Llegaste

Sentidos

Los pequeños y ahogados jadeos llenaban la oficina de consultas de espíritus y tales. ¿Cómo había llegado a tal situación? El, presionado contra el sofa arrodillado, de espaldas, sintiendo el mayor placer que no había sentido en años y solo lo estaban masturbando, así es, Kageyama Mob, el tipo que había conocido hace 4 días, lo estaba tocando.

¿Cómo ocurrió todo esto?

Bueno, luego de que Mob haya descubierto su -no tan bien ocultada- erección. Todo había pasado tan rápido.

. . .

-ademas usted ahora precisa mi ayuda-

-¿Q-Que dices muchacho?-
Nervioso, estaba demasiado nervioso, también se sentia como un pervertido, había tenido una erección con su compañero de trabajo -que apenas había conocido hace relativamente poco-

-No te hagas el tonto, Arataka-
Se estremeció en su silla, esa voz solo hacia que se ponga más duro.
-Yo se que me necesitas-

Reigen sentia como sus pantalones eran desabrochados, cuando hecho un vistazo, el chico estaba usando sus poderes, dios, lo hacía estremeserce más, lo hacía verse más sexy.

-Oh Arataka, eres tan hermoso-
Mob se acercó al mayor, este desviaba la mirada, no sé atrevía a verle, no después de lo que estaba sucediendo.
-¿Por qué no me miras? Mirame-
Acto seguido, agarró su rostro y lo obligó a mirarlo.
-Asi es, quiero que me mires-
Le apretó la mandíbula, forzando a qué el mayor la abra, acto seguido, metió su lengua en su boca y empezó a besar al mayor, recorriendo cada parte de esta mientras mas profundo se metía.

Reigen no entendía que estaba pasando, pero la estaba pasado bien, se sentía en el cielo, habia algo en ese chico que lo hacía sentir de otra manera, había algo que lo hacía seder, se sentía muy caliente, muy necesitado.

El beso se soltó, ambos estaban jadeando, Reigen estaba aturdido, no sabe si es por la falta de oxígeno o porqué realmente necesita correrse.

-Reigen-
Mob jadeo, agarró el brazo del mencionado y lo levanto de la silla.
-Arataka-
Jadeo nuevamente y se apretó contra el otro mientras sus manos tocaban desesperadamente el cuerpo del otro.
Reigen podía sentir la erección contra su vientre, también empezó a sentir algo humedo en su cuello, haciendo que se retuerza y empiece a jadear levemente.
-Sabes tan bien-
Mob había comenzado a lamer su cuello, mordisqueando y succionando levemente, degustando su piel como si fuese un platillo gourmet. Una de sus manos, que estaban apoyadas en la parte baja del cuerpo del otro, subió, trazando una línea en su columna hasta llegar a la corbata y la aflojó , jugueteando con el cuello de la camisa del más bajo, la otra mano subió por debajo de la camisa, acariciando su cintura, luego subió más, tocando el pecho de Reigen, agarró uno de ellos y comenzó a masajear cómo si se tratase de una mujer.

Reigen se sentía bien, hace años que no disfrutaba del toque de alguien más. El se había puesto en una app de citas -eso es caer muy bajo para el- pero los hombres que querían estar con el, era solo era para tener sexo y el ya no quería ese tipo de relaciones, tener sexo y no hablarse nunca más, el ya sentía la necesidad de tener alguna compañía y había empezado a rendirse.

