Draco Malfoy fue llamado de muchas formas en su vida...
Fue el Príncipe de Slytherin...
Fue el Rey de Ambos Mundos...
Fue el Emperador Dragón...
Al final de su vida fue El Dios Oscuro...
Draco Malfoy perdió mucho al perder a quien llamo su amor del...
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Draco comenzó a salir por las mañanas a entrenar su cuerpo, ahora se daba cuenta de que tenía todos los conocimientos de su anterior vida, conocimientos que lo hacían mejor en muchos sentidos, pero no tenía la fortaleza física para soportarlo sin colapsar de cansancio.
Nada más lo que había hecho a sus queridas tías lo puso enfermo dos días.
Bella había logrado sobrevivir, aún no se sabía con qué tipo de secuelas. Pero estaba viva, mientras que Narcisa había muerto en una muy dolorosa agonía.
Esa perra se lo había ganado desde luego, todo aquel que tocará a su papá o a Harry iban a recibir un destino peor que la simple muerte.
Ahora tenía el conocimiento que muchos magos solo pueden soñar, el problema era la resistencia. Aunque para su edad era un gran logro haber matado a una de sus tías, sin haber sido descubierto. Bueno el personal del Ministerio era una basura que eran fáciles de engañar y él era un experto en engaños.
—¿Dónde estabas?– la preciosa voz de su padre gestante le sorprendió cuando entraba a hurtadillas.
—¡Papá! Ahmmm…
Regulus enarco una ceja y espero a que su primogénito hablara.
—Estaba en el jardín.
Regulus lo miró de manera sospechosa. Pero lo dejo pasar, después de todo, Draco no había salido de la propiedad, eso le hubiera enviado una alerta, su hijo solo andaba vagando por los terrenos de la mansión, probablemente aburrido.
—Ven, acompáñame a desayunar.– dijo el menor de los Black. Una vez sentados a la mesa, volvió a hablar. —Ya hice la gestión, el dragón llegará aquí hoy por la tarde.
Draco detuvo su mano.
Ragnar, pronto volvería a estar con él. Su familiar, su último aliado, su más fiel y aquel que lo acompaño al infierno para seguir cuidándolo.
—No puedes ser negligente al respecto, recuerda: seguir todas las indicaciones del instructor o ese dragón se va.
—He entendido perfectamente tus órdenes papá.
Regulus miró a su hijo, Draco era lo que más amaba en el cielo y la tierra, pero su corazón era tan frío, ni siquiera se inmutó de la muerte de Narcisa, es más puso las cosas en perspectiva casi de inmediato, asumió que los bocadillos que sus tías llevaron a la mansión eran lo que les había hecho daño.
Lo había apartado de inmediato, mucho antes de que él mismo reaccionara y pensará con claridad.
Draco era un niño… solo tenía 10 años, no había manera de que… tuviera la sangre tan fría.
