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DINASTY

Mis tacones resuenan por todo el pasillo a la par que el hombre retrocede asustado insultando en todos los idiomas posibles y tirando lo que encuentre, sin embargo todo es en vano porque no hay nada que me pueda hacerme daño y mucho menos...

— ¡Perra desgraciada! — el hombre se abalanza sobre mi con lo que parece ser una navaja.

El forcejeó es instantáneo y al tratar de usar mis poderes en su contra por alguna razón estos fallan y el hombre termina cortando parte de mi hombro y brazo haciéndome chillar del dolor, más en un arranque de fuerza lo termino estrellando contra la pared.

Al momento de recomponerme lo único que siento es mucha ira y ganas de arrancar cada uno de sus dedos con un maldito alicate, sin embargo esto va en contra de mis principios de demonio y solo atino en acercarme y poner un pie en su barriga enterrando mi tacón haciendo que este grite de dolor.

— Infeliz, si tan solo hubieras hecho algo grande con lo que te otorgue — le digo con enojó en mis palabras a lo que esté solo se remueve pero clavo más mi tacón dejándolo calmado— En fin, adiós pendejo como dirían aquí.

Chasqueo los dedos y ante mi vista el humano patético desaparece de mi vista, un nuevo contrato pagado, excelente.

Me dispongo a salir de ese lugar que parece ser como una casa de apuestas pero hay algo que me está incomodando en el brazo haciendo que por un momento me percaté de esto y es que tengo el brazo ensangrentado aún.

— Que diablos está pasándome...— masculle entre dientes.

Lleve mi mano a la herida y me dispuse a sanarla sin embargo esto no parecía funcionar ni de chiste, esto no debería estar pasando y mucho menos debería de sentirme tan mal.

Doy unos cuantos pasos por una calle y algunas personas me miran con curiosidad sin embargo no hacen nada, claro, son tan patéticos que jamás harían algo y yo tampoco los necesito.

En determinado momento me apoyen en una pared cercana sintiendo un leve mareo que me desconcierta.

— Dinasty ,— aquella voz se me hace conocida más no logro reconocerlo pero lo siento acercarse— ¿Estás bien?

No puedo ni responder nada porque al segundo caigo cerrando los ojos por lo mal que me siento.

DIEGO

Habían pasado exactamente dos semanas desde la visita a la señorita estirada más conocida como Dinasty y en resumen, desde aquel día todo nos empezo a ir de la verga y eso era poco.

Todos nos enfermamos, no podíamos ni ensayar, empezaron a funar a Jota por no sé que mamadas, nos empezo a llover hate de muchas personas fans del rock que criticaban hasta nuestra forma de respirar y la lista seguía.

Yo no creía en las maldiciones ni quería ser pretencioso acusando a esa mujer de haber hecho algo pero, Dinasty no era una mujer ordinaria y lo sabía muy bien desde el accidente que tuve en mi moto donde recuerdo claramente que ella estuvo y sucedió algo que no explicó hasta ahora, lo único que tenía claro es que gracias a Dinasty estoy vivo ahora.

Sin embargo toda esta mala racha sea o no su culpa me tiene harto, también está extraña sensación que me está abarcando cada día era asfixiante, me sentía con más fuerza, más despierto, más sensitivo a las cosas, demasiado extraño, realmente no me sentía como yo a raíz del accidente y la única persona que tenia respuestas era Dinasty.

Por eso contra todo pronóstico vine a buscarla a su empresa, la respuesta de su asistente fue que estaba ocupada en ese momento y que había salido, no a gusto con eso y por alguna razón comencé a andar en mi moto por algún lugar que desconocía pero que llevado por esta intuición extrañaba que tenía ahora último tuve que seguir.

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⏰ Última actualización: May 04 ⏰

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demon - diego moguel !Donde viven las historias. Descúbrelo ahora