Mob alzó a Reigen y comenzó a caminar, mientras que una de las manos acariciaba y apretujaba el trasero del mayor.
Cuando llegaron al sofá, Mob soltó con delicadeza al contrario y aprovecho para sacarse la camisa -que un poco más y le cortaba la circulación- cosa que, Reigen no pudo evitar mirar, esos pectorales hacia que su pene palpite, Mob noto esto y esbozó una pequeña sonrisa, agarró las manos del mayor y las poso en sus pechos, se podía ver cómo el rostro de Reigen ardía y su miembro mucho más, Mob hizo que las manos de Reigen bajen hasta su bulto.
-¿Lo sientes?-
Mob pregunto y Reigen asintió tímidamente.
-Eso me provocas, esto me haces sentir-
En forma de provocación, Mob hizo que su pene se moviera ocasionando que el contrario jadee de sorpresa.
-Ponte de espaldas para mí-
Reigen simplemente cedió -no existiría otra oportunidad en mil años- se dio vuelta y se arrodilló pero poco le duro la posición, ya que Mob lo agarro y lo presiono nuevamente contra el.
-Oh Reigen-
Mob comenzó a frotarse contra el mientras le susurran cosas indecentes al oído.
-Eres tan lindo ¿Puedo tocarte más?-
Pregunto mientras jugueteaba con el elástico de su ropa interior.
Reigen no sabía cómo responder, no podía formular palabras y tampoco podía pensar claramente.
-Vamos, dime, ¿Quieres que te toque?-
Frotó su miembro contra el trasero de Reigen.
Este gimoteo en respuesta, Reigen ya no era Reigen, ya se había vuelto un ser salvaje, un animal en celo, dios o cualquier entidad que existiera le estaba dando un regalo y lo iba aprovechar aunque eso le costará la dignidad -o perder a su único asistente-.
Mob tomo esto como un si y comenzó a bajarle la ropa interior.
-Estas muy húmedo Reigen-
Cuando terminó, trazo un camino del vientre hasta su pene, primero acaricio a cabeza, mojandose la mano con el líquido preseminal que estaba largando a montones. Reigen largaba pequeños gemidos, no aguantaba más.
Mob le besaba la nuca, disfrutaba torturar así al mayor, pero, también quería escuchar más de el, entonces, agarró todo el falo y empezó con un vaivén lento, su otra mano acariciaba su trasero, rozando su entrada.
-Eres tan lindo-
Con su magia empezó a desabrocharse sus pantalones, su pene se libero, también goteaba algo de presemen.
-Tan lindo-
Apoyo su miembro entre las nalgas del otro y empezó a frotarse, sincronizo sus movimientos, masturbaba a Reigen al ritmo que el se frotaba. Reigen gemía a más no poder, se sentía tan bien, su trasero se sentía en el cielo, la fricción que le brindaba el gran pene de Mob hacía sus nalgas era maravilloso y como lo masturbaba, dios, estaba en el maldito cielo.

-O-Oh Dios-
Se le escapó a Reigen, lo que ocasiono que Mob vaya más rápido.

-Si, quiero oírte más, por favor-
Le gimió Mob, el roce se había vuelto más feroz y la mano que masturbaba el pene de Reigen se había vuelto más rápida.

De repente Reigen sintió que algo apretaba sus pezones, los poderes psíquicos de Mob estaban estirando y apretando sus pezones-si, era de los pocos hombres que sentían placer a través de los pezones- el mayor sometido ante tanto placer no podía hacer otra cosa que gemir.
-M-Mob-
Gimoteo, sus ojos lagrimeaban y su nariz goteaba.
Aunque la lluvia no cesaba y la temperatura de afuera había bajado, en esa oficina, el calor era abundante.

-Dios Reigen-
Mob saco su miembro del trasero del mayor, haciendo que Reigen solloze por la pérdida del roce, coloco su pene entre los muslos del otro y le cerró las piernas haciendo presión entre este.
El pene de Mob estaba presionado contra sus muslos y rozaba con el miembro del otro, a los ojos de Reigen, el pene de Mob era mucho más grande que el suyo, también sentía una presión en sus bolas.
-Eres tan lindo Reigen-
Coloco sus manos en las caderas del otro y comenzó a frotarse, se inclino y con sus poderes hizo girar la cabeza de Reigen, acto seguido lo comenzó a besar, como la primera vez que lo beso, su lengua estaba tan profunda y sus labios succionaban la boca del contrario, cómo si este fuese a desaparecer.
El roce se convirtio en embestidas, el choque de ambos y los gemidos eran una orquesta para los oídos de Mob.
-Eres-
Mob no podía terminar la frase, los gemidos se interponian en su camino.
-Eres Tan..-
Las embestidas se volvieron más fuertes, Mob se aferró a la espalda de Reigen, agarró el miembro de este y lo empezó a masturbar al ritmo de las embestidas.
-¡Tan...!-
Ya no habían palabras para describir los sentimientos de ambos, solo había locura, el libido de ambos era más fuerte que la propia tormenta.

-C-Creo que...-
Dijo Reigen jadeando
-¡Voy, voy a...!-
Estaba tan cerca...

-¡Mob!-

-¡Reigen!-
Dijeron al unísono, ambos se liberaron, Reigen en la mano de Mob y este entre los muslos del otro, también mancharon el sofa, pero creo que Reigen ya no estaba en este mundo como para darse cuenta.
Aturdido, el cuerpo de Reigen se relajo por completo, sus piernas y brazos no respondían, apenas podia mantener los ojos abiertos, no podía pensar.

-Tan lindo...-