࿐♡ 01

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—¿Cuándo vas a llegar?

Yang Jeongin, de 22 años, estaba echado en su cama compartida con su novio, con el que ya lleva 4 años de relación, Christopher Bang de 24 años, pero le decía Chan, pues es su nombre coreano.

El pequeño rubio miraba el techo, ya eran las 7 de la tarde y se supone que Chan llegaba a Corea a las 5, fue a Australia por la boda de su hermana y ya tenía una semana estando allí.

Ambos eran muy diferentes, Jeongin medía 1,70 era adorable y le gustaban los colores pasteles, libros, dulces y películas románticas, era cariñoso y le gustaba mucho mantener contacto físico. Mientras que Chan era todo lo contrario, medía 1,87 su actitud era fría y era el típico "rompe corazones" en la universidad, le gustaba vestir ropa obscura y le gustaba lo salado y picante, era un chico de videojuegos y películas de suspenso y terror.

Eran tan diferentes que se complementaban a la perfección, había muchas personas que quieren ser Jeongin para estar con Chan y a la misma vez ser Chan para estar con aquel adorable chico.

Ya llevaban casi tres años viviendo juntos desde que formalizaron su relación, dormían juntos, aunque Jeongin era cálido, se resfriaba con facilidad y Chan siempre tenía sus manos frías, pero casi nunca se enfermaba.

Chan respondía frio, su cara casi siempre era de pocos amigos y usaba malas palabras frecuentemente, pero con Jeongin, oh, aquel dulce chico que gracias a Dios es su novio, ese chico lograba doblegarlo fácilmente.

—Ya deberías estar aquí —el pequeño rubio pataleó en su lugar, resignado se levantó y se alistó para darse una ducha.

Y justo antes de entrar al baño, su teléfono sonó, era Chan.

—¿Chan? —Jeongin atendió la llamada.

Jeongin, perdón por no llamarte antes o contestarte, es que mi teléfono murió y, además, perdí el vuelo, llegaré mañana a medio día.

—¿Por qué perdiste el vuelo?

Es que papá se confundió de camino y terminamos en Osaka en vez de Tokio.

—Bien, te veo mañana —y colgó, estaba algo enojado, podría haberse prestado algún teléfono y llamarlo para que no esté esas dos horas y media en extremo preocupado.

Pero ahora haría todo lo que a Chan no le gustaba que hiciera, caminar en casa sin calcetines, dormir tarde y taparse con una sola sábana.

(...)

—Sí, gracias —Jeongin cerraba la puerta a un repartidor de comida, acababa de pedir alitas con barbacoa, las tenía que comer con Chan, pues eran dos porciones, pero su novio no estaba y no podía desperdiciar buena comida.

Entró a Disney+ y empezó a reproducir blanca nieves, amaba las películas clásicas animadas.

Su teléfono empezó a vibrar, varias veces después de salir de la ducha, pero lo puso en silencio ya que era Chan pidiendo perdón por no avisarle antes.

♡Channie♡

20:32 - Amor, realmente lo siento.

20:32 - Por favor léeme.

20:32 - Respóndeme o me mato, primer aviso.

20:32 - No es cierto, pero ya perdóname, debí avisarte antes :(((

El menor bufó dejando su teléfono silenciado en la mesita de la sala mientras las películas se reproducían y de un momento a otro ya era la una y media de la mañana.

—Ay... no —le asustaban mucho esas horas, era muy supersticioso y le tenía miedo a muchas cosas, obscuridad, fantasmas, ruidos fuertes, esa clase de cosas.

Por eso en las noches, Chan siempre apagaba las luces de la casa, ya que a Jeongin le aterraba hacerlo; pero, ahora Chan no estaba con él, así que tendría que hacerlo quiera o no.

Tomó aire, su celular y empezó a correr justo después que apagó las luces del recibidor.

—¡Lo logré! —levantó sus manos cuando ya estuvo en su habitación, se cambió rápidamente a su pijama y como parecía que sería una noche calurosa, ni siquiera se tapó con alguna sábana, simplemente se durmió a las 2 de la mañana sobre aquella cama.

(...)

El pequeño rubio despertó a las 9:48 de la mañana, con dolor en su garganta y un ambiente de 9 grados centígrados, se sentó en la cama y entonces su cabeza dolió, alcanzó su frente con su mano y esta estaba ardiendo.

Por esa clase de cosas debía hacerle caso a Chan, casi siempre tenía razón.

Jeongin aún con su cabeza doliendo y la fiebre cubriendo su cuerpo, se levantó intentando caminar hasta la sala de estar, ahí estaban los antigripales y cosas así.

Pero al pisar un escalón, lo hizo mal y se dobló el tobillo casi cayendo hasta el suelo nuevamente, si no se hubiera sostenido de la baranda, así hubiera sido.

Su cabeza daba vueltas y le dolía mucho, pero ya estaba por llegar al botiquín, donde, por karma quizá, no estaban los antigripales, parecían haberse acabado.

—¡Agh! —se quejó aún con su tobillo doliendo, no tenía más opción que volver a su cama y dormir con la esperanza que el dolor se vaya.

Pudo subir las 8 escaleras con mucho dolor en su tobillo, pero cuando estaba por entrar a su habitación, su vista empezó a nublarse y perdió la percepción de su espacio.

Cayó al suelo con muy pocas fuerzas en su cuerpo y es ahí donde su teléfono empezó a sonar, alguien lo estaba llamando, seguramente era Chan, quería responderle, quería decirle que le dolía la cabeza, que no tenía fuerzas, pero solo podía estirar su mano.

—Chan... —se rindió sin volver intentar pararse, sería un fracaso, así que se quedó en el suelo, con la fría temperatura en el aire y una alta en su cuerpo.

Odiaba enfermarse, siempre era así de débil y agitado.

Vuelve rápido, por favor.

Vuelve rápido, por favor

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Cold ☘ ChanInDonde viven las historias. Descúbrelo ahora