4. Te Elijo A Ti

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Era viernes, Estábamos entrenando para el clásico, el estadio ya estaba lleno. Intentaba encontrar a Alia en las gradas, se supone que hoy me venía a ver. Estaba muy entretenida intentando buscar entre todos los camarógrafos hasta que me choque con una jugadora, baje mi mirada y era Aitana.

La verdad le tenia un poco de manía y aunque trataba de disimular no me salía tan bien. La miré un poco mal y seguí mi camino buscando a Alia.

—¿Por qué coño estás buscando a mi chica, Salma? escuché a Aitana preguntar sin voltear a verme, su tono sonaba bastante enserio.

—Alia no es de nadie, ¿No tengo derecho en buscar a mi amiga? Suspiré, ya estaba perdiendo la paciencia y aún ni siquiera hablamos bien, tengo carácter un poco fuerte.

Aitana rio y se acercó a mi, me sostuvo de el hombro —No tienes ni una oportunidad con ella Sammy, es mía ya. No te le vuelvas a acercar. Dijo con una sonrisa, voltee a donde los camarógrafos y encontré a Alia con la mirada, me estaba viendo. Empuje levemente a Aitana y me concentre en lo mío.

Minuto 67, Olga se acercaba a nuestra zona, yo estaba de delantera pero igual me dispuse a correr para intentar pararla sin tener suerte de lograrlo. Nos empató el Real Madrid.

Maldecí en mi cabeza y sentí como me empujaron, me levanté rápidamente buscando pelea pensando que era una del Madrid. Me giré y era Aitana. Le devolví el empujo y sonreí en forma de provocación

— Salma, si no sabes como parar un puto balón, es mejor que te vayas despidiendo del barcelona. Aprende a jugar! Dijo Aitana mientras se alejaba trotando y yo con falta de paciencia, cambie de expresión y comencé a seguirla caminando rápidamente.

Apareció Alexia y me detuvo con las demás

— Vas de broma tú? Solo déjala, seguro no tuvo un buen dia. Concentrada Sammy! Me dijo Alexia mientras se alejaba corriendo.

La verdad no tenía un poco de ganas de aguantar a Aitana, no era mi probemos si hoy no tuvo un buen día, no tenía porque joderme el mío.

Con la respiración agitada, un poco estrada y sudand
busque a Alia para saber si ella vio eso y claramente que lo vio, hicimos un pequeño contacto visual y solo solo quite la mirada después de unos segundos y seguí jugando.

En el vestuario..

Estaba terminando de cambiarme, muy desconcentrada con el tema de Alia y lo que dijo Aitana, tal vez yo enserio no estaba a la medida de jugar en el Barcelona.

Aunque fingiera que no le afecto lo que me dijo Aitana, me puso a sobrepensar. Puede que por más que me esfuerce nunca estaré a la medida para ser una de las grandes.

Mi cabeza daba vueltas y no se podía concentrar en ninguna cosa.

Sin despedirme salí triste de el camerino, con las miradas de todas encima. Salí del estadio para encontrarme a Alia enfrente de mi. Supongo que me había esperado.Suspire aguantando las ganas de llorar, no quería decepcionarla.

— Guapa, estuviste genial hoy. Dijo mientras se acercaba sonriendo. Al parecer noto mi tristeza para preguntarme que me pasaba.

— Estoy bien, no te preocupes. Mentí, odiaba que me vieran como una persona débil.

Alia sin mucho más que esperar, me dio un abrazo, juro que fue el mejor abrazo que pude recibir en todo mi vida. Las lágrimas cayeron mientras posaba mi cabeza en su hombro y le devolvía el abrazó que me hizo sentir mejor.

Llego momento de separarnos aunque no quería y de mi boca solo salió un; "¿De verdad aún te gusta Aitana?" Ella me agarró de la mejilla y me miro a los ojos.

—Aitana es la persona que menos necesito ahora mismo, es imposible que me guste. Te elijo a ti ante que nadie.

Necesitaba un beso pero recibí otra abrazo de su parte. Me agarro de la mano y me subió a el taxi con ella.

Llegamos a su casa, Mike me saludo como siempre y sin muchas ganas de mucho, me tire en su sofá. 5 minutos después me trajo una camiseta del Real Madrid y me la dio

—Es lo único que tengo cómodo para ti. Lo siento. Suspire y sin poder negarle nada, me la puse y ella sonrió.

—Venga linda, cuéntame qué paso. La miré a los ojos y simplemente empecé a contarle lo que sentía, estaba tan cómoda con ella. Hablamos por un buen tiempo y me hizo entender que si no le caía bien a la gente, es su problema y no mío.

Para terminar la conversación nos abrazamos y nos quedamos así unos minutos hasta que nos quedamos dormidas en su sofá con Mike en nuestros pies.

𝐋𝐀 𝐅𝐎𝐑𝐌𝐀 𝐄𝐍 𝐐𝐔𝐄 𝐌𝐄 𝐌𝐈𝐑𝐀𝐒 - 𝐒𝐚𝐥𝐦𝐚 𝐏𝐚𝐫𝐚𝐥𝐥𝐮𝐞𝐥𝐨 ⟢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora