𝐋𝐀 𝐅𝐎𝐑𝐌𝐀 𝐄𝐍 𝐐𝐔𝐄 𝐌𝐄 𝐌𝐈𝐑𝐀𝐒 - 𝐒𝐚𝐥𝐦𝐚 𝐏𝐚𝐫𝐚𝐥𝐥𝐮𝐞𝐥𝐨 ⟢

12. Accidente

𝐒𝐚𝐥𝐦𝐚 ⟢

Alia entró a la habitación con una el desayuno en una bandeja, dos platos con huevos y bacon, aparte de eso un café.

Suspiré un poco desanimada pero aún así le di una sonrisa pura y tierna. Ella apoyó la bandeja en la cama y me dio un pequeño pico en los labios, comenzó a acariciar mi mejilla.

— ¿Que pasa? ¿No tienes hambre?

Me preguntó.

— No te preocupes linda, estoy bien.

Le sonreí acercando mi plato, ella hizo lo mismo. Sin más desayunamos viendo una película. Mi intención era quedarme toda la tarde en su casa pero le surgió una emergencia.

Alguien de la prensa de hoy para el entrenador estaba enfermo y estaban buscando a alguien que ayudara hoy, obviamente fue Alia.

— ¿Entonces me vas a abandonar, eh?

Hice un ruido de queja mientras Gómez caminaba como loca por toda la habitación buscando que ponerse, tenia el pelo desordenado y estaba con una camiseta larga.

— Te pregunté si me querías acompañar, pero la señorita prefiere quedarse acostada, no?

Me dijo con una sonrisa pícara haciéndose la ofendida y yo asentí mientras me reía y me levantaba caminando hacia su dirección.

Se estaba abrochando la camiseta de botones que se iba a poner hoy, la abrace por detrás y pose mis manos en su cintura sin dejar de sonreír. Me acerqué a su oído y susurré.

— La que tiene que trabajar en otra, guapa.

Ella se rio y me apartó con un pequeño empujón mientras ella salía de la habitación.

— Yo me iré a mi ca-

No pude terminar la frase porque mi móvil
sonó, estaba en la mesita de noche, me acerqué para agarrarlo y era Alexia otra vez, que pesada.

" Que no puedo ahora tía, hablamos luego. "

escribí un poco molesta y Gómez se asomó en la puerta curiosa.

— ¿Que querías hacer, cariño?

La miré rápidamente mientras caminaba a la puerta de la habitación con mis zapatos en manos y mi móvil.

— Que yo me voy a mi casa, si quieres de una vez te voy dejando en el estadio.

Ella asentó con una sonrisa mirándome a los ojos.

Me puse los zapatos, ella alisto su mochila y salimos. Nos subimos a el coche y la dejé en el estadio, sin antes despedirnos con un pequeño beso.

Apenas salió del coche, comenzó a sonar otra vez mi móvil, otra vez Alexia. Arranque el coche rápidamente estresada y conteste.

— Dios mío, ¿Que quieres tú? Llevas toda la mañana estresándome.

— Sammy, lo tiene todo.. Tienen las pruebas, ellos.. sabes.

Me dijo con la voz entre cortada, como si fuera a llorar. Mi corazón se aceleró.

— De que hablas, Ale?

Escuché un pequeño sollozo.

— Saben todo lo que hicimos, tienes que dejar a Gómez.

Sentí como mi corazón se detuvo por un pequeño segundo. Detuve rápidamente el coche.

— Pero que cojones.

Dije, hasta que de la nada se escuchó un fuerte golpe y los cristales del coche se rompieron de inmediato, volcó mi coche y comencé a escuchar gritos que lentamente bajan sus tonos hasta que no escuché nada.