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Chan los separó rápida y bruscamente, Jeongin estaba algo confundido por haber escuchado su nombre y después ser empujado, pero en medio de esa confusión, sus labios fueron atacados de una manera realmente brusca.

—Besas como mi novio, bueno, mi exnovio —Jeongin habló y miró al chico que lo acababa de besar—. Incluso te ves como él, tal vez tú si me hagas caso —efectivamente era Chan quién lo había besado.

—Nos vamos a casa, ahora —su voz era enojada y gruesa, pero en ningún momento dañó a Jeongin.

—No quiero irme a mi casa —no tenía intenciones de caminar.

—Pues mala suerte, ya que nos iremos —lo levantó del suelo y simplemente se lo llevó.

Lo sentó en el asiento del copiloto y seguidamente se sentó en el asiento del piloto, agarró un vaso desechable de los que siempre había ahí, sirvió un poco de agua y colocó una pastilla efervescente para que Jeongin esté sobrio, necesitaba hablar con él, ahora.

—Toma esto —le entregó el vaso y mientras Jeongin lo tomaba, condujo hasta su casa.

El camino no fue tan corto y por lo mismo, incómodo, Jeongin ya estaba algo más sobrio, lo suficiente para saber qué estaba pasando, con quién estaba y dónde estaba.

Llegaron a casa, Jeongin bajó sin dejar que Chan le abra la puerta o ayude.

Entraron a su casa y ahí empezó la charla, mejor dicho, pelea.

—¿Sabes cuántas veces te llamé? —Chan estaba molesto y tiró su chaqueta al sofá, estaban en la sala—. Te busqué por horas para encontrarte y que estés bailando con otro chico, quería besarte.

—Ah, ¿sí? —ni le tomó importancia, siquiera miraba a Chan, más bien, sacó su teléfono y ahí vio las llamadas de Chan.

—¿Crees que estás soltero para poder besarte con cualquier persona? —se paró en frente para que lo mire.

—Sí, sí me creo soltero, Chan —lo miró con una seria expresión.

—¿Qué? —tomó el celular de Jeongin mirando todos los mensajes que tenía con un tal Jisung, se hablaban bastante cariñoso, eran tantos mensajes y solo en tres días—. ¿Desde cuándo? —Chan se sentía... engañado.

—No te comprendo —había muchos mensajes, sí, pero no sobrepasaban el límite de amistad y amorío.

—No te hagas el santo, me estuviste engañando, ¿verdad? —apretaba el celular de Jeongin entre sus manos—. Claro, ahí es donde ibas casi cada tarde, por eso es que te perdías más de 5 horas.

—¿Qué? No —bufó y empezó a reír—. Chan, yo estoy rompiendo contigo, ahora, eso significa que desde ahora yo puedo salir con quién quiera y eso que estás leyendo no es un engaño, vamos, lee mejor.

—No hace falta volver a leer yo sé que...

—¡No te engañé! —ya no quería guardarse sus inseguridades—. ¿Pero sabes qué hice? Yo tuve una gratificante conversación con una persona que centraba su atención en mí y no en una pantalla, hablé con un amigo que sí le interesaba cómo iba mi día y me estaba escuchando.

—¿Ahora tú eres el que está enojado? Si sabes que puedes hablar conmigo de lo que sea yo...

—¡No! ¡No es así! Hace más de dos semanas que siquiera almuerzas conmigo, o que pasas tiempo conmigo como antes. ¿No crees que me siento solo? Yo necesito algo de cariño también. Y no, no te estaba engañando, salía con Seungmin a pasear, lo que contigo no podía hacer porque ni siquiera me miras cuando te hablo y al final, tomé la decisión de cortar nuestra relación, perdón por no avisarte antes, pero creí que como siempre no me ibas a escuchar.

—Pero de todos los días... ¿Tenía que ser hoy? —suavizó su rostro.

—Sí, sí tenía que ser hoy, ni te acordaste, pero hoy es nuestro aniversario y en serio traté de tener tu atención al menos hoy, pero no había manera, así que hoy era el límite, tú... alcanzaste el límite.

—Eso significa que... en verdad estás...

—Estoy cortando contigo, Chan, pensé que te acordarías y dejarías de mirar esa pantalla al menos hoy, pero...

—No es cierto... —Chan bajó su mirada, no sabía que a Jeongin le molestaba tanto que juegue videojuegos—. Yo... fingí no acordarme, pero estuve esperando este día por mucho tiempo, te hice una sorpresa, perdón por no prestarte atención, pero estaba preparando algo para ti...

Y entonces estuchó un sollozo, miró a su ¿exnovio? y este tenía una tenue sonrisa en el rostro mientras de sus ojos salían lágrimas que no parecían querer parar.

—Jeongin, ¿pasa algo? ¿Te duele algo? O...

—Entonces me sigues queriendo —sin esperar nada, se abrazó el cuerpo contrario colocándose de puntillas—, al menos un poquito.

—¿Por qué dejaría de quererte? —suspiró aceptando gustosamente el abrazo—. Me hubieras dicho que te molesta que yo esté en esos videojuegos, primero estás tú.

—Yo... no quería sonar como alguien controlador, estás de vacaciones y quería que te relajes —hipaba mientras hablaba.

—¿Sabes? Nuestro aniversario ya pasó... pero cortaste conmigo y eso significa que puedo pedírtelo otra vez —lo levantó del suelo y subió las escaleras para llevarlo a la decorada habitación.

Jeongin miró todo, era tan bonito, los colores eran sus favoritos, rosa, celeste, dorado y un suave café.

—¿Te gusta? Realmente no sabía cómo hacerlo, pero mira que salió mejor de lo que pensaba, también compré este pastel —había uno al lado de la mesa, el pastel era de chocolate y estaba decorado de crema color menta.

—Yo... lo siento, dudé de ti —se aferró al cuerpo contrario.

—No, está bien, tenías tus razones, pero ahora, tengo que volver a pedírtelo —sentó a Jeongin en la cama y agachándose un poco se abrió paso en sus piernas para tomar su cintura y acostarlo delicadamente en la mullida cama—. ¿Quieres ser mi novio? —subió una de sus manos y acarició su rostro.

—Sí, sí quiero —y sus labios se unieron, para nada brusco, ni desenfrenado, tan solo leve movimiento que demostraba sus sentimientos.

—Bien, paso 1, check —Chan habló al separarse del beso—. Ahora paso dos... ¿Te casarías conmigo?

—¿Qué?

—¿Qué?

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Cold ☘ ChanInDonde viven las historias. Descúbrelo ahora