Capítulo 18.

5.9K 698 111
                                    

La mente de Jimin no estaba siendo su mejor aliada en esos momentos.

Su voz interna le dictaba decenas de ideas e instrucciones con las que él ciertamente no estaba de acuerdo. Pero lamentablemente siempre ha sido así, le gusta ir en contra de lo que su conciencia le aconseja la mayoría de las veces.

Pero esta vez puede que no culpe tanto a su cabeza por estar tan presionada e histérica, esta vez sí tiene motivo suficiente para sobre pensar.

Y ese motivo se llama Seongwan.

El omega madre de Bonhwa. El mismo con quien Jungkook solía relacionarse cuando sus períodos de celo le achacaban.

A quien Bonhwa debería llamar "mami", no a mí.

Auch. Jimin pronto disipa ese último ataque a sí mismo que su tediosa voz interna le ha hecho.

Aún así, el regreso de Seongwan marca un cambio en sus vidas, uno importante. Ha llegado para desestabilizar lo que Jimin creía se estaba afianzando entre los tres.

Apuesta a que el omega volvió para tratar de acercarse a Bonhwa y, con suerte, lograr que Jungkook le permita visitarlo. Aunque, por lo que Jimin conoce de Jungkook, él realmente duda que el alfa se la vaya a poner fácil, seguramente está muy molesto con la forma en la que Seongwan eligió regresar y presentarse así como si nada.

—¿Son tortuguitas, mami?

Jimin sacude levemente la cabeza y voltea a ver a Bonhwa con una de sus mejores sonrisas, el pequeño está observándolo con esos preciosos y grandes ojos azules que heredó de su padre.

El omega entonces asiente, colocando una uva a modo de "cabeza" para la figura de tortuga que está formando con frutas, todo en un intento por distraer a Bonhwa —y a sí mismo— de la tensa situación que se vivió abajo.

—Lo son, bebé —Jimin continúa acomodando las cabecitas en cada tortuga mientas se deleita con las suaves ricitas del cachorro.

Su omega ama sus risas, le transportan a un lugar mucho más sereno y alegre. Justo lo que necesita para no perder la cabeza por sus pensamientos acelerados.

Al terminar, Jimin coloca un total de cuatro tortugas a petición del cachorro en su platito; mientras que él se sirve solamente tres en el propio. No tiene demasiado apetito.

Bonhwa devora la primera muy rápido, moviendo sus piernitas con gusto al sentirse complacido por el sabor y expresándole al omega lo mucho que le están gustando.

Mientras Jimin termina de masticar la fruta, toma uno de los vasos de Bonhwa para servirle un poco de agua.

—Oye mami —el cachorro le llama.

—Dime, pequeño.

—Hmm, ¿quién era esa persona de allá abajo?

La pregunta le provoca carraspear un poco. De nada sirvió el que Jimin le tarareara una canción mientras subían en el elevador para detener cualquier cuestionamiento referente a Seongwan por parte del menor. Tampoco funcionaron las tortugas que le preparó. La curiosidad terminó por ganarle al pequeño. Y a él.

—Yo... no lo sé, cachorro —le dice, tratando de sonar convincente, el omega siempre ha sido pésimo para mentir—. Pero tu papi dijo que todo estaría bien así que no debemos preocuparnos.

Bonhwa asiente, pero en su rostro aparece una expresión enfurruñada.

—¿Pasa algo, bebé? ¿Estás preocupado? —Jimin no lo culparía si lo está.

—Es que... el olor de papi estaba diferente. Cambió. Era canela dulce y de repente empezó a picar —su puchero denota cuán consternado está—. Papi solo huele así cuando está triste... o enojado. No es bueno, mami.

kiwi  ᡴꪫ  kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora