había creído en ese momento. Pero ahora, con la verdad al descubierto, se preguntaba si ese amor era genuino o simplemente otra mentira cuidadosamente construida por Regulus.

Con el corazón lleno de dolor y confusión, James se levantó de la cama y se dirigió hacia la habitación de Victoria. Necesitaba verla, necesitaba asegurarse de que ella era real, de que su amor por ella era verdadero.

Cuando entró en la habitación, encontró a Victoria jugando con sus juguetes en el suelo, con una sonrisa inocente en su rostro. Sus ojos se iluminaron al ver a su padre y extendió los brazos para que la levantaran.

James la tomó en sus brazos con ternura, sintiendo una oleada de amor y gratitud por esta pequeña niña que había llegado a su vida. A pesar de todas las mentiras y engaños, ella seguía siendo una luz en la oscuridad, una prueba de que algo bueno aún podía surgir de todo esto.

Mientras sostenía a Victoria en sus brazos, James se juró a sí mismo que haría todo lo posible para protegerla, para asegurarse de que nunca sufriera por las acciones de su padre. Sabía que el camino por delante sería difícil y lleno de desafíos, pero estaba decidido a enfrentarlo con valentía y determinación, por el bien de su hija por el bien de Harry y por el bien de sí mismo.

James observaba a Victoria jugar con sus juguetes, maravillado por la energía y la vitalidad de su pequeña hija. Pero a medida que la observaba más de cerca, comenzó a notar similitudes sorprendentes entre ella y Regulus. Su cabello oscuro y su porte elegante recordaban a su otro padre de manera sorprendente.

Con el corazón lleno de preguntas, James se acercó a Victoria y se sentó a su lado. La miró con atención, notando cada detalle de su rostro. Los ojos marrones  los había heredado de James, pero el resto de ella era una imagen de Regulus.

La similitud lo sorprendió y lo preocupó al mismo tiempo. ¿Qué significaba esto para Victoria y su futuro? ¿Sería como Regulus en más que solo la apariencia? James se estremeció ante la idea de que Victoria pudiera heredar los rasgos más oscuros de Regulus, su obsesión y su manipulación.

Pero también sabía que Victoria tenía su sangre, su amor y su bondad. No tenía por qué ser solo una copia de Regulus. Sin embargo, la idea de que su hija pudiera ser influenciada por el lado oscuro de su otro padre lo llenaba de temor y preocupación.

 Sin embargo, la idea de que su hija pudiera ser influenciada por el lado oscuro de su otro padre lo llenaba de temor y preocupación

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Regulus llegó a casa con un peso en el corazón, pero la visión de James y Victoria jugando juntos le trajo un destello de alegría. Se acercó sigilosamente y observó a su hija, maravillado por la forma en que se movía y hablaba, tan parecida a él en tantos aspectos.

Decidió unirse al juego, sintiendo una oleada de nostalgia al recordar su propia infancia en Hogwarts, cuando aún creía que podía tenerlo todo. Se sentó junto a Victoria y James, y pronto se vieron inmersos en un juego animado y lleno de risas.

Pero la alegría se vio interrumpida cuando Harry llegó a casa y se unió al juego. Regulus observó a su hijo con una mezcla de ternura y preocupación, preguntándose qué influencia tendría en él la presencia de Victoria, tan parecida a él en tantos aspectos.

A medida que el juego continuaba, Regulus comenzó a notar cómo Victoria usaba su encanto y su astucia para obtener lo que quería, manipulando a James para que le diera lo que ella deseaba. La visión le recordó demasiado a sí mismo en sus días de juventud, cuando había creído que podía tenerlo todo con solo un poco de astucia y manipulación.

Se dio cuenta de que Victoria era su copia en más que solo la apariencia física; también tenía su astucia y su habilidad para manipular a los demás para salirse con la suya. Y en ese momento, Regulus supo lo que tenía que hacer. Tenía que enseñar a Victoria a usar sus habilidades para su propio beneficio, a ser como él en cada sentido de la palabra.

Decidió que pasaría más tiempo con Victoria, enseñándole todo lo que sabía sobre manipulación y astucia. Sabía que sería una tarea difícil, pero estaba decidido a hacerlo por el bien de su hija y por el bien de su legado.

Mientras Regulus seguía jugando con Victoria y Harry, su mente vagaba hacia su infancia, recordando las lecciones que su madre, Walburga, le había enseñado. Recordó las palabras de su madre, su tono frío y distante resonando en su mente mientras repetía una y otra vez la misma frase: "En un mundo egoísta, el egoísta triunfa".

Walburga había sido una madre exigente y cruel, enseñándole a Regulus desde una edad temprana que la única manera de sobrevivir en este mundo era siendo implacable y despiadado. Le había inculcado la idea de que él era superior a los demás, que su linaje puro de sangre lo hacía digno de respeto y admiración.

A lo largo de los años, Regulus había internalizado estas lecciones, convirtiéndolas en su mantra personal. Había aprendido a sentirse superior a su hermano mayor, Sirius, y a todos los que no compartían sus creencias sobre la pureza de la sangre. Y ahora, mientras observaba a Victoria jugar, sentía una oleada de satisfacción al pensar en las lecciones que pronto le enseñaría.

Estaba convencido de que Victoria tenía que ser igual que él, que tenía que aprender a manipular y a sentirse superior a los demás. Era la única manera de asegurarse de que triunfara en un mundo tan cruel y despiadado como el que habían heredado.

Con una sonrisa en el rostro, Regulus continuó jugando con Victoria y Harry, sintiendo una sensación de poder y control que había estado ausente en su vida durante tanto tiempo. Estaba decidido a enseñarle a Victoria todo lo que sabía, a prepararla para un futuro en el que solo los más fuertes y despiadados sobrevivirían.

Mientras James y Harry bajaban por comida, Regulus aprovechó el momento para hablar a solas con Victoria. Esperó a que estuvieran solos y, con una expresión seria en su rostro, se acercó a su hija.

"Victoria, querida", comenzó Regulus, su voz suave pero firme. "Hay algo que quiero que recuerdes siempre. En este mundo, el egoísta triunfa."

Victoria lo miró con curiosidad, sin comprender completamente el significado de sus palabras. Regulus continuó, su tono lleno de determinación.

"Tienes que ser la mejor en todo, Victoria", dijo Regulus, sus ojos brillando con intensidad. "Incluso mejor que Harry. No puedes permitir que nadie te supere, debes ser siempre la número uno."

Victoria asintió lentamente, absorbiendo las palabras de su padre con seriedad. Aunque no entendía completamente lo que significaba ser egoísta, podía sentir la determinación y la intensidad en la voz de Regulus. Y sabía que tenía que hacer todo lo posible para cumplir con sus expectativas.

Con una sonrisa satisfecha, Regulus observó a Victoria, sintiendo una oleada de orgullo y satisfacción. Estaba seguro de que con su orientación, su hija se convertiría en una fuerza imparable, capaz de conquistar cualquier desafío que se le presentara en la vida.

After 5 years ( jegulus)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora