10 | Revelación

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Aviso importante: se viene capítulo largo.

Me encontraba sumida en un sueño profundo, donde fragmentos de mi vida pasada se entrelazaban en una danza caótica. Veía a mis padres, sus rostros borrosos por el tiempo, extendiendo sus manos hacia mí, suplicándome que regresara. Sus voces resonaban en mi mente, llenas de un amor y una desesperación que traspasaban la barrera del sueño.

De repente, una sensación de urgencia me invadió, y mis ojos se abrieron de golpe. El latido de mi corazón retumbaba en mis oídos mientras tomaba conciencia de mi entorno. Estaba en una litera, la cama inferior de dos plantas, y el aire estaba impregnado de un olor a metal y madera vieja. La habitación era pequeña, con paredes de acero que contaban historias de viajes y tormentas.

Entonces, escuché un movimiento en la cama superior. Una figura descendía con gracia, y al posarse frente a mí, pude verla claramente. Era una chica de pelo rubio y corto, con unos shorts y una blusa corta que dejaban entrever su piel bronceada. Sus ojos, de un azul intenso como el océano, me miraban con una mezcla de curiosidad y cautela.

-Hola -dijo con una voz suave que contrastaba con la robustez de la litera-. Veo que finalmente despertaste.

Asentí, aún desorientada por la transición abrupta de los sueños a la realidad.

-Como que ahora eres más callada -comentó-. Bueno, consideraré que acabas de salir de un perfecto sueño para despertar y ver este estúpido mundo. Pero, ¿Dónde quedaron mis modales? Mi nombre es Helen, Helen Magnani. Un gusto, Andrómeda.

Quedé aturdida. ¿Helen Magnani? Solo me quedé observándola, incapaz de articular palabra. Y entonces, la recordé. Allí, donde estaba yo en dicho sueño, ella era mi escritora favorita.

-He, he, Helen... ¿podrías, por favor, explicarme si te conozco de alguna parte? Es que...

-No me digas que me viste en ese asqueroso sueño -interrumpió Helen alegremente, como si entendiera todo rápidamente-. Dime cómo era y quién era. Bueno, volviendo al punto...

Tomé una respiración profunda, intentando calmar el torbellino de emociones que me invadía.

-En mi sueño, estabas allí, como una guía -expliqué-. Tus palabras eran como faros en la oscuridad, iluminando los caminos que debía tomar, mi escritora favorita. Eras tú, pero no solo como escritora, sino como una mentora, y hasta sentía que eras una amiga...

Helen se echó a reír, su risa resonaba en la litera como una melodía.

-Eso suena a un sueño bastante intenso. Pero me alegra ser tu escritora favorita, incluso en tus sueños.

Permanecí en silencio, procesando las palabras de Helen y la realidad de nuestra amistad. Ella se sentó a mi lado, su postura reflejaba seriedad y comprensión.

-Mira, Andrómeda, todo esto es nuevo para ti, para muchos ya lo fue y para otros lo será -comenzó Helen, su voz firme pero amable-. Pero yo me comprometo a ayudarte a que te sientas segura en este lugar.

Asentí, agradecida por su apoyo. La idea de navegar por esta nueva realidad sin un ancla era aterradora.

-Cuando eres un soñador, no estás allí con gente nueva -continuó ella-. Me explico, si vivías con una anciana que se hacía llamar tu abuela, posiblemente en la realidad era una anciana que vivía por tu barrio y te daba galletas todos los días antes de ir al colegio. Es así, tu mente crea los roles de quienes habitan en aquella ilusión.

La analogía me hizo reflexionar sobre la naturaleza de los sueños y cómo estos se entrelazan con nuestras experiencias de vida. Pero el rol de Luka no cambio en mi ensueño, tampoco el de mis padres. Aroon y Britany eran los mismos del incidente; de cuando las maquinas atacaron. Esto ¿Qué significaba?

DESPIERTA [#PGP2024]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora